Detenidos 14 militares colombianos acusados de asesinar a campesinos

TeleSUR
27/01/09

La justicia colombiana puso bajo custodia a 14 militares colombianos acusados de asesinar, en 2007, a tres campesinos colombianos y haberlos hechos pasar por miembros de la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN), muertos en combate. Antes de ser asesinadas, las víctimas habrían sido secuestradas de un restaurante y un autobús.

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La Fiscalía de Colombia ordenó este martes la detención de 14 soldados que hace dos años asesinaron a tres campesinos y los hicieron pasar como guerrilleros caídos en combate del Ejército de Liberación Nacional (ELN) .

Según voceros judiciales locales, estos militares pertenecen al grupo élite del Ejército colombiano antisecuestro en el departamento de Casanare, al este del país, y su caso pasó a manos de un fiscal de derechos humanos de Villavicencio, la capital de la región vecina del Meta.

La Fiscalía General en esta localidad explicó en un comunicado que los militares son investigados por haber dado muerte a dos hermanos y a otra persona más el 30 de marzo de 2007 en zonas rurales de la dependencia oriental colombiana.

Las víctimas de los uniformados son los hermanos Gustavo y Yefer Arialdo Mora Sanabria, de 15 y 20 años, secuestrados previamente en un restaurante campesino, y William Martínez Suárez, de 16, quien fue forzado a bajar de un autobús público.

"Las víctimas fueron presentada por los militares como integrantes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) muertos en combate durante la "Operación Marcial", indicaron las fuentes, que señalaron que "los occisos vestían ropas y botas de tallas mayores a las por ellos usadas".

Además, agregaron, los cadáveres fueron trasladados a la brigada militar de la región "sin los protocolos de necropsia ni las correspondientes inspecciones de policía judicial".

La fiscalía en Villavicencio dijo que los 14 militares son investigados por homicidio agravado, secuestro simple agravado y porte ilegal de armas de fuego".

Este episodio es uno más de los cientos similares denunciados por campesinos y organizaciones humanitarias desde hace años y que se conocen como "falsos positivos", es decir, homicidios de civiles para mostrar resultados ante superiores u obtener beneficios, como días de descanso o incluso recompensas monetarias.