Pánico generalizado: La economía británica se contrae y el bloque del euro ya está en recesión

IAR Noticias
24/10/08

Las primeras señales concretas de la crisis estructural (con recesión) ya se empiezan a verificar en los datos en rojo de la economía real estadounidense. La crisis del crédito (emergente de la crisis financiera) combinada con los altos precios de los alimentos y la energía (a pesar de la baja del petróleo y las commodities) precipita un proceso de desaceleración económica combinado con una baja del consumo y aumento creciente del índice de desocupación. De esta manera, el tan temido "impacto social" de la crisis comienza a hacerse presente en la primera economía imperial.

A pesar del multimillonario plan de rescate bancario, el Departamento de Trabajo confirmó el jueves que la crisis financiera, la crisis del crédito y la caída del consumo ya están mostrando su emergente más temido: Los despidos laborales masivos que ya afectan a miles de familias estadounidenses.

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El miedo a perder el empleo, a su vez, impulsa a que las familias reduzcan el consumo. El fenómeno describe las primeras señales claras de la desaceleración económica en EEUU.

Según The Wall Street Journal, "si los mercados de crédito continúan paralizados, el impacto sobre las empresas y los consumidores podría ser amplio, reduciendo el acceso a los préstamos, lo que disminuiría el gasto y la inversión. Los economistas señalaron que la contracción del crédito podría producir más despidos y provocar una reducción importante de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal".

En resumen, más allá de la "crisis" y el "salvataje" de los mercados, hay una crisis estructural paralela de la economía real norteamericana (con sus números macroeconómicos en rojo) que se potencia con la histérica "crisis de los mercados" que genera la crisis del crédito y establece el primer escalón hacia la recesión.

Las estadísticas sobre las solicitudes de seguro de desempleo no han mejorado, como se esperaba, y el desempleo oficial actual es del 6,1%, pero viene de un 5% en abril y los pronósticos son de que a fin de año habrá un 7% de desocupados.

La semana pasada, los temores a que EEUU entrara en una profunda recesión, provocaron la mayor caída del Promedio Industrial Dow Jones en 21 años, que coincidió con el descenso de las ventas minoristas y las ganancias de los bancos y el debilitamiento de la demanda de materias primas.

En los últimos días se acentuó la tendencia a despedir grandes cantidades de empleados en industrias tan diversas que van desde los laboratorios medicinales hasta las tecnológicas.

Según informó el jueves el Departamento del Trabajo estadounidense, en la última semana se habían presentado 478.000 solicitudes de ayuda por desempleo, un aumento de 15.000 puestos desde la semana anterior, y muy cercana al récord de 480.250 registrado unas semanas después de los atentados del 11/S.

De acuerdo a los estándares de ese mismo ministerio, si hay más de 400.000 solicitudes de ayuda por desempleo en una semana se está, estadísticamente, en una recesión.

El gran problema que dejan las crisis financieras del capitalismo es el encarecimiento y/o desaparición del crédito. Se contrae el crecimiento económico y las empresas reducen la producción y achican plantel de empleados para sobrevivir. Es ahí donde la inflación (en la que ya están sumidas las economías centrales y muchas periféricas de Asia y América Latina) se puede convertir en recesión o estanflación (recesión con inflación).

En definitiva, el cóctel crisis del crédito-caída de la producción-desempleo masivo es lo que ya se proyecta como efecto inmediato de la crisis financiera con caída bancaria y derrumbe de bolsas a escala global con epicentro en EEUU y Europa.

Hace tres semanas, las nuevas solicitudes para recibir la asistencia al desempleo alcanzaron 463.000, el máximo nivel en siete años en EEUU.

Esta semana se esperaba una mejora, pero no se logró. La entidad señaló que los estadounidenses que pidieron ayuda al gobierno federal se incrementaron en 15.000, con lo que la nueva cifra se ubica en 478.000.

Las cifras en general muestran un panorama poco halagador. El año pasado, por esta misma fecha, el número de cesantes queriendo cobrar un cheque de desempleo era de 330.000.

Debido a la crisis en el sistema financiero, se recortaron muchos empleos en las instituciones bancarias y en el sector inmobiliario y de construcción.

Por ejemplo, el banco Goldman Sachs anunció que tendrá que reducir su plantilla en 3.260 empleado, 10 por ciento del total.

El sector automotriz, es otro de los más afectados por la crisis. Recientemente General Motors anunció que cerrará plantas en Michigan, Wisconsin y Delaware.

Otras industrias también han comenzado a anunciar sus planes de "reajuste". La farmacéutica Merck, anunció que despedirá a 7,200 trabajadores, Pepsi recortará 3,300 y Yahoo 1,500.

El miedo a perder el empleo, no ayuda a la reactivación económica, porque la gente deja de consumir.

Una encuesta sobre el índice mensual de confianza del consumidor, elaborada por la agencia Reuters y la Universidad de Michigan, mostró en octubre la mayor caída desde que comenzó la medición en 1952.

La tendencia más clara se observa en la hotelería y los servicios. La gente tiende a salir menos y deja de concurrir a los restaurantes.

Los comerciantes están a la espera de lo que suceda entre el Día de Acción de Gracias del 27 de noviembre y la Navidad, que es la gran temporada de compras y ventas. Si la gente usa la lógica de los empresarios y no gasta, la recesión se instalará con furia, señalan los analistas.

En EEUU el gasto de los consumidores equivale a más del 66 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB). A su vez las ventas de minoristas equivalen a un tercio de las ventas finales en la economía y a casi la mitad del gasto de los consumidores.

El encarecimiento de los combustibles, el deterioro en los precios de las propiedades y la caída del consumo especialmente de automotores (Ford y Toyota ya anunciaron para el segundo semestre una caída de casi 30% en sus ventas) representan los principales signos de la creciente recesión.

Desde el mismo gobierno y desde los bancos de inversión, los expertos ya aseguran que el estancamiento de la economía vendrá acompañado de una crisis recesiva que posiblemente se extienda hasta mediados de 2009.

Además, los especialistas advierten que la economía no crecerá este trimestre, ni el próximo.

Incluso el que fuera el titular de la Reserva Federal por 18 años, Alan Greenspan, advirtió este jueves en una audiencia en el Congreso que los estadounidenses tendrían que adaptarse a la inestabilidad laboral.

La empresa VMware, que se dedica a la creación de software, que en el último cuatrimestre tuvo una ganancia del 32% y pertenece a una industria que no está entre las más perjudicadas por la crisis, detuvo de plano la expansión que venía teniendo desde hacía dos años. "Congelamos todo. Somos conservadores", dijo Mary Ann Gallo, la portavoz de la empresa.

La lógica funcional histórica del capitalismo indica que cuando las empresas paralizan o reducen la producción por la crisis, el efecto más inmediato es el despido de personal.

Los empleados, siempre son la variable de ajuste de un achicamiento del costo para mantener el mismo nivel de rentabilidad vendiendo menos.

Ese es el impacto social de la desaceleración económica que ya se está perfilando claramente en EEUU.

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