Reino Unido: Blair justifica la invasión de Irak y dice que volvería a hacer lo mismo
I.A.
La Voz de
Galicia
30/01/10
El ex primer ministro desmiente que llegara a un acuerdo secreto con Bush un año antes de la guerra
Sugiere que una operación militar similar podría ser conveniente en la actualidad contra Irán
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No hubo palabras de arrepentimiento del ex primer ministro Tony Blair por conducir al Reino Unido a una guerra con Irak. Todo lo contrario, un Blair firme, convincente y en ningún momento bajo presión por comparecer ante la Comisión Chilcot, indicó que lo volvería a hacer. También despejó dudas sobre un acuerdo secreto con el ex presidente George W. Bush, defendió su genuina creencia de que Sadam Huseín contaba con armas de destrucción masiva y solo reconoció que se equivocó al pensar que el régimen iraquí tenía vínculos directos con Al Qaida.
El ex líder laborista fue recibido a su llegada al centro de conferencias Queen Elizabeth II por unos doscientos manifestantes que lo acusaron de crímenes de guerra, de engañar a todo un país y de tener las manos manchadas de sangre. En primera línea, un grupo sostenía pancartas en las que se podía leer Bliar (abreviación de Blair y liar , mentiroso en inglés).
Entre enormes medidas de seguridad y con dos horas de antelación para evitar a los manifestantes, el ex premier accedió al edificio donde lo esperaban los miembros del comité Chilcot, junto con un selecto grupo de ciudadanos, entre ellos algunos familiares de los 179 soldados británicos muertos en Irak. «Me gustaría que [Blair] me mirara a los ojos y me dijera: 'Lo siento'. Pero no tiene agallas», afirmó Theresa Evans, cuyo hijo Llewelyn falleció en Irak en el primer día de la guerra.
Si bien en los primeros minutos de su comparecencia Blair pareció dubitativo y algo torpe en su discurso, a medida que pasaban los minutos fue tomando seguridad para levantar el andamio de su principal defensa: lo que hizo, lo hizo de buena fe y lo volvería a hacer por el bien de Irak, del Reino Unido y de la estabilidad internacional.
El 11-S «lo cambió todo»
De inmediato apuntó al 11-S como el acto que «lo cambió todo» y el que lo persuadió de que la política de contención adoptada hasta entonces con Sadam no tenía futuro y había que adoptar medidas radicales. Sin embargo, negó que alcanzara en el 2002, un años antes de la invasión, un pacto de alianza militar con Bush en Crawford para atacar Irak. «De hecho -indicó- intenté evitar la solución militar hasta el último momento».
«La decisión que adopté, y francamente la que volvería a adoptar ahora, se basó en que si había alguna posibilidad de que Sadam pudiera desarrollar armas de destrucción masiva, deberíamos detenerlo. Ese fue mi punto de vista entonces y mi punto de vista ahora», dijo, aunque agregó que hubiera tomado la decisión de derrocar al dictador incluso si hubiera creído que no tenía armas de destrucción masiva.
En este sentido, el ex premier señaló: «Lo que dije basándome en el informe elaborado por las agencias de inteligencia sobre la presencia de armas de destrucción en Irak, era lo que yo creí sin asomo de duda».
Durante su intervención se dejó llevar por su oratorio y de mero testigo ante la comisión de investigación pasó a desplegar un discurso de política internacional al advertir sobre el peligro que representa Irán y la necesidad de atajarlo.
El hoy enviado especial del Cuarteto para Oriente Medio pareció dar a entender que podría hacerse necesario emprender ocho años después acciones militares contra ese país si persisten sus «fuertes lazos» con grupos terroristas.
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