Teorías conspirativas y doble discurso chino: ¿El mundo liberado del dólar?

IAR Noticias
24/03/09

A una semana de la cumbre del G-20 (países ricos + emergentes) China pidió la creación de una nueva moneda de reserva internacional en reemplazo del dólar. ¿Qué hay de verdad y de mentira en esta postura acompañada por países que tienen atadas sus economías y sus reservas al dólar?

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El lunes, la primera potencia capitalista asiática propuso una amplia reestructuración de las finanzas globales que refleje el creciente descontento de los países en vías de desarrollo con el rol imperial en la economía global.

La inesperada propuesta realizada por el gobernador del banco central Zhou Xiaochuan el lunes en Beijing, es parte de la actitud cada vez "más enérgica" por parte de China para -según su gobierno- delinear una respuesta global a la crisis financiera recesiva, diferenciada de EEUU y las potencias europeas.

China, la primera economía capitalista "emergente" asiática, y la tercera a nivel global después de EEUU y la UE, continúa dando peligrosas señales de desaceleración que ya se expresan principalmente en una caída abrupta de su comercio de exportación y en una reducción del consumo interno, que impacta en el mercado laboral.

Según los datos oficiales publicados la semana pasada, China ha reducido en febrero su superávit comercial a menos de una séptima parte en comparación con el dato registrado un mes antes.

Las cifras muestran que las exportaciones cayeron en este periodo un 25,7% interanual, hasta los 64.900 millones de dólares (millones de euros), mientras que las importaciones lo hicieron en un 24,1%, hasta los 60.540 millones de dólares (millones de euros).

Las ventas en el extranjero de la tercera potencial mundial, motor de su economía, se desplomaron un 27% en febrero.

Esta declinación acentuada en sus indicadores económicos, a su vez, repercute en la reducción de sus reservas en moneda extranjera, que han sufrido su peor descenso en nueve años. Esta sumatoria de datos negativos -según los analistas- comienza a desvanecer la esperanza de pronta "recuperación" anunciada por el gobierno chino.

Las reservas chinas, de acuerdo con el último dato oficial existente, de finales de diciembre, ascendían a US$ 1,94 billones (casi 1,5 billones de euros), y habrá que esperar hasta abril para conocer las cifras de este trimestre.

De confirmarse la predicción, las reservas, que llegaron a los US$ 2 billones (1,54 billones de euros), no superarían los US$1,92 billones (1,48 billones de euros).

Según la fuente citada por el diario South China Morning Post, la caída, en parte, se debe a la apreciación reciente del dólar, que deprecia, a cambio, los activos en otras divisas (básicamente, el euro, que pasó de los US$1,41 del 31 de diciembre a US$ 1,27 un mes más tarde).

En este escenario, marcado por la desaceleración creciente de su economía, China ensaya un discurso internacional difuso y plagado de contradicciones con EEUU, del cual es principal acreedor y socio comercial.

Por un lado, el capitalismo chino aumenta su dependencia externa de EEUU invirtiendo en Bonos del Tesoro estadounidense , y por otro, hace un llamado internacional para la creación de una nueva moneda supranacional (de reserva global) que no pertenezca a ningún país en un claro intento por acabar con la dependencia del sistema financiero internacional al dólar estadounidense.

Simultáneamente, las autoridades chinas anunciaron el lunes que continuarán comprando bonos del Tesoro estadounidense, ya que consideran que acarrean un riesgo crediticio bajo.

La vicegobernadora del Banco Popular de China, Hu Xiaolian, señaló que, en cualquier caso, seguirán muy de cerca las fluctuaciones del valor de esos activos.

El anuncio de nuevas compras de bonos USA se efectuó no obstante que a principios de marzo el primer ministro de China, Wen Jiabao, expresó su "preocupación" por la enorme inversión que su país ha hecho en Estados Unidos en bonos del Tesoro y otros títulos de deuda.

En la actualidad, y mientras pide el reemplazo del dólar por una moneda supranacional, China posee US$ 1 billón (un millón de millones) en bonos del Tesoro y otros títulos de deuda de EE.UU.

En 2008 Pekín se convirtió en el principal acreedor de bonos del Tesoro estadounidenses, por encima de Japón, con una inversión que ascendía a US$585.000 millones.

El monto total de la deuda estadounidense a principios de marzo de 2009 llegó a US$10.942.165.294.650,89 (es decir, casi US$11 billones).

Pero el doble discurso respecto del dólar y la relación con EEUU no es de exclusividad china.

Mientras EEUU ya se ha convertido en el epicentro del "peligro recesivo" a escala global, paradojalmente su moneda, el dólar, ha experimentado una suba vertiginosa desde el estallido de la crisis con quiebras bancarias, convirtiéndose en un "refugio seguro" para los capitales que huyen de la crisis financiera.

En contra de las tesis de los que sostienen que el Imperio USA está en "crisis terminal" y a punto de ser desplazado del centro de las decisiones mundiales, su divisa se ha disparado pese al déficit y los números en rojo que exhibe la economía real estadounidense.

Y hay una razón central que lo explica: Mientras se profundiza la crisis financiera, inversores y países (que como China abogan por el reemplazo del sistema financiero internacional hegemonizado por el dólar) reconvierten sus activos y reservas en dólares, generando de esa manera una fuerte demanda de la moneda estadounidense.

Pese a que EEUU atraviesa por la peor crisis financiera desde la Gran Depresión, desde inicios de septiembre, el dólar se ha fortalecido contra una canasta compuesta por las monedas de 26 socios comerciales, según el índice de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed).

Luego del estallido de la crisis bancaria, en octubre de 2008, un grupo de países "emergentes" encabezados por China, y un conjunto de "desarrollados" (entre ellos Alemania) comenzaron a esgrimir la tesis de la "pérdida de influencia de EEUU" de la mano de la crisis económica y la debacle de su economía real.

Según esas teorías, las turbulencias del sector financiero amenazan con socavar el respaldo al dólar entre los inversionistas y perjudican la competencia de bancos y mercados financieros de otros países que buscan expandir su influencia global.

Se afirmaba que la crisis en EEUU podría acelerar el cambio hacia una "nueva arquitectura financiera" donde los países y sus economías dependiesen menos de las decisiones que se toman en Washington y en los centros financieros de Nueva York.

Como reacción al colapso financiero en EEUU, países y gobiernos "emergentes" y europeos (los propios socios de USA) comenzaron a cuestionar el liderazgo económico de EEUU y a proponer políticas alternativas al "modelo estadounidense" y a su divisa monetaria.

Esta percepción mitificada del derrumbe de la moneda imperial USA llevaba a otra conclusión:
La crisis de la economía mundial capitalista referenciada en el dólar posibilitaría el declive de la supremacía imperial de EEUU poniendo en el centro de la hegemonía económica mundial a China y al resto de los países emergentes (en crecimiento acelerado) de Asia o América Latina.

De acuerdo con esta teoría del "desacople", este proceso marcaría el "fin del reinado del dólar", y el ascenso de naciones como China, India y algunos países exportadores de petróleo y de materias primas que sustituirían a EEUU y a Europa como motores centrales de la economía mundial capitalista.

Curiosamente, esos mismos países, siguiendo el ejemplo de China, están ahora reforzando y protegiendo sus reservas en dólares y refugiándose en activos del Tesoro estadounidense.

Incluso, los tiburones de la especulación internacional, los fondos de inversión están apostando por estos papeles, en vista de que con el inicio de la crisis otros activos financieros parecen más arriesgados.

En cambio, el dólar se ha beneficiado (y se sigue beneficiando) de la huida de los "inversionistas" de los activos riesgosos así como de la descarga de apuestas que se hicieron con dinero prestado.

En este escenario, y apelando a su clásico doble discurso, el régimen chino vuelve a la carga planteando la creación de una moneda supracional en reemplazo del dólar.

Mercados grandes, diversificados y con altos volúmenes de transacciones de una moneda en particular "no aparecen espontáneamente sólo porque el presidente del banco central de China sugiere que sería una buena idea", dice Barry Eichengreen, economista de la Universidad de California en Berkeley.

Es más, una moneda supranacional no tendría usuarios potenciales o país de origen donde pueda ganar aceptación gradualmente, opinaban el lunes expertos en Wall Street.

La Unidad Monetaria Europea (ECU) fue creada como una divisa de integración en 1979 y no tuvo una acogida significativa hasta que esfuerzos concretos (y una buena cantidad de dinero) de las autoridades europeas la transformó en el euro dos décadas después.

Incluso el euro, considerada la innovación monetaria más exitosa del último tiempo, sigue siendo una segunda opción después del dólar en el uso internacional. La crisis financiera global también ha dejado al desnudo los inconvenientes inherentes a una moneda común.

Teorías conspirativas y doble discurso

Según el Banco Mundial y el FMI, más de un 70% de las reservas mundiales están en dólares, frente a un 25% en euros de la Unión Europea, que también utiliza el dólar. China, la tercera economía mundial, después de EEUU y la UE, tiene sus reservas en dólares.

Paradojalmente, los países señalados por los teóricos del "desacople" como los que van terminar con la vigencia de la economía "dolarizada" (China, Rusia, Brasil, India, Corea del Sur y Taiwan, etc) lideran la acumulación mundial de las reservas en dólares.

El dólar es la moneda de cambio y de reserva internacional, y los países de todos los continentes (Europa, Asia, Latinoamérica y África) la utilizan en sus transacciones comerciales y tienen la mayoría de sus reservas en dólares, por lo que el fin del dólar implicaría un derrumbe mundial generalizado del sistema capitalista de la que ningún país estaría a salvo.

Un 80% de las transacciones internacionales, un 70% de las importaciones mundiales y la casi totalidad del comercio petrolero se realizan en dólares, según el Banco Mundial y el departamento de Comercio estadounidense.

EEUU, la primera economía mundial, Europa, la segunda economía mundial y China, la tercera economía mundial realizan la mayoría de su comercio en dólares. Si la divisa estadounidense colapsara, colapsarían EEUU, la Unión Europea y China (los mayores vendedores y compradores del mundo), que juntos suman casi la mitad de la economía mundial.

Además, los motores del crecimiento asiático, China, India y Japón son dependientes del comercio exterior en dólares con EEUU.

Por lo tanto, en la realidad fuera del discurso, los más interesados en salvar al dólar y a EEUU del colapso son Europa y las potencias centrales, además de China y las potencias emergentes, cuyo desarrollo económico depende de EEUU y de Europa y del entramado de la economía global que tiene al dólar como moneda patrón.

Esto explica porque el gobierno chino, en pleno declive del dólar frente al euro, ratificó su decisión de mantener sus reservas en dólares, y explica porqué la UE y el banco central europeo salieron a contener el avance del euro frente al dólar.

Las empresas y los grupos financieros transnacionales que controlan los sistemas financieros especulativos y los sistemas económicos productivos a escala mundial (por encima de los gobiernos) realizan mayoritariamente sus volúmenes de negocios, inversiones y tomas de ganancias en dólares.

Por lo cual un colapso terminal de la moneda estadounidense (como vaticinan los partidarios de la teoría del "desacople") produciría una parálisis de la actividad económica mundial en cuestión de horas.

Los obstáculos técnicos y políticos para implementar la propuesta china son enormes, de modo que, incluso si obtuviera el respaldo de otros países, es improbable que la iniciativa cambie el rol del dólar a corto plazo, coinciden analistas europeos y estadounidenses.

"El reestablecimiento de una moneda de reserva nueva y aceptada ampliamente con un valor de referencia estable llevará un largo tiempo", reconoció gobernador del banco central chino Zhou Xiaochuan.

La propuesta china llega en medio de los preparativos para una cumbre del G-20, que reúne a los mayores países industrializados y en vías de desarrollo del mundo, que tendrá lugar en Londres la próxima semana.

La propuesta china de crear una moneda de reserva internacional se produce después de que Rusia lanzara una iniciativa similar a principios de mes durante los preparativos para la próxima cumbre del Grupo de los 20 (G-20).

Al igual que China, Rusia recomendó que el Fondo Monetario Internacional (FMI) emitiera la moneda y destacó que la propuesta provenía de una necesidad de actualizar "el obsoleto orden económico mundial unipolar".

Mientras tanto, la divisa estadounidense se revaloriza impulsada por la demanda de los bancos de todo el mundo, desde Asia, América Latina y Europa, que pugnan por obtener dólares USA y bonos del Tesoro de EEUU.

La demanda y suba del dólar en plena agudización de la crisis financiera, mientras el euro (promocionado como su "sepulturero") se desploma, es la más clara señal de que los países y potencias capitalistas (pese su doble discurso en los foros internacionales) lo consideran como la única moneda segura.

La escalada vertiginosa del dólar, mientras en EEUU se derrumban los bancos y estallan en rojo todos los indicadores de la economía real, es la mejor prueba de que la moneda imperial continúa siendo el único activo creíble para refugiarse en tiempos de crisis.

Según el Banco Internacional de Pagos, el banco central de los bancos centrales, el dólar continúa siendo la "moneda favorita de los bancos centrales" y representa un 55% de sus activos y pasivos en moneda extranjera.

En consecuencia, si EEUU y el dólar colapsaran, simultáneamente colapsarían el comercio exterior, el sistema financiero y el sistema económico productivo, tanto de los países centrales como de los periféricos y emergentes.

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