Alemania en 1933: Un fácil deslizamiento hacia el Fascismo

Bernard Weiner
The Crisis Papers/SOTT.net
Traducción: Gabriela Navarro
09/05/03

Si este mail es un indicio, un gran número de personas se preguntarán si están viviendo en los Estados Unidos en el 2003 o en Alemania de 1933.

Todo este énfasis en el nacionalismo, la militarización de la sociedad, la identificación del Líder como nación, un constante estado de miedo y ansiedad que las mismas autoridades tratan de destacar, leyes represivas que dan lugar a las garantías constitucionales del debido proceso, guerras de agresión lanzadas a las naciones mas débiles, el deseo por asumir la hegemonía global, la unión de intereses gubernamentales y administrativos, las inmensas campañas de propaganda por parte de los medios de comunicación, un pueblo que es propenso a creer los lemas y aberrantes mentiras sin hacer ningún tipo de pregunta, una oposición tímida que apenas responde a la aventura temeraria de la administración en los países extranjeros y las políticas de estado en su propio país, etc.

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El paralelismo no es exactamente perfecto, por supuesto; Estados Unidos en el 2003 y Alemania setenta años atrás no son lo mismo, y Bush no es Hitler. Sin embargo, hay suficientes similitudes en los dos períodos al menos para sacar moralejas e imaginarnos de esta forma que hacer con nuestro conocimiento.

Nuestra civilización consta de fino revestimiento. Lo sabemos por lo que hemos observado. Y los diferentes autores desde Shakespeare hasta Sinclair Lewis (Esto no puede suceder aquí) nos han mostrado cuan fácilmente los pueblos se convierten en victimas de la manipulación de sus lideres que juegan habilidosamente con la emoción patriótica o racial o los sentimientos nacionalistas.

Pueblos enteros, como los individuos, pueden convertirse en irracionales a veces por un momento, a veces por años, a veces por décadas. La ambición, el odio, el miedo pueden sacar lo mejor de ellos, y las mentiras de sus líderes pueden engañar sus mentes racionales. Esto ha sucedido, sucede y seguirá sucediendo.

Uno de los ejemplos más terribles de un país entero que cae en la locura nacional es probablemente el de Hitler en Alemania desde 1933-45. La guerra que se produjo fue verdaderamente catastrófica lo que llevó a la muerte a más de 40.000.000 personas.
Una gran parte de lo que sabemos acerca de como sucedió esto en Alemania llega a nosotros muchos años mas tarde a través de los libros post facto que miran hacia un pasado de terror. Hay muy pocos ejemplos de notas que fueron escritas en el momento preciso que se dieron los acontecimientos.

Uno de esos libros es Desafiando a Hitler escrito por el periodista y escritor alemán Sebastián Haffner- el manuscrito fue hallado por el hijo de Haffner en 1999 en uno de sus archivos luego de la muerte de su padre a los 91 años. Al publicarse en el 2000, el libro inmediatamente se convirtió en un éxito en Alemania y fue publicado en inglés el año pasado, el cual fue traducido por su hijo Oliver Pretzel. El nombre original de su padre era Raimundo Pretzel quien continuó una carrera exitosa como Sebastián Haffner
escribiendo en Inglaterra durante la guerra luego regresó a Alemania. Es autor de libros como De Bismarck hasta Hittler y El significado de Hitler, entre otros trabajos.

Desafiando a Hitler es un documento social brillantemente escrito, que se comenzó a escribir en 1939 (y finalizó abruptamente), a pesar que empapa al lector de la historia alemana desde la primera Guerra Mundial en adelante; pone énfasis en el año1933 cuando, mientras Hitler asumía el poder, Haffner era un estudiante de 25 años de abogacía, que estaba preparándose para unirse a los tribunales alemanes como administrador principiante.

El lector se encontrará leyendo con asombro este libro debido a la profunda perspectiva histórica de lo que estaba sucediendo y a las predicciones de lo ocurriría mas tarde. ¿Que fue lo que llevó a miles de alemanes comunes a unirse al programa nazi o como una persona tan joven como Haffner puede ser tan clarividente en medio de la sórdida brutalidad como era el nazismo? En realidad, muchos críticos afirmaron que Haffner debió haber re escrito el libro unos años mas tarde, cada una de las página del manuscrito original se envió a los laboratorios quienes autenticaron que, en realidad, el libro había sido re escrito en 1939.

EL INDIVIDUO EN LA SOCIEDAD

Lo que se destaca de este libro, además de su maravillosa escritura, es que Haffner focaliza en “pequeñas personas” como él más que en las maquinaciones de los líderes. Busca explorar como los alemanes comunes, en especial los anti nazi y los no nazis, se dejaron absorber por completo por las garras del Hitlerismo.

Ocasionalmente hace comentarios acerca de las características de los alemanes (Como alguna vez Bismark remarcó en su famoso discurso, el coraje moral es en cualquier caso una rara virtud en Alemania, pero que deja completamente a Alemania en el momento exacto que pone el uniforme). Sin embargo, dedicó gran parte de su atención a la responsabilidad moral. “Si lees libros de historia comunes- dice él- tienes la sensación que solo unas pocas personas están involucradas, que se encuentran en el timón del barco del estado y que cuyas semillas y decisiones forman lo que hoy se denomina historia”

De acuerdo con este punto de vista, la historia de esta década (1930) es una especie de juego de ajedrez entre Hitler, Mussolini, Chian Kai,Shek, Roosevelt, Chamberlain, Daladier, y otros hombres cuyos nombres todos sabemos. Nosotros- los otros anónimos- parecemos ser los objetos de la historia, peones en un juego de ajedrez que pueden avanzar o dejar, sacrificar o capturar, pero cuyas vidas se viven en un mundo totalmente diferente sin ningún tipo de relación de lo que sucede en el juego.

Puede parecer una paradoja, pero es la simple verdad decir que los sucesos históricos decisivos se dieron entre nosotros, las masas anónimas. Los dictadores, ministros y generales más poderosos no tienen poder alguno contra las decisiones importantes que el pueblo toma a la larga de manera individual y casi inconsciente. Las decisiones que influyen en el curso de la historia nacen de las experiencias individuales de miles de millones de personas.



LA SUBIDA DE HITLER AL PODER: UN ACERTIJO A RESOLVER
Haffner trata de resolver el acertijo acerca de la fácil aceptación del fascismo en el tercer reinado de Hitler. En Marzo de 1933, la mayoría de los ciudadanos alemanes no votaron a Hitler. ¿Que sucedió con esa mayoría? ¿Acaso murieron? O desaparecieron de la faz de la tierra? ¿O quizás se volvieron Nazis en la última etapa? ¿Cómo fue posible que no haya ningún signo de reacción mientras que Hitler comenzaba a consolidarse lentamente y luego mas rápidamente en el poder y a cambiar a una Alemania democrática por una Alemania de totalitarismo?

En todo este camino, Hittler propondría o promulgaría reglas que dividieran las libertades de los ciudadanos alemanes- dirigidas, por lo general, a sectores pequeños y vulnerables de la sociedad (gremios, comunistas, judíos, personas con deficiencias mentales, et al). Y fueron pocos los que dijeron algo al menos o se mostraron estar totalmente desconformes. En los comienzos, en aquellas raras ocasiones en las que había alguna reacción negativa, Hittler daba un paso atrás. Y fue así como los nazis se hicieron mas audaces y mas voraces a medida que siguieron dividiendo la sociedad. Muchos alemanes (incluyendo los que apoyaban originariamente a Hitler) estaban convencidos que el nazismo colapsaría a medida que se haga mas extremista, otros preferían negarlo. Era mas fácil mirar para el otro lado.

Haffner vio lo que estaba comenzando a suceder, pero se refugió en sus estudios de abogacía. Aun cuando los Brownshirts golpeaban y mataban personas en las calles, los tribunales con los cuales él trabajaba se mantenían fuertes en defensa de los principios tradicionales democráticos. Hasta que un día, los nazis marcharon hacia los tribunales de Berlín y tomaron el sistema judicial de Alemania. Haffner continúo estudiando para sus exámenes finales.

Poco tiempo después, él y sus compañeros de estudios fueron llevados a una especie de campo para ser entrenados tanto de manera ideológica como militar. Haffner, un cristiano anti Nazi- se encontró un día, para su desconcierto y horror, con unas botas de guerra, la banda esvástica en su brazo y aprendiendo a matar.

En un monólogo interno, Haffner dice: “Hay cosas que nunca voy a hacer. Nunca voy decir algo de lo que me avergüence más tarde. Disparar al enemigo esta bien pero no a todas las personas. No voy comprometerme ni voy a vender mi alma…¡Dios mio! Ya me había entregado y perdido todo. Me coloqué un uniforme con la insignia nazi en mi brazo. Me detuve y limpié mi arma. Pero eso no era importante: no era yo quien lo hacía, era un juego en el que solo cumplía un papel”

“…Solo, querido Dios, había algún tribunal que no reconocía esta defensa, simplemente escribía todo como sucedió; no miraba mi corazón simplemente miraba la banda esvástica. Antes de ese tribunal, me encontraba en una posición deplorable. Dios mío, ¿Dónde me he equivocado? Que le debo decir al juez que me preguntaba: ¿Usas en tu brazo la insignia nazi y me dices que no quieres usarla? Entonces, ¿por qué la usas?
La propaganda de los Nazis, los policías y el terror habían destrozado las redes tradiciones de apoyo. No podías estar seguro en quien confiar. Cualquiera podía estar vinculado al gobierno o convertirse en informantes para salvar su pellejo. Se cantaban canciones militares en las calles “solo había individualismo……… “El individualismo arrasó dejando a la mayoría de los ciudadanos solos para que se relacionen con el Líder o las unidades militares, la camaradería que solo ofrecía el fascismo.

MILES DE MARCAS POR UNA RODAJA DE PAN

Luego estaba el factor económico, el terror de no tener dinero para vivir. Uno lee lo que Haffner describe acerca de la crisis de la hiper inflación y aun así es difícil de aceptar o comprender: “Ninguna otra nación ha experimentado algo parecido a los acontecimientos que se dieron en Alemania en 1923. Todas las naciones pasaron la Guerra Mundial, y la mayoría experimentaron revoluciones, crisis sociales, huelgas, redistribución de riqueza, y devaluación de la moneda. Pero ninguna excepto Alemania ha sufrido y experimentado el extremo grotesco de todos aquellos acontecimientos juntos, ninguna ha experimentado la gigantesca danza de la muerte, la interminable y sangrienta Saturnalia en la que no solo el dinero perdió su valor sino que esto sucedió en todos los ámbitos.

“..Cualquiera que tenía ahorros en el banco o bonos y ve como pierden valor de la noche a la mañana. Ya no importa si era un centavo que estaba reservado para un día de lluvia o una inmensa fortuna. 1 kilo de papa que ayer costaba 50 centavos ahora cuesta cien. El salario que trajo a su hogar el viernes pasado ya no es suficiente para comprar ni siquiera un atado de cigarrillos al martes siguiente…En Agosto, el dólar alcanzó el valor de un millón. En Septiembre, un millón ya no tenía ningún valor útil…para fines de Octubre, era un billón. Nuevamente surgió una atmósfera revolucionaria…
Cuando los ciudadanos enfrentan la inseguridad a este nivel- y el miedo y la dislocación que traen aparejados todos aquellos traumas sociales -un hombre en un caballo blanco que promete restaurar el orden tiene una gran aceptación, aun para algunos demócratas incondicionales.

Habían otros ingredientes que se sumaban al tanque fascista: los términos humillantes del tratado de Versalles que se utilizaron para derrocar a Alemania después de la Primera Guerra Mundial; la incesante propaganda de los medios de comunicación que impulsaban a los ciudadanos a estar de acuerdo con el gobierno, la mentalidad marcial que prevalecía en la sociedad. Desde 1914 hasta 1918, una generación de estudiantes alemanes experimentó la guerra a diario como un gran juego apasionante, excitante entre las naciones que les daba una mayor excitación y satisfacción emocional que lo que podía ofrecer la paz y es allí donde el nazismo saca y expone todo su encanto: su simplicidad, su forma de apelar a la imaginación y su don para la acción, pero a su vez su intolerancia y crueldad hacia los oponentes. Básicamente, esta es la fuente de la actitud agresiva del nazismo hacia sus estados vecinos. Les guste o no, los otros países no son considerados vecinos sino opositores.

Y esta es esa mística inexplicable que rodea a hombres como Hitler que atrapa e hipnotiza a millones de personas hacia su red. “Si algo me enseñó la experiencia que tuve en Alemania es esto: Rathenau quien condujo un gobierno progresista en 1921-1922 y fue luego asesinado por malhechores anti semitas y Hitler son las dos personas que excitaron la imaginación de los alemanes hasta su punto mas alto, uno con su inefable cultura y el otro con su inefable maldad. En definitiva, ambos vinieron desde regiones inaccesibles, “del mas allá”. Uno desde una esfera de espiritualidad sublime donde las culturas de tres milenios y dos continentes levantan un simposio, el otro de una jungla que se encuentra mas allá de las profundidades dilucidadas por la atrocidad mas aberrante de un sub mundo donde los demonios salen desde los cuartos traseros de la pequeña burguesía, de sus albergues, de sus letrinas, y de los escondites de sus verdugos con un hedor apestante. Desde estas perspectivas “del más allá” ambos establecieron un poder hechizante, aparte de sus respectivas políticas.

Cuando el poder de Hitler –con su maldad y arrogancia y amenaza, encarcelando a sus oponentes, golpeándolos y hasta matándolos- se encontró con la cultura democrática tradicional, aquellos que se encontraban del otro lado no contaban con las herramientas necesarias para combatir a la nueva política implacable: “Es ahí donde el verdadero fenómeno del misterio de Hittler comenzó a mostrarse: sus oponentes no podían lidiar con su comportamiento y se volvieron incapaces de ver que era el infierno hecho persona quien los estaba retando”

LA TÉCNICA DE LA GRAN MENTIRA

¿Y como logro Haffner lidiar durante tanto tiempo con la fuerza amenazadora? “Lo que me salvó fue mi nariz. Tengo el sentido del olfato bastante bien desarrollado o, para decirlo de otra manera, un sentido del valor de las visiones y actitudes humanas, morales y políticas. La mayoría de los alemanes, desafortunadamente, carecen de este sentido casi por completo. El más inteligente es capaz de discutir abstracciones y deducciones aun cuando huelen que algo apesta.

Dada su formación en la debilidad y sus ganas de tragarse las mentiras más indignantes que provenían del la propaganda del ministerio y de los medios de comunicación, la mayoría de los alemanes era fruta madura para ser recogidos por los segadores nazis “Aún caen por cualquier cosa. Después de todo esto, no puedo entender como se le puede echar la culpa a la mayoría de los alemanes que creyeron, en 1933, que el incendio de Reischstag fue un trabajo de los comunistas. (Un pirómano comunista fue acusado de haber incendiado el Parlamento, lo cual fue utilizado por los Nazis como excusa para desatar tácticas de la policía de estado en contra de todos los oponentes). Si se les puede echar la culpa de algo es de su terrible debilidad de carácter colectivo lo cual se demostró por primera vez durante el período de Hitler que fue lo que, en realidad, estableció el problema. Con la sumisión propia de un ganado, el pueblo alemán acepto, que como resultado del incendio, cada uno de ellos perdía un la libertad personal y la dignidad que estaba garantizada en la constitución, como si esto fuera una consecuencia necesaria.

En resumen, lo que debió haber sido un fuerte movimiento opositor político y moral a la política de Hitler, débilmente accedió a la destrucción de las instituciones judiciales y a la armonía social de su país. El resultado era una clara tendencia hacia las políticas dinámicas que estaban recomendadas por los Nazis, y una gran furia “furia y descontento con el cobarde liderazgo de su propia oposición”

Por supuesto, el miedo a la acción de una política de estado siempre funcionaba. “Únete a los malechores para evitar que te golpeen. Aun menos clara era una clase de excitación, la intoxicación de la unidad, el magnetismo de las masas. Muchos tenían la necesidad de revancha en contra de aquellos que los habían abandonado. También había una línea de pensamiento peculiar de los alemanes: no todas las predicciones de los oponentes de los nazis se hicieron realidad. Ellos dijeron que los nazis no podrían ganar. Y Aun así ganaron. Por tanto, sus opositores estaban equivocados. Entonces, los Nazis deberían tener razón. También creían (en especial los intelectuales) que podían cambiar la cara del partido nazi al convertirse en miembros del mismo, pero aun así cambiaron su dirección”

Todo esto le sigue a nivel de psicología normal, dice Haffner “lo único que falta es lo que en los animales se denomina “raza”. Es una cuestión interna que no se la puede movilizar con ninguna fuerza o presión externa, algo noble y determinado, una reserva de orgullo, principio y dignidad para ser expuesto en la ultima etapa de un juicio. Es de lo que los alemanes carecen. Como nación, son débiles, no confiables y sin columna vertebral. Eso se demostró en Marzo de 1933. En el momento de la verdad, cuando otras naciones se levantaban espontáneamente, los alemanes caían colectivamente. Gritaron y capitularon. Sufrieron una crisis nerviosa. El resultado de esta crisis nerviosa de millones es una nación unida, preparada para cualquier cosa, que es hoy en día la pesadilla del resto del mundo”

Haffner lamenta que los actos criminales que se llevaron a cabo durante la administración de Hitler como resultado de la crisis nerviosa colectiva- tengan tan poco impacto en la población que parece aceptar que todo se haya hecho en su nombre con los hombros encogidos. “Es uno de los aspectos extraños de los acontecimientos en Alemania en que las semillas no fueron plantadas por nadie, el sufrimiento no tiene mártires. Todo parece llevarse a cabo con anestesia. Objetivamente, las semillas podridas producen una respuesta emocional insignificantemente leve. Los asesinos están comprometidos como si fueran travesuras de estudiantes. La humillación y la decadencia moral se toman y aceptan como incidentes menores. Aun la muerte como tortura solo responde a la “mala suerte”


EL DESLIZAMIENTO HACIA EL FASCISMO

Y se hace tan fácil dejarse hundir tan lentamente en esta enfermedad colectiva para acomodarse con el partido dominante, aun cuando la política de estado constantemente viola la privacidad de los ciudadanos. “Nos buscaron hasta en los rincones mas remotos de nuestras vidas privadas: en todas las áreas de la vida había pelea, pánico. Nadie podía decir cuando esto terminaría. Al mismo tiempo nos llamaron no para rendirnos sino para faltar a nuestra palabra .Era un pequeño pacto con el Diablo- y ya no eras uno más de los que habían capturado. Ahora te convertirías en uno de los cazadores victoriosos.

Haffner y otros como él ciertamente sintieron su deslizamiento hacia la complicidad con los Nazis a medida que su verdadero ser se desvanecía. “Las cosas están arregladas deliberadamente de tal forma que las personas no podían tomar un desvio. No les importaba lo que representaban las personas o las opiniones propias, simplemente eran dejadas a un lado. Por otro lado, cuando uno tenía tiempo libre para pensar en la individualidad, nos daba la impresión que uno participaba mecánicamente y que lo que verdaderamente estaba ocurriendo no existía o no tenía validez. Era solo en estos momentos en los que uno podía hacer el intento de llamar a su propia moral para buscar una explicación y preparar una ultima defensa de su propio ser”

Haffner se acercaba al momento de tomar una decisión acerca de su futuro si iba o no a permanecer en el Tercer Reinado. Pero es claro el camino por el cual se iba a inclinar, mientras su análisis era cada vez más oscuro. “Se dice que los alemanes están subyugados. Esto es en parte verdad, pero también son algo más, algo aún peor, para lo
que no hay palabra: están “en camaradería” una condición espantosamente peligrosa. Están bajo un hechizo. Viven una vida hundida en un mundo de sueños. Son terriblemente felices, pero terriblemente degradados; tan satisfechos con lo propio pero tan infinitamente detestables; tan orgullosos y tan despreciables e inhumanos. Piensan que están escalando montañas altas cuando en realidad se arrastran a través de un pantano. Mientras dure el hechizo, no existe ningún antídoto.

Entonces, estimado lector, examine los pasajes que fueron descriptos de la Alemania de los años 30 cuando los Nazis asumían el control absoluto y observe que podemos aprender de ello para nuestra situación actual.

Mientras escribo esto, Ashcrof le dice al Congreso que el acto patriótico- el mismo acto que más de cien ciudades han votado no honrar debido a las innumerables violaciones a los derechos establecidos en la Constitución- no le da suficiente poder político a la administración de Bush y necesita expandirse, no solo son acusados y luego son escondidos en bases militares, afuera de un sistema judicial; y cientos de prisioneros extranjeros están siendo capturados por las fuerzas militares de los Estados Unidos en Guantánamo violando tanto la Constitución de los Estados Unidos como las convenciones de Génova.

Las probadas falsedades del gobierno que están siendo publicadas por los medios dóciles mientras que esos mismos medios que están en manos de gigantes corporaciones se rehúsan a informar los hechos que avergüenzan a la administración. Y por último, el Pentágono esta trabajando en planes para la próxima invasión unilateral de las fuerzas armadas de los Estados Unidos a un estado soberano.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Discurso de Charles Chaplin en El Gran Dictador 1940
http://es.youtube.com/watch?v=he26DAbk3Sw