Deportado por error

EL MUNDO
08/08/07
Daniel G. Lifona

MADRID.- A Pedro Guzmán Carbajal, un estadounidense con deficiencia mental de 29 años, le salió muy caro entrar en una propiedad privada de Los Ángeles. Tras cumplir una condena de 25 días en una cárcel del condado, el 11 de mayo fue deportado por error a México y ha tardado cerca de tres meses en volver a su casa en Lancaster (California).

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Durante 87 días, Guzmán ha tenido que vivir en las calles de México, comer en basureros, lavarse en ríos y caminar cerca de 160 kilómetros para intentar llegar a Estados Unidos. Hasta que el pasado 5 de agosto el joven fue detenido en Calexico (California) cuando cruzaba ilegalmente la frontera por la ciudad mexicana de Mexicali. Dos días después, Guzmán consiguió reecontrarse con su familia.

"Ahora se encuentra en casa, comenzando lo que será un largo proceso de recuperación", declaró Mark Rosenbaum, director de la Unión Americana para las Libertades Civiles (ACLU), que en junio demandó al Gobierno de Estados Unidos, solicitó que la orden de deportación fuera suspendida y pidió a la Administración que ayudara a encontrar a Guzmán.

"El Gobierno lo deportó por su color de piel, no le creyeron cuando dijo que era ciudadano estadounidense, no lo buscaron en México, no se molestaron en contactar con la familia y para colmo lo han puesto en 'espera' para una audiencia ante un juez de inmigración. Esto es inaudito. ¿Cómo pueden enviarlo a un tribunal de inmigración si él nació en este país?", exclamó Rosenbaum.

La familia de Guzmán también está molesta con las autoridades de inmigración y se queja de las precarias condiciones en las que han encontrado al joven de 29 años. "Ellos se llevaron a mi hijo completo, pero sólo me han devuelto la mitad de él. Me duele que mi hijo no esté como lo vi la última vez", denunció María Carbajal, la madre de Pedro.

Su hermano Michael apuntó también a las secuelas psicológicas. "Mi hermano ha regresado con miedo a la gente, su problema de expresión ha empeorado, casi no habla y cuando habla sólo lo hace en español. Cuando lo vimos por primera vez temblaba", dijo Michael.

La familia de Guzmán se enteró de su deportación por una llamada que el joven hizo el mismo día que fue abandonado por las autoridades migratorias en Tijuana. Pedro logró hablar brevemente con su madre la noche del 11 de mayo, pero la llamada se cortó antes de entrar en detalles y la familia no volvió a tener más contacto con el joven deficiente. Desde entonces, María no ha parado de buscar a su hijo en Tijuana y los alrededores de esta ciudad mexicana.

Hace dos meses, María relataba así su desesperada búsqueda a 'La Prensa de San Diego': "Hoy he recorrido lugares que nunca en mi vida imaginé que iba a tener que conocer, como los albergues, las iglesias y ese lugar donde están los muertitos. Jamás imaginé que iba a llegar ahí, pero lo he hecho y si tengo que seguir yendo lo voy a hacer, porque tengo que luchar por mi hijo".

El caso de Pedro Guzmán ha provocado numerosas críticas contra la política de deportación de Estados Unidos. Líderes de organizaciones de defensa de los derechos civiles afirman que el caso de Guzmán muestra lo inhumano y vulnerable a errores que es el proceso de deportaciones de este país.

Las deportaciones de la Oficina de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) han aumentado en los últimos meses, con medidas de seguridad más rigurosas desde que el Congreso no pudo aprobar este año una amplia reforma de la ley de inmigración. En junio, el ICE hizo público un comunicado en el que aseguraba haber actuado correctamente y que Pedro Guzmán firmó su salida voluntaria del país tras contar a los funcionarios de inmigración y a la policía condal que era un inmigrante ilegal.

Los familiares de Guzmán demandaron en junio al Departamento de Seguridad Interior (DHS), del que depende el ICE, y al Departamento de Policía del Condado de Los Ángeles alegando que Guzmán es ciudadano estadounidense y que fue erróneamente deportado. En la demanda, según la cual Guzmán padece dolencias mentales, la familia dijo que fue interrogado en la cárcel sobre su estatus de inmigración y respondió que había nacido en California. Los funcionarios negaron que Guzmán sufra deficiencias mentales y sostuvieron su versión.