Negocio y usura con la catástrofe - EEUU y los principales "acreedores" de Haití pilotean la "reconstrucción"
IAR Noticias
28/01/10
Todo lo que se destruye hay que "reconstruir", y todo lo que enferma hay que "curar", es la máxima que sigue siempre el sistema capitalista para arrancar rentabilidad tanto de las crisis económicas, como de las catástrofes, las epidemias y las guerras. Y ese es el principio que guía a EEUU y las potencias (los principales acreedores usurarios de la deuda haitiana) con el multimillonario proyecto de "reconstrucción" de Haití, cuyo valor de "inversión" está estimado en por lo menos un PBI completo del país devastado.
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La tragedia colectiva haitiana parece diseñada a la medida de los intereses geopolíticos y económicos de EEUU y de las principales potencias que juegan un "doble rol" ("acreedores" usurarios y "salvadores") en el proceso de ayuda internacional al país devastado.
No se trata de una teoría "conspirativa" sino de una dinámica de "aprovechamiento" estratégico (perfectamente verificable a través de la información) que realizan EEUU y las potencias centrales para sacar rédito económico y geopolítico del terremoto que convirtió en escombros a la capital de Haití.
Tras la catástrofe que convirtió en ruinas a Haití, voces internacionales se levantaron para que los organismos internacionales (de la usura capitalista) condonaran su deuda externa.
Mientras llueven los proyectos para la "reconstrucción de Haití" (un nuevo negocio de bancos y empresas trasnacionales que van intervenir en su realización y financiación), crecen las presiones de organizaciones internacionales para que los acreedores del país caribeño devastado cancelen sus deudas.
También se produjeron llamados a los "acreedores" para que no sólo se cancelen las deudas, sino que también los intereses no se sigan acumulando.
La economía de Haití generó en 2009 un PIB nominal de solamente US$ 6.908 millones y una renta per cápita de 772 dólares siendo la más pobre de todo el continente americano y una de las más desfavorecidas del mundo.
Haití es el país con menor PIB per cápita y uno de los más desiguales del mundo. Su renta per cápita es alrededor de una décima parte del producido de sus vecinos
El 70% de su población vive bajo el umbral de pobreza, y un 75% de ella es dependiente de un sector de la agricultura y pesca organizado en pequeñas y frágiles explotaciones que sólo permiten la subsistencia debido a la carencia y empobrecimiento del suelo disponible.
No obstante esta realidad, el empobrecido país caribeño no se salvó de la usura internacional capitalista con los "créditos para el desarrollo", que solamente desarrollan los activos de los bancos y de los acreedores que exprimen tasa de rentabilidad hasta de la pobreza extrema.
Pero, ¿quiénes son los acreedores de Haití?
Un informe aparecido en la cadena BBC señala que el "club de países acreedores", está encabezado por EEUU, Canadá, Francia y el Reino Unido, entre otros.
También entre los "acreedores" de Haití se encuentran países como Taiwán, pero también organismos internacionales y el llamado Club de París, integrado por 19 naciones.
En la lista también aparecen el Banco Interamericano de Desarrollo con quien la deuda asciende a US$440 millones.
El otro gran acreedor bilateral es Taiwán, con US$90 millones, de acuerdo a cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI).
En el marco de la conferencia que se realizó el lunes en Canadá para discutir los primeros pasos en torno a la recuperación del país más pobre del hemisferio occidental, Oxfam –una organización de caridad británica– urgió a los países donantes a cancelar alrededor de US$900 millones de la deuda externa de Haití.
El "plan Marshall"
El terremoto que devastó Haití causó 150.000 muertos sólo en la capital, dejó alrededor de un millón y medio de personas sin hogar, y ya comenzó a generar la expectativa de un nuevo ciclo de rentabilidad capitalista con la "reconstrucción" del empobrecido país.
Todo lo que se destruye hay que "reconstruir", y todo lo que enferma hay que "curar", es la máxima que sigue siempre el sistema capitalista para arrancar rentabilidad tanto de las crisis económicas, como de las catástrofes, las epidemias y las guerras.
Y ese es el principio que guía a EEUU y las potencias (los principales acreedores usurarios de la deuda haitiana) con el multimillonario proyecto de "reconstrucción" de Haití, cuyo valor de "inversión" está estimado en por lo menos un PBI completo del país devastado.
El nuevo ciclo viene cobijado bajo un plan de "reconstrucción de Haití" que se debate en el seno neoyorquino de Naciones Unidas, con la participación del Banco Mundial y de otros organismos financieros que gestionan (a través de "políticas para el desarrollo") todo el negocio de la usura internacional con los países pobres.
Tras este objetivo (y aduciendo objetivos "humanitarios) ministros y delegados de 20 países, además de representantes de Naciones Unidas y el Banco Mundial, se reunieron para trazar un plan global de reconstrucción del país caribeño.
Los medios especializados de EEUU y Europa (los líderes del proyecto) ya hablan de un "Plan Marshall" para Haití, en referencia al programa que reconstruyó a Europa luego de la Segunda Guerra Mundial.
Hay que recordar, que el Plan Marshall (además de un formidable negocio para los bancos y megaempresas europeas y estadounidenses) sirvió de impulso inicial para expandir y nivelar las sociedad de consumo capitalista a escala global.
Fue el modulo experimental, la primera muestra acabada, de como una catástrofe (en este caso la Segunda Guerra Mundial) puede ser reciclada en unnuevo ciclo expansivo y ganancial del sistema capitalista.
El mismo principio puede aplicarse a la actual crisis económica global (catástrofe económica) que derivó en un sideral macro negocio capitalista de la mano de los billonarios rescates de bancos y empresas que terminaron alimentado una nueva "burbuja financiera".
Paul Collier, un "pensador" bien rentado del sistema, autor del libro The Bottom Billion, o "sobre cómo sacar de la pobreza a los más pobres del mundo", aseguró que Haití tiene potencial como país.
Collier dijo que se precisan tres cosas para generar cambios en Haití: "Una estrategia, mucho dinero y una estructura de decisión. Alguien que maneje todo el asunto".
Bien, la UE y EEUU le hicieron caso, y a través de sus agencias internacionales para el "desarrollo (sucursales y gestoras de negocios de los bancos y empresas trasnacionales), y de instituciones como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre otros, van a motorizar la "reconstrucción de Haití".
La "reestructuración" y "recuperación" del sistema productivo y financiero del país destruido por el sismo, se va a realizar -en última instancia- sobre la base de un nuevo proceso de endeudamiento de Haití.
O sea que, la ayuda financiera "humanitaria" va a devenir en un préstamo garantizado a futuro por la puesta en marcha de la economía haitiana "renovada y con nuevas inversiones para el desarrollo".
En términos concretos, la estrategia de EEUU y de las potencias usurarias consiste en "perdonar" parte de la actual deuda a Haití, recreando simultáneamente un nuevo proceso de endeudamiento y de dependencia económica a partir del multimillonario flujo financiero que demanda la "reconstrucción".
El cuento (y el negocio) de siempre, montado sobre el escenario de una tragedia con más de 150.000 muertos en el país más empobrecido de la tierra.
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