La Unión Soviética estaba mejor preparada que los Estados Unidos para un colapso
Dimitry Orlov
Energy Bulletin
Fuente: SOTT
Traducción de Franco Pellegrini
4/12/06
Buenas noches, damas y caballeros. Yo no soy un experto, un erudito, o un activista. Soy más bien un testigo presencial. Yo he visto la Unión Soviética colapsar, y estuve tratando de poner mis observaciones de manera concisa. Dejo que vosotros juzguéis cuán urgente es este mensaje....Siga leyendo esta noticia, haciendo click en el título...
Mi charla de esta noche es acerca de la falta de preparación para un eventual colapso aquí, en Estados Unidos. Compararé esta falta con la situación en la Unión Soviética , antes del colapso. El artificio retórico que emplearé es la "brecha de colapso", como se habla de brecha nuclear, o brecha en la carrera espacial, y muchas otras brechas que estuvieron de moda durante la Guerra Fría.
Lo concerniente a un colapso económico es generalmente muy triste. Pero soy optimista, una persona alegre, y creo que con un poco de preparación tales eventos pueden ser zanjados. Pueden conjeturar que soy demasiado perspicaz en aventurar colapsos económicos. Tal vez cuando sea verdaderamente anciano todos los colapsos me parecerán lo mismo. Pero, hete aquí, no estoy en ese punto actualmente.
Y el próximo es ciertamente el que me intriga. A partir de mis lecturas, parece que hay una amplia chance de que la economía de EE.UU. colapse en algún momento del futuro previsible. Y también parecería que no estamos particularmente bien preparados para ello. Como están las cosas, la economía norteamericana está a punto de realizar algo así como un acto de desaparición. Por eso estoy ansioso de poner mis observaciones sobre el colapso soviético a disposición del buen uso que se les pueda dar.
Anticipo que algunos reaccionan al comparar su país con la Unión Soviética. Les aseguro que el pueblo soviético hubiese reaccionado del mismo modo si EE.UU. hubiera colapsado en primer lugar. Dejando los sentimientos de lado, ambos han sido las dos grandes superpotencias del siglo XX, quienes quisieron más o menos las mismas cosas -cosas como avances tecnológicos, crecimiento económico, pleno empleo, y dominación a escala mundial-, pero discordamos en los métodos. Y ambos obtuvieron similares resultados -cada uno hizo su buena carrera intimidando al mundo entero, y atemorizándose el uno al otro. Ambosmarcharon a la bancarrota.
EE.UU. y URSS fueron pareja ocasional en varias categorías. Permítanme hacer mención de cuatro:
El programa espacial tripulado soviético está aún vivo bajo gerenciamiento ruso, y ahora ofrece los primeros vuelos charters que hayan existido. Los americanos han estado prendidos a la Soyuz mientras los remanentes de las naves espaciales quedan en la tiendas.
La carrera armamentista ha producido un claro ganador. Y es una excelente noticia, porque la Destrucción Mutua Asegurada perdura; en efecto. Rusia aun tiene más cabezas nucleares que U.SA., y tiene un misil crucero supersónico que puede penetrar cualquier escudo antimisilístico, especialmente, claro, uno no existente. La carrera de las cárceles una vez tuvo decisivo liderazgo soviético, gracias a su innovativo programa de GULAGS, pero gradualmente han ido decayendo y ahora, al fin de la carrera de las cárceles, ha sido esta ganada por los americanos, con el mayor porcentaje de la población en prisiones que en ningún otro lado del mundo.
La Carrera por ser el Odiado Imperio del Mal ha sido también ganada por los americanos. Es más fácil ahora que no tienen contra quien competir.
Continuando con nuestra lista de similitudes en las superpotencias, muchos de los problemas que hundieron a la Unión Soviética, están comprometiendo ahora también a Estados Unidos. Tales como un ejército vasto, bien equipado, y muy costoso, sin una clara misión, empantanado en combatir insurgentes musulmanes. Tales como el déficit energético, ligado al pico de la producción petrolera. Tales como un persistente balance comercial desfavorable, resultando una explosiva expansión de endeudamiento externo. Agreguemos una engañosa autoimágen, una ideología inflexible y un sistema político irresponsable.
Un colapso económico es algo sorprendente de observar, y muy interesante si se lo describe adecuadamente y en detalle. Unadescripción general tiende generalmente a salirse del marco, pero permítanme que lo intente. Un reacomodo económico puede continuar por un tiempo, luego de lo cual deviene insostenible, en tránsito por una muy aguda inercia. En algún punto ocurre una ruptura de la ola, las promesas rotas y las asunciones sin fundamento arrasan con todo lo que hay fuera del mar. Un insostenible arreglo yace sobre la noción de que es posible perpetuarse tomando prestado más y más dinero desde el extranjero, para pagar más y más consumo de energía, mientras que el precio de esa energía se duplica cada pocos años. Dinero libre para comprar energía equivale a la energía libre. Y la energía libre no existe en la naturaleza. Por tanto, esta ha de ser una condición transitoria. Cuando el flujo de energía alcance el punto de equilibrio, gran parte de la economía americana deberá cerrar sus puertas.
He descrito lo que ocurrió en Rusia en uno de mis artículos, disponible en SurvivingPeakOil. com. No encuentro por qué lo que habrá de ocurrir en EE.UU. debería ser completamente distinto, al menos en términos generales. Las especificidades serán distintas, nos ocuparemos de ellas en un momento. Deberíamos esperar carencias de combustible, alimentos, medicinas e incontables items del consumo, cortes de electricidad, gas y agua, rupturas en el sistema de transportes y otras infraestructuras, hiperinflació n, bancarrotas y despidos, acompañadas de desesperaciones, confusiones, violencia y ausencia de la ley. Definitivamente no debemos esperar grandes planes de rescate, programas de tecnología innovativa o milagros de cohesión social.
Cuando encaramos tales despliegues de las cosas, alguna gente es veloz en darse cuenta de lo que debe hacer para sobrevivir, y comienza a hacer esas cosas sin el permiso de nadie. Emerge una clase de economía completamente informal, y frecuentemente semi-ilegal. Esta gira sobre la liquidación, el reciclado, los restos de la anterior economía. Se basa en el acceso directo a los recursos, y la amenaza del uso de la fuerza, más que en la propiedad o en la autoridad legal. Las personas que encuentran dificultades en este modo de actuar, pronto quedan fuera del juego.
Todas estas son generalidades. Ahora tomemos algo específico. Un importante elemento de preparación para el colapso es asegurarse que usted no necesita una economía en funcionamiento a su alrededor para mantener un techo sobre su cabeza. En la Unión Soviética, todas las casas pertenecían al gobierno, lo cual las hacía disponibles para la gente. Desde que todas fueron asimismo construidas por el gobierno, fueron sólo construidas en lugares a los que el gobierno podía proporcionar transporte público. Luego del colapso, cado uno se las arregló para mantener su lugar.
En Estados Unidos, muy poca gente posee su lugar de residencia gratis y despejado, aun cuando todos necesitan un ingreso para pagar los impuestos a la propiedad. La gente sin ingreso enfrenta la intemperie. Cuando la economía colapsa, poca gente continúa obteniendo ingresos económicos, así los sin techo devienen abundantes. Agreguemos a éstos la naturaleza vehicular-dependien te de la mayoría de los suburbios, y tendremos más migraciones masivas de personas sin techo hacia los centros de las ciudades.
El transporte soviético fue más o menos todo lo que había, pero era plenamente un sistema. Hubo también unos pocos automóviles particulares, pero tan pocos que la racionalización y la carencia de gasolina fue insustancial. Toda la infraestructura pública fue diseñada para ser mantenida indefinidamente y continuó funcionando después que el resto de la economía colapsó.
La población de Norteamérica es enteramente automóvil-dependient e, y subyace sobre mercados que importan, refinan y distribuyen combustibles. Yacen también en la contínua inversión pública en construcción de caminos y su reparación. Los vehículos mismos requieren un fuerte flujo de partes importadas, y no están diseñados para durar mucho tiempo. Cuando este intrincadamente interconectado sistema deje de funcionar, buena parte de la población quedará varada.
El colapso económico afecta eventualmente el sector del empleo público casi tanto como al empleo privado. Porque las burocracias gubernamentales tienden a ser lentas para actuar, ellas colapsan más lentamente. También porque las empresas estatales tienden a ser ineficientes, y acumular inventarios y stock, hay siempre plenitud de estos dejados, y los empleados se los llevan para ejercer el trueque. Como la mayoría del empleo soviético era estatal, esto le dio a la gente algún tiempo para pensar qué hacer luego.
La empresa privada tiende a ser mucho más eficiente en muchas áreas. Por ejemplo al echar a su gente, cerrar sus puertas, y liquidar sus bienes. Desde que la mayoría del empleo en Estados Unidos pertenece al sector privado, debemos esperar que la transición a la falta permanente de empleo sea completamente abrupta para la mayoría de la gente.
A la hora de confrontar las durezas, la gente usualmente vuelve a sus soportes familiares. La Unión Soviética experimentó crónica escasez de viviendas, la cual resultó en que tres generaciones vivieran juntas bajo un mismo techo. Esto no los hizo felices, pero al menos estaban habituados los unos a los otros. La espectativa usual era despegarse cuando se pudiera.
En los Estados Unidos las familias tienden a atomizarse, esparcirse en varios estados. Muchas veces tienen problemas para tolerarse unos a otros cuando llega el Día de Acción de Gracias o las Navidades, aún en los buenos tiempos. Deberían entonces encontrar dificultades en reunirse en los malos tiempos.
Hay ya mucha soledad en este país, y dudo que el colapso económico la cure.
Para mantener ese mal acotado, los americanos requieren dinero. En un colapso económico hay habitualmente hiperinflació n, lo cual barre con los ahorros. El desempleo es rampante, lo cual barre con los ingresos. El resultado es una población sin un centavo.
En la Unión Soviética, muy poco podría obtenerse del dinero. Este fue tratado como un símbolo más que como riqueza misma. Muchas cosas, como vivienda y transporte, eran gratis, o casi gratis.
Los consumidores soviéticos fueron siempre motivo de burla, heladeras que mantienen los hogares cálidos como a la comida, y así sucesivamente. Ud. era afortunado si gozaba de recibir algo, y más aún si lograba eso funcione en su casa. Pero una vez que sí lograba hacerlo andar, devenía una reliquia familiar invalorable, mantenida de generación en generación, robusta e infinitamente sustentable.
En los Estados Unidos frecuentemente oímos "no vale la pena arreglarlo". Esto era suficiente para poner colorados a los rusos. Una vez oí a un anciano ruso encolerizarse cuando una ferretería de Boston no podía venderle un resorte de repuesto para su cama: "La gente tira colchones en perfecto estado, ¿cómo supone que voy a arreglarlo?"
El colapso económico tiende a terminar con la producción local y las importaciones, así que es de vital importancia guardar cualquier cosa que usted posea, como la ropa fuera de moda, y arreglarla por sí mismo si esta rota. El material de la ropa soviética es por lo general muy resistente. Las confecciones chinas que encuentra por ahí lo son mucho menos.
El sector agrícola soviético era notoriamente ineficiente. Mucha gente cultivaba y recogía su propio alimento en tiempos relativamente prósperos. Hubo almacenes de comestibles en cada ciudad, abastecidos según el esquema estatal. Había pocos restaurantes, y muchas familias cocinaban y comían en sus casas. Visitar las tiendas era una labor intensiva, e involucraba el acarreo de cargas pesadas. A veces se parecía a la detección y la caza por un evasivo trozo de carne que acechaba detrás de algún mostrador de tienda. Así que la gente estaba más o menos preparada para lo que sobrevino luego.
En los Estados Unidos la mayoría de la gente obtiene su comida de supermercado, los cuales se abastacen usando camiones diesel refrigerados. A mucha gente le aburre comprar y prefiere comer comida rápida. Cuando cocina, rara vez lo hace si no es por algún motivo en especial. Esto es muy poco saludable, y el efecto en la toda la extensión de la nación es visible, lo cual es muy fácil de notar al ver lo llenos que están los estacionamientos. Mucha gente que sólo se moviliza hacia o desde sus vehículos, parece muy poco preparada para lo venidero. Si de repente tienen que vivir como los rusos, se caerán de rodillas.
El gobierno soviético desperdigó recursos en programas inmunológicos, control de enfermedades infecciosas, y cuidados básicos de la salud. Directamente operó el sistema de clínicas estatales, hospitales y sanatorios. La gente con dolencias crónicas tuvo frecuentemente fundados motivos de queja, y tuvo que buscar asistencia privada de salud, si conseguían el dinero.
En los Estados Unidos, la medicina es sólo lucrativa. La gente no parece pensar nada al respecto. Existen pocos campos de trabajo a los cuales los norteamericanos no asignen motivos de obtener ganancias. El problema estriba en que una vez que la economía se sobresalta, así lo hace también la posibilidad de obtener los servicios que otrora la ganancia ayudaba a motivar.
El sistema educativo soviético era en general excelente. Producía una mayoría abrumadora de población letrada y muchos grandes especialistas. Era una educación gratuita en todos los niveles, pero algunos de los más altos estudios alguna vez pagaban un estipendio y habitualmente proveían techo y pensión. El sistema de educación se sostuvo perfectamente hasta que la economía se desplomó. El problema fue que los graduados no tenían trabajo y lo buscaron fuera luego de su graduación. Muchos se marcharon de este modo.
La más alta educación del sistema en Estados Unidos es buena de muchas formas - gobierno e investigación industrial, equipos deportivos, entretenimiento vacacional.. . La educación primaria y secundaria logra en 12 años lo que la escuela soviética lograba en 8. La escala masiva y costosa del mantenimiento de tales instituciones es probablemente la verdadera prueba para el medio ambiente post-colapso.
El analfabetismo es ya un problema en EE.UU, y podríamos esperar un empeoramiento.
La Unión Soviética no necesitaba importar energía. El sistema de producción y distribución osciló, pero no llegó a caer. El control de precios mantuvo las luces encendidas, aún cuando la hiperinflación se hizo reinante.
El término "falencia de mercado" parece ajustarse bien a la situación en Estados Unidos. Los mercados desarrollan algunas características perniciosas cuando hay escasez de mercancías clave. Durante la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de EE.UU. comprendió esto, y exitosamente racionalizó muchas cosas, desde gasolina a partes de bicicletas. Pero fue hace mucho tiempo. Desde entonces la inviolabilidad de los mercados libres se ha convertido en un artículo de fe.
Concluyo que la Unión Soviética estaba mucho mejor preparada que lo está Estados Unidos para un colapso económico.
He dejado fuera dos asimetrías importantes en los superpoderes porque ellas no tienen nada que ver con los preparativos para un colapso. Algunos países son simplemente más afortunados que otros. Empero, los mencionaré, en aras a la completud.
En términos de composición étnica y racial, los EE.UU. se asemejan a Yugoslavia más que a Rusia, así que no esperemos que sea tan pacífica como lo fue Rusia durante su caída. Las sociedades étnicamente mixtas son frágiles y tienden a explotar.
En términos de religión, la Unión Soviética estaba relativamente libre de cultos apocalípticos. Muy poca gente deseaba una bola atómica de tamaño planetario como heraldo anunciador del segundo advenimiento del Salvador. Esto fue una indudable bendición.
Un área en la cual no veo ventaja en la "brecha de colapso" es en la política nacional. Las ideologías pueden ser diferentes, pero la ciega adhesión a las mismas no podría ser más similar.
Es ciertamente más entretenido ver a dos partidos capitalistas contender que sólo tener un partido comunista al cual votar. Las cosas que ellos disputan públicamente son generalmente pequeños gestos de política social, escogidos para facilitar sus posturas públicas. Los comunistas ofrecen sólo una píldora amarga. Los dos partidos capitalistas ofrecen una elección entre dos placebos. La última innovación es la elección de final fotográfico, donde cada partido tiene el 50 % de los votos, y el resultado es extraído de una ruidosa estadística, como un conejo salido de la galera.
El modo americano de lidiar con el disenso y la protesta es verdaderamente más avanzado: ¿Por qué encarcelar disidentes si podemos simplemente dejarlos gritar al viento para que sus corazones se regocijen? La aproximación de los americanos a la teneduría de libros es más sutil y matizada que la soviética: ¿Por qué hacer del secreto de estado algo satánico cuando podemos distorsionarlo con procedimientos oscuros? He aquí un simple ejemplo: La inflación es "controlada" substituyendo hamburguesas por bifes en orden a minimizar el incremento en los pagos de seguridad social.
Mucha gente gasta mucha energía despotricando contra su gobierno irresponsable y no respondente. Esto parece un terrible derroche de tiempo, considerando lo infectivo de sus protestas. Tal vez les represente suficiente consuelo leer sobre sus esfuerzos en la prensa extranjera. Creo que se sentirían mejor si sintonizaran sus políticos como sus políticos los sintonizan a ellos. Esto se logra fácilmente apagando la T.V. Si lo intentan verán como nada en sus vidas ha cambiado, excepto, tal vez, que su talante ha mejorado. Esto también traería aparejado más tiempo y energía para consagrarla a cosas importantes.
Esbozaremos ahora algunos enfoques, realistas y de modo diferente, para acercarnos a la Ventaja del Colapso. Mi breve lista de enfoques puede parecer un poco locuaz, pero tengamos en mente que es un problema muy arduo. De hecho, es importante considerar que no todo problema tiene solución. Puedo prometer que no resolveremos el problema esta noche. Lo que tratamos de hacer es echar luz desde varios ángulos sobre el mismo.
Mucha gente denuesta al gobierno por su falta de respuesta e irresponsabilidad. Frecuentemente hacen afirmaciones tales como "Lo que necesitamos es...", más la mención de algunas cosas, exitosos proyectos gubernamentales del glorioso pasado como el Plan Marshall, el Proyecto Manhattan, o el Programa Apolo. Pero no hay nada en los libros de historia acerca de preparativos de gobierno para un colapso. La Perestroika de Gorbachov es un ejemplo de un gobernante tratando de aventar o dilatar un colapso. Probablemente ayude recorrerlo.
Existen algunas cosas de las cuales al gobierno podría agradarle prepararse cuidadosamente para un colapso. Yo estoy particularmente preocupado por todas las instalaciones radioactivas y tóxicas, reservas y vertederos. Las generaciones futuras serán improbablemente capaces de controlarlas, especialmente si un calentamiento global las hunde bajo el agua. Hay suficientes desechos por todos lados como para matar a la mayoría de nosotros. Estoy preocupado por los soldados quequeden varados allende los mares, pues abandonar a un soldado es una de las cosas más vergonzosas que un país puede hacer. Las bases de ultramar deben ser desmanteladas, y el personal repatriado. La población carcelaria debe ser reducida de manera controlada, con tiempo, en lugar de caóticas anmistías generalizadas. Por último, pienso desde hace ya mucho tiempo que debe terminar esta farsa con deudas que no serán nunca pagadas hace. Un borrón y cuenta nueva le dará a la sociedad tiempo para reajustarse. Como puede ver, no pido milagros. Aunque si alguna de esas cosas fuesen realizadas, lo consideraría un milagro.
Una solución del sector privado no es imposible; es sólo muy, pero muy improbable. Ciertas empresas estatales soviéticas eran básicamente estados dentro de estados. Controlaban lo que el sistema económico entero producía, y podrían haber continuado aun sin estar dentro una economía más vasta.
Mantuvieron su disponibilidad aún después de privatizadas. Volvieron locos a los gerentes consultivos occidentales, con sus infinitos jardines de infantes, hogares de retiro, lavanderías y clínicas gratuitas. Eso no era parte de una dura competencia, como puede verse. Necesitaron desglosarse y modernizar sus operaciones. Los gurúes occidentales del gerenciamiento advirtieron lo más importante: el núcleo competitivo de esas empresas yacía en su habilidad de sobrevivir el colapso económico. Tal vez las cabezas de los jóvenes genios de Google queden absortos en este punto, pero dudo que lostenedores de acciones lo hagan también.
Es importante comprender que la Unión Soviética realizó inadvertidamente una preparación para el colapso , y no por el éxito de algún programa de choque. El colapso económico tiene modos de volver positiva la negatividad. Nuestro mayor anhelo es un funcionamiento ecónomico perfecto, creciente y próspero, y de pronto colapsa un día, y nos deja a todos bamboleando. No es necesario abrazar el principio de la economía controlada por un poder central y los planes centrales para emparejar el deslucido desempeño de la perfomance soviética en esta área. Tenemos nuestros propios métodos, que trabajan casi tan bien. Los llamo "trabajo sin valor". Tienen soluciones para problemas que causan más inconvenientes que los que solucionan.
Solo eche un vistazo a su alrededor y verá tales trabajos esparcidos por todas partes, en cada campo o actividad: tenemos trabajos militares innecesarios como en Irak, trabajos sin valor como el malhadado sistema de retiros, trabajos médicos sin valor como el sistema privado de seguros de salud, trabajos sin valor como el sistema de propiedad intelectual. El peso combinado de estos trabajos se mueve lentamente, pero seguramente nos está hundiendo. Cuando nos hunda lo suficiente,entonces la economía de desmoronará, y cuando ocurra caerá como desde una ventana. Tenemos que ayudar a lo largo del proceso, o al menos no interferir con el mismo. Así, si alguien viene y os dice: "Quiero crear obras innecesarias que funcionen a base de hidrógeno", animadle. No es un buen trabajo sin valor como aquel que quema directamente el dinero, pero es un paso en la dirección correcta.
Un determinado tipo conducta económica de la corriente preponderante no es prudente a un nivel personal, y es incluso contraproducente para extenderse sobre la Brecha del Colapso. Cualquier conducta que podría resultar en la continuación de un crecimiento económico y prosperidad es imprudente: Usted caerá al suelo desde la altura que salte. Es traumático pasar de tener un gran fondo de retiro a no tener ninguno porque el mercado quebró. Es también traumático ir de altos ingresos a pequeños, o ninguno. Si se ha mantenido muy ocupado, y súbitamente no tiene nada que hacer, entonces está usted en un transe muy duro.
El colapso económico es casi el peor tiempo para alguien que sufre de problemas nerviosos, y es lo que ocurre muy a menudo. Quienes están a mayor riesgo de psicopatía son las personas de mediana edad. Cuando sus carreras están súbitamente terminadas, los ahorros se han evaporado y sus prosperidad pierde todo valor. Mucho de su sentido de autoestima se ha marchado también con ellos. Tienden a beber y al suicidio. Desde el momento en que son preponderantemente los más experimentados y capaces, serán una pérdida social significativa.
Si la economía y su lugar en ella es importante para usted, estará realmente herido cuando se esfume. Puede adoptar una actitud de estudiada indiferencia, pero esto tiene mucho de vanidad. Ha desarrollado un estilo de vida y hábitos, tiene resistencia física para respaldarlo. Requiere mucha creatividad y esfuerzo poner lograr una existencia plena en los márgenes de la sociedad. Después de un colapso, esos márgenes se vuelven uno de los mejores lugares para vivir.
Espero que esto no suene como si el colapso soviético hubiese sido un paseo campestre, porque realmente fue un espanto de muchas maneras. El punto que deseo extender es que cuando la economía colapse aquí es probable que sea permanente. Los factores que permitieron a Rusia y otras ex-republicas soviéticas recuperarse no están aquí presentes.
A despecho de todo ello, creo que en cada edad y circunstancia, la gente puede algunas veces encontrar no sólo un significado y una razón para sobrevivir, sino iluminación, plenitud y libertad. Si podemos encontrar eso cuando la economía colapse, ¿por que no empezar a buscarlas desde ahora mismo?
Gracias
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