Bush no cambiará su política hacia Irán a pesar del informe de inteligencia que afirma que no supone amenaza nuclear

David Brooks
La Jornada
6/12/07

Cayó como bomba: todo lo que la Casa Blanca había dicho sobre la amenaza bélica nuclear de Irán al mundo no es, pues, cierto, según un nuevo informe de las agencias de inteligencia de… Estados Unidos.

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O sea, es posible que una parte del gobierno de este país acaba de descarrilar las intenciones bélicas de otra parte del mismo gobierno, y con ello podrían haber anulado una de las maniobras políticas más fervientes de Bush y su vicepresidente Dick Cheney, y que había generado creciente preocupación de un inminente ataque estadunidense contra Irán.

La inteligencia de Estados Unidos emitió un informe ayer que afirma que Irán había suspendido su programa de armas nucleares desde 2003, contradiciendo así lo que había afirmado el gobierno de George W. Bush hasta ayer y que algunos dentro de Washington estaban empleando para amenazar con una guerra contra ese país.

El presidente Bush fue obligado hoy, ante este acontecimiento, a sostener una conferencia de prensa para intentar manejar todo esto y limitar sus daños. Se defendió argumentando que a pesar de esta nueva información, el peligro que representa Irán es el mismo, ya que aún podría construir una bomba nuclear en el futuro.

Insistió: “Irán era peligroso, Irán es peligroso e Irán será peligroso si tiene el conocimiento necesario para desarrollar un arma nuclear”. Y agregó que el nuevo informe sostiene que Irán sí contaba con un programa de armas nucleares clandestino y, por lo tanto ¿“quién dice que no podría empezar otro programa” nuclear?

O sea, afirmó que la nueva inteligencia no cambiará para nada su política hacia Irán.

Sin embargo, tuvo dificultad respondiendo a preguntas sobre qué se sabía, cuándo y cómo era posible que esto no cambiara su política. De hecho, varios reporteros le recordaron que a mediados de octubre pasado había advertido sobre la posibilidad de una tercera guerra mundial si Irán no suspendía su programa, a pesar de que las agencias de inteligencia ya contaban con información de que no existía tal esfuerzo. Bush simplemente respondió que él solo se enteró del informe de inteligencia la semana pasada.

Ahora el comandante en jefe intentó justificar su política con base no en una amenaza actual, como hasta ayer, sino con base en una amenaza hipotética. Afirmó que la nueva inteligencia sigue considerando a Irán como una amenaza a la paz y por lo tanto “no he cambiado de opinión”.

Pero para críticos, la nueva evaluación de inteligencia cambia todo, y hasta podría representar, como dijo un comentarista, la “muerte de la doctrina Bush”, o sea, la política de aislamiento, castigo económico y amenazas bélicas que se han aplicado bajo la justificación de que Irán estaba al borde de tener una arma nuclear.

La difusión ayer de las partes no clasificadas del nuevo informe, conocido como el Cálculo Nacional de Inteligencia (National Intelligence Estimate, o NIE) ha detonado una tormenta de preguntas y sospechas de que hay una grave disputa dentro del gobierno de Bush sobre la política hacia Irán, ya que este informe es percibido como un golpe magno contra figuras como el vicepresidente Cheney y otros que han amenazado durante meses con un ataque militar contra Irán.

Peor aún, el nuevo informe, representando el consenso del aparato de inteligencia conjunto (o sea, por 16 agencias de inteligencia federal), contradice el previo NIE de 2005 donde se advertía que “Irán está actualmente determinado a desarrollar armas nucleares, a pesar de sus obligaciones internacionales y la presión internacional….”. El NIE de 2007 afirma que “en el otoño de 2003, Teherán detuvo su programa de armas nucleares” y que no ha procedido con este esfuerzo hasta ahora, aunque “no sabemos si actualmente tiene la intención de desarrollar armas nucleares”. Pero el punto es que el nuevo NIE afirma que “Irán no cuenta actualmente con alguna arma nuclear”.

Al parecer, según reportan los medios aquí, las agencias de inteligencia empezaron a contar con nueva información este verano, y éstos presentaron las nuevas líneas de información a un grupo de miembros de gabinete, incluyendo a Cheney, hace un par de semanas.

Aparentemente el fantasma de lo ocurrido hace poco más de cinco años, cuando las mismas agencias presentaron un NIE en 2002 concluyendo que Irak contaba con armas químicas y biológicas y estaba a punto de reiniciar su programa nuclear –todo lo cual fue comprobado que era falso después de que fue utilizado para justificar la invasión de ese país– influyó en la elaboración y análisis del nuevo NIE sobre Irán.

Estas conclusiones han cambiado dramáticamente el panorama del debate sobre la política exterior de un solo golpe, ya que la justificación fundamental para la ofensiva internacional del gobierno de Bush en su último año está en duda, si no anulada. Ayer, el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, comentó que el nuevo NIE “cuestiona directamente algunas partes de la retórica alarmante de este gobierno sobre la amenaza que representa Irán”.

A la vez, el nuevo NIE provoca un cambio en el debate electoral, así como en las relaciones internacionales en torno a Irán. Inevitablemente también genera más dudas sobre las ya de por sí desprestigiadas agencias de inteligencia, y si esto es un caso más de “mala inteligencia”, como fue el de Irak, o si las agencias de inteligencia una vez más elaboraron sus análisis para servir a fines políticos de algunos en la Casa Blanca (lo cual también ocurrió en el caso de Irak).

Pero sobre todo, el nuevo informe descarrila lo que muchos temían era un inminente ataque bélico contra Irán, a pesar de que Cheney, otros halcones y el propio Bush continúan argumentando que Irán es una grave amenaza para la paz mundial. El senador republicano Chuck Hagel dijo que “si no otra cosa (el informe retira) la urgencia de que tenemos que atacar a Irán… no creo que uno pueda sobreestimar la importancia de esto”.

Se altera la política exterior

“Rara vez, si en algún momento, un solo informe de inteligencia ha alterado tan completa, repentina y sorprendentemente un debate de política exterior aquí” reportó hoy el New York Times, en su análisis de la noticia.

Sin embargo, eso no implica –al juzgar por sus acciones anteriores cuando los hechos y la inteligencia no coincidían con sus políticas– que Bush y algunos de sus asesores más beligerantes busquen otra justificación para hacer lo que desean, aunque todo indica que esta vez no contarán con el apoyo ni el capital político, ni la credibilidad, del que gozaban hace unos años.

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