EEUU, China e India en "desaceleración"

IAR Noticias
21/10/08

Claramente el Imperio del dólar enfrenta tres problemas centrales: El colapso financiero (cuyo emergente más inmediato es la contracción del crédito), la recesión económica que se ya se proyecta por todos los índices macroeconómicos, y el embate de sus socios europeos para "refundar" el sistema capitalista, que es como decir, intentar desplazar a USA (o por lo menos acotarlo) de las decisiones estratégicas del sistema financiero y del comercio internacional. A esto se suma un dato preocupante y clave: China e India, con su comercio exterior atado a la suerte de la economía norteamericana, en primer lugar, y a la europea en segundo lugar, ya reconocieron que enfrentan una "severa" desaceleración en sus economías.

Se empieza a configurar un "nuevo escenario" donde el colapso financiero (adornado por la "volatilidad" de las bolsas del sube y baja) claramente ya devino en "crisis crediticia" que (en una economía del consumo "a crédito" como la de EEUU) agrava el marco general del desempleo y el achicamiento del consumo. Pero hay otro dato aún más preocupante: Si China (la tercera potencia económica mundial), India y Japón, que también está "desacelerado", reducen la actividad económica, "enfrían" el comercio exterior y se retroalimentan con la desaceleración estadounidense y europea, los efectos deflacionarios sobre el petróleo y las materias primas pueden ser contundentes. EEUU, Europa, China, Japón e India son los mayores compradores mundiales de petróleo y materias primas.

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Un descenso en el precio de las materias primas y del oro negro, a su vez, puede ser el certificado de defunción para el "crecimiento" de las economías "emergentes" y periféricas que ya han ingresado a la "desaceleración" de manos de la crisis del crédito y el achicamiento del consumo. En definitiva (y admitida oficialmente por la Reserva Federal) la recesión USA dejó de ser una especulación para convertirse en una realidad. Y en una economía global entrelazada (en todos sus niveles) por el dólar, eso significa un solo mensaje de alerta: Se viene la recesión global. Una gripe virósica, ante la cual la "crisis financiera" solo es un resfrío previo.

Para los especialistas la cuestión está clara: En EEUU ya no hay posibilidad de reactivación económica con reducciones de tasas de interés, mientras el rescate financiero (realizado con dinero de los impuestos) sólo consigue contracción del crédito, desaceleración económica y una profundización del achicamiento del consumo, con su consecuencia inmediata: Incremento de la desocupación, y escalada de precios para compensar la falta de ventas.

El capitalismo no se resigna a perder rentabilidad: Si se caen las ventas las empresas (como ya lo están haciendo) despiden empleados para "achicar costos", y aumentan precios para compensar la baja de ventas ganando lo mismo. Ese es el abc (retroalimentado) de la recesión.

El único perdedor de la pirámide es el asalariado masivo al que, en el mejor de los casos, se le devalúa constantemente su sueldo y su capacidad de compra, y, en el peor de los casos, se queda sin empleo y sin salario.

En este escenario, el presidente de la Reserva Federal USA, Ben Bernanke, advirtió el lunes que el país enfrenta una prolongada desaceleración económica y se declaró favorable a un segundo plan de "reactivación" o de "salvataje financiero" que puso a Wall Street y a las bolsas en estado de "volatilidad permanente", o de sube y baja compulsivo.

La advertencia de Bernanke, fue realizada sólo horas después de que China e India anunciaran una desaceleración de su crecimiento económico.

En un franco discurso ante un comité legislativo, Bernanke indicó que el consumo (en EEUU) está cayendo, la confianza está en baja y el mercado inmobiliario está deprimido.

"La desaceleración del gasto y de la actividad abarca a la mayoría de los grandes sectores", señaló el presidente de la Reserva Federal.

"Con una economía que será probablemente débil durante varios trimestres y un cierto riesgo de desaceleración prolongada, parece apropiado que en el contexto actual el Congreso considere un paquete fiscal", afirmó Bernanke.

Las palabras del jefe de la Reserva Federal conmovieron a un país que arrastra un déficit comercial del 6% del PBI que impacta cada vez más negativamente en sus exportaciones e importaciones. Además, EEUU carga con el mayor pasivo del planeta, tiene el 50 % de sus bonos públicos en manos de extranjeros, y se acerca a un déficit fiscal récord de US$ 500.000 millones.

Los afectados directos por esta situación: Europa, China, India y Japón, cuyos comercios importadores y exportadores están atados a la suerte de la primer economía imperial.

Definitivamente -señalan analistas- la aritmética de la recesión se está cocinado a fuego lento en la locomotora USA, cuyos vagones de Europa y de Asia ya comienzan a incendiarse.

Pero hay otros datos que (aunque no "preocupan" al establishment económico) se suman al creciente cuadro de "crisis social" en los países periféricos, que se retroalimenta con la desaceleración económica de la potencias centrales.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) advirtió que 20 millones de personas perderán su trabajo por la actual crisis financiera.

La OIT también estimó que 40 millones de personas más se verán empujadas a la pobreza, en otras palabras, vivirán con menos de US$1 diario, y otras 100 millones tendrán sólo US$2 por día (cifras algo lejanas de las que el Estado USA utiliza para salvar a sus bancos).

Según el director general de la OIT, Juan Somavía, estas nuevas estimaciones "podrían quedarse cortas si no se enfrenta rápidamente los efectos creados por la actual contracción económica y la posible recesión".

"Ésta no es simplemente una crisis en Wall Street (...) necesitamos un plan de rescate económico para las familias trabajadoras y la economía real, con reglamentos y políticas para crear trabajos dignos", añadió.

Además, el director de la OIT consideró necesario asegurar que las empresas consigan acceso a créditos para evitar despidos, recortes de salarios y bancarrotas.

Y por si alguien tuviera dudas sobre la posición de la OIT, su director afirmó rotundo:

"Damos la bienvenida a las peticiones de mayor regulación financiera y el establecimiento de un sistema de control global".

En ese sentido, la Unión Europea coincide con la OIT, pero por otras razones.

Las economías centrales de EEUU y la UE, se encuentran con sus números en rojo. Mientras las autoridades imperiales se preocupan por salvar a los bancos quebrados, los números negativos de su macroeconomía se acumulan: Inflación creciente, déficit creciente, desempleo creciente, consumo decreciente, todas las señales de una desaceleración económica que en casos puntuales como EEUU, España, Reino Unido y Alemania, ya tocan el primer escalón de la recesión.

A pesar de que, con los "mega rescates" financieros, EEUU y la UE se ponen como los garantizadores (con dinero de los impuestos) de una nueva burbuja de negocios financieros con los salvatajes, los créditos y las compras de instituciones quebradas, los mismos no son suficientes para calmar el temor generalizado a una recesión global con epicentro en EEUU y Europa.

En ese marco, la UE pide un nuevo sistema de control global y una "refundación del capitalismo", no para salvar a los pobres o paliar la crisis social dejada por la debacle especulativa, sino para posicionar mejor a sus propias empresas y bancos para competir por la hegemonía de las decisiones con el Imperio del dólar.

Bush y la Casa Blanca ya tienen decisión tomada de "no innovar" en materia del sistema capitalista arrastrado por la locomotora USA-dólar, pero, en acto de estrategia política, accedió a convocar con la UE a "varias cumbres" con fecha imprecisa y temarios aún más imprecisos.

Bush, que termina su mandato en enero, solo quiere "ganar tiempo" y dejarle la discusión filosófica y "reorganizativa" del sistema capitalista a su sucesor.

Frente a la feroz crisis financiera que golpea la economía mundial, la peor desde 1929, Estados Unidos y la Unión Europea decidieron organizar no una sino varias cumbres de jefes de gobierno para hacer frente al terremoto y analizar una reforma para evitar nuevos cimbronazos.

La primera cumbre se realizará en EE.UU. "pronto, luego de las elecciones presidenciales" del 4 de noviembre, afirma un comunicado difundido tras el encuentro del sábado. Sería en Nueva York, ya que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ofreció su sede.

Así lo acordaron los presidentes de EEUU, George W. Bush, y de Francia, Nicolas Sarkozy -quien ejerce la presidencia semestral de la UE-, junto al jefe de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, el sábado durante una reunión en la residencia oficial de Camp David, en las afueras de Washington.

Sin embargo -y por la reticencia de Bush y la Casa Blanca- no hay acuerdo por el "nuevo orden financiero global" que debería promoverse. La UE quiere una reforma profunda del sistema, algo así como un segundo Bretton Woods, los acuerdos que en 1944 sentaron las bases del sistema financiero actual y sus principales instituciones.

EEUU, el Imperio locomotora, prefiere seguir con el "modelo" vigente: "Controlado" (financieramente) desde Wall Street y "garantizado" (militarmente) por el poder nuclear y convencional de EEUU. Para Bush y la Casa Blanca, en ese terreno, no hay "nada que innovar".

¿No hay nada que innovar?

Veremos que dicen Washington y la Casa Blanca (ya sin Bush) cuando la recesión reconfigure el "nuevo escenario" con despidos en masa y conflictos sociales reproduciéndose a escala planetaria.

¿Habrá salvataje de los pobres y desocupados por parte de la Reserva Federal y los bancos centrales europeos?.

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