El Régimen Post-Bush: Una Prognosis

Richard K. Moore
Global Research/SOTT.net
Traducción de Franco Pellegrini para SDLT
27/12/2007

Con el fin de comprender algo acerca de la política exterior estadounidense, es necesario tener alguna comprensión acerca de quién es el que toma las decisiones detrás de la escena, y qué intereses hay en juego. De esta manera tendremos esperanzas de identificar las agendas ocultas servidas por las acciones gubernamentales y los programas, y alguna esperanza de identificar las estrategias a largo plazo que están en juego.

Esto nos trae al punto -y la gente informada debiera saberlo- de que EE.UU. es esencialmente poseído y gerenciado por un pequeño grupo de familias adineradas - las mismos que controlan la Reserva Federal. Los Rockefellers son los obvios y bien conocidos miembros del grupo, pero hay otros menos reconocidos, no todos estadounidenses, y cuyas identidades permanecen hasta estos días cuidadosamente guardadas en secreto. No sabemos exactamente quién monta el show.

Tal ha sido la naturaleza de nuestra 'democracia' desde 1913, cuando la Ley de la Reserva Federal fue pasada de manera furtiva a través del Congreso durante el receso Navideño, cuando los mismos tipos que financiaron la campaña de Woodrow Wilson y que devinieron los nuevos propietarios del nuevo y todopoderoso Banco Central. La primera iniciativa mayor de esos tipos, los ancestros del grupo regente actual, fue financiar ambos lados en Europa durante la Primera Guerra Mundial, y entonces intrigaron para que entrase EE.UU. en la contienda para inclinar el equilibrio en el lado favorable al grupo - el mismo patrón que más tarde caracterizaría a la Segunda Guerra.

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Desde ese entonces los decidores políticos de EEUU han estado firmemente en las manos del grupo original de la Reserva Federal y sus descendientes. Los principales medios de comunicación también están en manos de ese grupo de modo que a la opinión pública jamás se le permite interferir con los principales objetivos del grupo. Los medios pueden ser utilizados para dar sostén a un presidente o para minarlo, dependiendo de cuán bien cuadre a esos objetivos. Ningún presidente que se volviera contra esa gente ha sobrevivido mucho tiempo en la oficina, como recientemente vimos en el caso de JFK. Los tentáculos del grupo alcanzan también los más altos peldaños de los servicios de inteligencia y el Pentágono, y dentro de esa influencia entran los foros globalizados, tales como OMC, la Comisión Trilateral y los Bilderbergers.

Bush y los "neocons" han sido meras herramientas de uso diario para este grupo. Los neocons han promovido un paquete que ha sido atractivo para el grupo, que promete avances en algunos de sus objetivos. Seleccionando a los neocons para ser los conductores detrás de la nueva administración, no significa que el grupo adoptara su filosofía, ni tampoco fueron comprados con el paquete entero del PNAC (Sigla del Proyecto para el Nuevo Siglo Americano -N.del T.-) Ellos simplemente emplean la herramienta conveniente alineada tácticamente con los intereses del grupo para este tiempo. Hay siempre un Plan B previsto para cualquier instrumento que se vuelva astuto o fracase.

Probablemente Bush, quien probablemente nunca se haya leído la agenda completa del PNAC, fue selecto por razones enteramente distintas. Sabiendo que su agenda podría ser altamente impopular, el grupo decidió que defenderla en términos lógicos sería muy difícil, aún con el completo control de los medios. Un presidente inteligente y articulado podría verse como un tonto si tratase de defender estas políticas enfermizas. Así, nuestro grupo astutamente se figuró: ¿porque no poner alguien que fuera obviamente tonto, correcto en su pequeña alma, para que el público crea que está luchando contra la tontería de un solo hombre, y no comprenda lo que ocurre en verdad? Por supuesto, Bush, estando despistado en asuntos ajenos al golf, pillaje, cocaína y mujeres, podría necesitar mantenerse fuera de cualquier rol en la Casa Blanca. De allí, la necesidad de Cheney, el verdadero presidente en las sombras, quien le deja a Bush aparecer en la fotografías, quien queda fuera de la mirada pública, y quien lleva el Libro Negro del Armagedón con él a cualquier lugar que vaya, algo que solo los presidentes oficiales han hecho en el pasado.

Este fue el proyecto que devino operacional en la forma de la primera campaña presidencial de Bush. Los patos alineados para lanzar una mayor aventura imperialista, los preparativos para el 11-S fueron bien delineados, y ningún poder en la tierra va a detener el show de Bush. Desde luego, el despistado Bush iba a ganar, no importaba cuántos arreglos y mentiras mediáticas fuesen requeridos, o cuántos jueces de la Suprema Corte de Justicia fueran necesarios para la realización de la tarea. Como último recurso, ellos no hubieran dudado en expeler a Gore, uno de sus propios muchachos, si éste hubiera sido el único modo de abrir el paso a su hombre, una táctica usada tempranamente con Bobby Kennedy. Puesto que ya ahora tenemos las máquinas Diebold (máquinas contadoras de sufragios. N. del T.), todo esto puede ser logrado con un simple mensaje de comando computarizado, especificando cuál candidato debe recibir tal porcentaje de votos en cada precinto. Las encuestas en la urna misma han sido abandonadas desde que ellos proveen estadísticas duras de evidencia de sistemáticos ajustes.

Los neoconservadores han logrado mucho para su élite de titiriteros, y han estado recibiendo en retorno un reino para saqueo a voluntad, encauzando todos esos millardos de la guerra de Iraq en sus cofres corporativos y portafolios de inversiones. Por su parte han establecido los fundamentos para un estado fascista en EE.UU. y Canadá, aseguradas la reservas iraquíes de petróleo, construyeron mega bases permanentes en Iraq, exitosamente desestabilizaron ese país y lo prepararon para la balcanización, aseguraron las tuberías en Afganistán, restauraron el lucrativo negocio del opio, e hicieron progresos hacia el logro de la capacidad de "primer golpe decisivo" para el tiempo venidero de golpear sobre Rusia y China. Un completo acopio de los mayores logros en corto tiempo. Pero para nuestro grupo, la cuestión es, "¿Qué has estado haciendo por mí, Sunshine?"

La intención neoconservadora de bombardear Irán es el punto donde los instrumentos se ponen más agrios, y amenazan devenir canallas. Cualquiera que haya seriamente pensado que el bombardeo conduciría a una espiral fuera de cualquier control –dadas las avanzadas armas que Rusia ha provisto al arrebatado Irán, y dado el hecho de que el barril de pólvora podría disparar el gatillo fácil del nuclearmente potente y enloquecido Israel. Rusia y China podrían, naturalmente, ser puesto en un ultra-alto y perturbador estado de alerta, posicionados para intervenir si el conflicto cruza cierta inespecificada línea en la arena. Los neoconservadores saben y el grupo conoce bien esto. Cualquier ataque sobre Irán, no importa lo bien planeado, limitado, y ejecutado podría devenir en una ruleta rusa con la 3ra. Guerra Mundial.

Los neocons estaban ya listos para dar este paso, para jugar este juego, y ellos estaban en una etapa muy avanzada en sus preparativos tanto de la variedad militar como de en las operaciones de acción psicológica. Es obvio que no se detendrán por la posibilidad de una guerra nuclear global. Esto no tiene nada que ver con las pretendidas creencias de Bush en las revelaciones y en la ascensión de los elegidos, sin más bien con la evidente creencia de los neocons de que están listos para el gran golpe, “the Big One”, tomando un párrafo directamente del film Dr. Strangelove, con los neocons en el rol de Jack D. Ripper. Distinto del demente comandante de la base SAC, de algún modo, los neocons fueron forzados a telegrafiar sus movimientos, y al grupo no le ha gustado el escenario. Supieron que la capacidad de primer golpe asegurado no está totalmente lista, y la ruleta rusa no es un juego que les guste jugar. Ello hacen sus jugadas sólo con las cartas grandes en la mano y controlando los intereses del Casino.

Así ha llegado el tiempo de destapar los recursos neoconservadores. Fue sorprendentemente fácil de hacer. El primer paso, tomado quien sabe hace cuanto tiempo, fue llevar discretamente la palabra a la Junta de Jefes de que el proyecto iraní es desagradable, no importa cuáles órdenes deberían venir desde la Casa Blanca o desde la Caja Negra. Estas noticias, desde luego, fueron para ser guardadas en la sala, como seguramente lo fue. Una vez que el castillo esté secretamente seguro, a partir de allí sería un asunto trivial plantar la semilla que podría desenmarañar el completo empeorado y amenazante, carro neoconservador. Un simple, pero devastador anuncio de Inteligencia, unos pocos susurros a los jugadores claves de los Bilderbergers de que está abierta la sesión en el contingente estadounidense en el próximo encuentro, y varios otros sutiles y fáciles movimientos. Toma poco, después todo, derribar un casa de naipes, particularmente una apuntalada por un débil bromista. El grupo como es habitual permanece invisible.

Determinados elementos en la Casa Blanca saben lo que esta ocurriendo, mientras otros parecen pensar todavía que la agenda neoconservadora es la orden del día. Parece claramente obvio que Cheney estuvo informado por adelantado, y tiene alguna clase de paracaídas dorado en sus acopios navideños. No he oído de él desde que aprendimos de los cambios en el grupo, cuando el anuncio de inteligencia devino de dominio público. Bush actualmente imagina a Cheney como la reencarnación de Judas, y prácticamente diría “Et tu, Brute” (“¿Tú también… Bruto?”) llegado el día. Y evidentemente todavía Bush no ha captado la idea de que el chip ha sido apagado, tanto para él como para su compañero Gates, ambos de los cuales aún actúan como si el tractor estuviera todavía en sus ejes. Me pregunto si ellos caerán como el tipo en el film de los Monte Python… “Adelante, córtame otro brazo. Yo aún estaré combatiéndote.”

Lo que próximamente ocurra será un avance para preparar una línea más fresca en la historia. Es decir, ninguno de los impresionantes (u horrorosos) logros de los neocons serán deshechos, y aún así el pueblo estadounidense será llevado a creer que los males están en el pasado –el mismo estándar táctico que vimos trabajar tan bien cuando Nixon dimitió. Los medios traerán refrescantes encabezados nuevos, con brillantez e inteligente confianza en reasegurar empáticamente nuevas caras de amantes de la Tierra, más otras fantasías –y la experiencia de Bush irá desapareciendo de la memoria pública, entre la temporada de los nuevos resultados de fútbol americano. Tal la ventaja es para nuestros regentes, que los estadounidenses tenemos delgada memoria y muy limitadas capacidades de observación, comparados con el resto de la población mundial. Supongo que el propósito de este caldero ha sido disolver los instintos básicos de juzgamiento.

No es el tiempo justo para un sorpresivo ataque de la Malvada Bruja del Este. La guerra desde bases espaciales está todavía en estado de Beta-testeo. No es necesario proceder de momento con el pleno despliegue de la Gestapo, las fuerzas de choque de las SS, los campos de concentración, la labor forzada y las completas nueve yardas. Los neocons han diligentemente construido los fundamentos de todo ello, ambos con concretos y legales precedentes, pero el proyecto está por el momento suspendido y los neoconservadores fuera de servicio. Cuando llegue la hora de reasumir el proyecto, será percibido como una nueva respuesta a un nuevo e inesperado escenario emergente, y no será notada una continuación política con la era de Bush.

Sugiero que podremos ver el enfoque de la próxima administración estadounidense prestando atención a Al Gore. El está predicando el evangelio del cambio climático, y éste deviene rápidamente una nueva causa célebre para la "comunidad internacional". Es más que una campaña de Gore, advertimos que la campaña está siendo sustentada por los medios de comunicación masivos, por los poderes establecidos. Estamos claramente siendo preparados para un 'nuevo show', después de 'show de Bush', y el nuevo show marcha por los impuestos a los hidrocarburos y el crédito, nuevas fuentes de energía, autos más eficientes, biocombustibles, y todas las cosas relacionadas con el pico petrolero.

En orden de dar paso al nuevo show, parece muy claro que la nueva administración comenzará con algún triunfo político fácil, para limpiar un poco el desorden que obviamente dejarán los neocons. Cerrando Guantánamo, y declarando que los vuelos secretos han sido abandonados, podría ganar varios puntos sin costo real (los vuelos secretos y las prisiones podrían indudablemente continuar). Iraq ha sido ya desestabilizado y preparado para la balcanización, y bases estadounidenses permanentes han sido construidas. Otro fácil triunfo podría ser el retiro de tropas a sus bases y campos petroleros, por una guerra declarada terminada, y para un Iraq dividido en provincias étnicas, dejándolos peleando entre ellos mismos. Podría ser esto retratado en los medios como una ‘victoria de la paz y la democracia’.

¿Qué podemos entonces esperar del nuevo show? ¿Qué consecuencias probablemente acompañen la implementación de la clase de política que Al Gore y los medios han estado hablando, alrededor del cambio climático, la independencia energética, etc.? ¿Qué es lo que nuestro grupo regente trata de lograr?

A nivel general resulta claro que esta clase de políticas no involucran fundamentales cambios en el modo en que nuestra sociedad opera. Tendremos autos, sólo que ellos deberán ser un poco más eficientes, y pagaremos más por el combustible y más impuestos para conducirlos. Todavía embarcaremos productos desde China que podríamos producir localmente, y todavía dependeremos del transporte de larga distancia. Todavía usaremos métodos de agricultura que son altamente petróleo-dependientes para tractores, fertilizantes y pesticidas. Investigación y desarrollo de nuevas fuentes de energía, pero no lo suficientemente cercanas a reemplazar al petróleo. Mientras que nuestro transporte y otras manufacturas permanezcan básicamente sin cambio, somos insustentables, dependiendo del petróleo, y ninguna de las iniciativas a lo Gore cambiarán el cuadro energético total, el cuadro del carbón, o el cuadro del clima en un modo significativo.

Con el fin de comenzar a figurarse cuál es la agenda real, detrás de políticas a lo Gore, veamos primero un ejemplo: biocombustibles. La producción de biocombustibles nos da otra fuente de recursos, pero también quita tierra a la producción de alimentos. Como consecuencia directa de los ya existentes mercados de biocombustibles, los precios de mercado para el grano y otros potenciales biocombustibles están ahora conducidos por los precios de la energía. Los precios globales de los alimentos están, de allí, subiendo, mientras a la vez la superficie destinada a la plantación de alimentos está siendo reducida. Esas dos cosas estarán directa y dramáticamente ligadas al incremento del hambre y la inanición, particularmente en las regiones más pobres. Una administración inspirada a lo Gore promoverá la expansión de los programas de biocombustibles en una escala global, y se palmeará a sí misma en la espalda por sus nobles intenciones de salvación del petróleo.

Todo esto estará ocurriendo en un contexto donde encaramos una crisis global de alimentos en general. No hemos visto encabezados sobre este tópico, pero el mundo yace al borde de una mayor crisis alimentaria. Las acumulaciones para emergencias están en un momento de mengua, los niveles de producción decaen, pérdidas de cosechas en alza, etc. Es ya un cuadro muy sombrío sin los biocombustibles.

En un contexto como éste, la siguiente consecuencia ligada a una agenda mayor en los biocombustibles se tratará de un genocidio intencional. Con el fin de proveer más nafta marginal a las harto-consumidoras naciones industrializadas, incontables millones serán hambreados en el tercer mundo, en adición a esos incontables millones hambreados desde ya mismo. La ganancia marginal en energía es tan pequeña en comparación que debemos aceptar que primariamente la agenda es acerca de genocidio. Como fuere, cuando comencemos a leer acerca de nuevas hambrunas, quizás en Brasil donde los biocombustibles están ahora en producción masiva, los titulares culparán a las sequías, a la pérdida de cosechas, o alguna otra excusa, como siempre lo hacen. Sentiremos mientras tanto un “resplandor verde” cada vez que llenemos nuestros Prius con biodiesel, inadvertidos del daño que está haciendo. Y quizás donaremos a Oxfam, o adoptaremos niños del tercer mundo y les enviaremos cartas.

Una agenda a lo Gore es simplemente imperialismo escondido bajo una nueva máscara, un nuevo show. En lugar de asesinar indios matando sus búfalos, más bien se matará poblaciones privándolas de acceso a los alimentos por otros medios. Una vez más, "ellos" deben ser sacrificados, así "nuestro" estilo de vida puede continuar y expandirse. Debemos notar que más iraquíes murieron bajo las sanciones de Clinton que los que han muerto en la actual guerra de Iraq. En los tiempos de Bill Clinton el patrón fue un genocidio invisible antes que la más violenta variedad de Bush. Aparentemente, en los tiempos de Hillary Clinton volveremos a los tempranos patrones invisibles.

Claramente, las consecuencias de la agenda de Gore son genocidas, pero uno podría preguntar si ésta es la consecuencia buscada. He estado sugiriendo que lo es, y pienso en mayores elaboraciones en este punto. No tengo todo el caso bien elaborado aún. Presento meramente alguna evidencia que sugiere el patrón. Con el fin de obtener una perspectiva adecuada en este asunto, necesitamos dar un paso atrás, y considerar el cuadro más amplio del mundo industrializado puesto vis a vis con el tercer mundo, encarando un amplio rango de acopio de recursos escasos – la perspectiva estratégica de nuestro grupo dominante.

Parece muy claro que las naciones industrializadas no tienen intención de cambiar los patrones básicos sobre los que yacen, o en abandonar el capitalismo. Podemos sólo esperar más crecimiento industrial, más consumo de energía, continuar usando métodos intensivos en agricultura, etc. La bandita curativa de la agenda de Gore no hace diferencia significativa con este cuadro, simplemente afirma la intención de proceder con los negocios de la manera usual.

El único modo en que el industrializado Norte puede continuar por su senda es arrebatar más y más de la tierra del tercer mundo, el agua y los recursos para su propio uso. Mientras el apetito industrial por los recursos continúe creciendo a tasas rápidas, y nuestros recursos globales se estrechen de manera creciente, vamos a ver en el tercer mundo una muy rápida expansión de inanición –la globalización del hambre a escala africana. Esto es inevitable mientras el norte mantenga su senda básica, ya sea que tengamos políticas a lo Gore u otro set de políticas, estas son de pocas consecuencias.

La “inevitabilidad” de las muertes masivas en el tercer mundo es bien conocida por aquellos que rigen las naciones industriales. Desde la perspectiva de las alturas del poder, la cuestión deviene, “¿Cómo podemos manejar esas muertes de modo que se pueda limitar el desbaratamiento de la economía global, y de modo que no produzcan un levantamiento de reclamos públicos?". Desde luego, una vez que usted comience a manejar las muertes, usted está comprometido con un genocidio, por ejemplo, arreglando las muertes de unas poblaciones en particular con preferencia a otras.

El patrón de esta estrategia de gestión ha sido puesto muy en claro en África Sub-Sahariana, donde todas esas guerras civiles, atrocidades genocidas, sequías y hambrunas han estado ocurriendo. No mucha gente se da cuenta que esos desastres han sido sistemáticamente impuestos a África por medio de los requerimientos del Fondo Monetario Internacional, denegación de ayuda médica, extendida distribución de armas automáticas, las manipulaciones de los bancos internacionales, el destino de la tierra cultivable y el agua al consumo del Norte, y la lista continúa. No sólo está África siendo hambreada a muerte por las fuerzas del mercado, sino que el proceso está siendo acelerado con intervenciones genocidas encubiertas.

En África vemos un holocausto a escala completa, un programa de genocidio masivo en curso, o deberé decir que no lo vemos. Para los medios de comunicación no hay nada de esto. Leemos que “conflictos tribales se han encendido”, pero no oímos nada sobre bombardeos de la CIA de los cuales cada uno culpa al “otro lado”, y los cuales encienden la reyerta, una reyerta que podría devenir en guerra civil. Oímos de hambre debido a ‘sequías’, pero no nos han dicho que habría abundancia de agua si no fuese por las plantaciones de café para exportación que consumen el agua local. No vemos genocidio, vemos a África caer en desafortunada miseria por caprichos de la madre naturaleza.

Así, el patrón de gestión muerte a muerte deviene claro. Ha sido satisfactoriamente testado en África, y podemos esperar que el patrón probado vuelva a ser empleado en el futuro. Toman la población que consideran ‘redundante’, emprenden un programa de adquisición de los recursos de esa población, y entonces aceleran el proceso de remoción que comprende varias acciones encubiertas de genocidio. De esta manea la población puede ser reducida poco a poco, y ser manejable, mientras que el Norte requiere de la utilización de todos los recursos del mundo para su uso exclusivo. Desafortunadamente para el Norte, no hay todavía suficientes recursos para permitir que el crecimiento industrial continúe indefinidamente. El Sur esta siendo aniquilado solamente para que el insustentable Norte pueda prolongar su paso por mucho más tiempo.

Mientras tanto, los medios en el Norte pintan un cuadro en el cual sólo la naturaleza causa hambruna, y el rol de Norte es siempre proveer ayuda, tan extendidamente como pueda ser. Preocupados observadores han dado un número al que llamar, así pueden despejar su preocupación con una simple donación que ‘salvará un niño’, o ‘dará una cabra a una familia’. No hay genocidio, somos buenos tipos. No vemos mal, nos sentimos bien. Ya hay demasiado mal con esas hambrunas por allí.

Las políticas al estilo Gore no solo son genocidas, son formidablemente genocidas. Cuando comienzan hablando de una masiva cantidad de tierra quitada de la producción de alimentos, ello podría traer aparejado un substancial incremento en los precios de los alimentos, en pleno rostro de la ya estrecha situación alimentaria mundial, ello podría traer en un muy corto tiempo – una mala estación mediante – una hambruna a una escala que no hemos visto nunca antes. Tan serios resultados dependerán enteramente de cuán agresivamente la nueva administración persiga una agenda estilo Gore. Tenemos un genocidio ajustado a ciencia, con parámetros graduados.

Aparentemente, teniendo campo ya testado para tácticas genocidas en África Sub-Sahariana, ha sido tomada una decisión para globalizar el programa. Para este propósito, las políticas estilo Gore tienen el potencial de ser adecuadas Armas de Destrucción Masiva, el equivalente en el juego atómico al de hambrunas. La decisión de globalizarlo fue evidentemente hecha hace algún tiempo, antes de que ha Gore se le solicitara hacer “La Verdad Inconveniente”. La película es el primer signo de la forma en que soplarán los vientos, el primer adelanto del nuevo show.

La misión primaria de una administración de Hillary, bajo el estandarte de hacer algo a favor del cambio climático y el pico petrolero, será evidentemente emprenderla con los recursos masivos del globalizado Sur, conduciendo a selectivas y masivas eliminaciones de algunas poblaciones mediante hambrunas. En otras palabras, la misión es expandir el modelo globalizado del hambre en África, un proceso que será presumiblemente ayudado por los usuales sospechosos obscuros en sus roles usuales de desestabilizadores.

Mi principal temor con el régimen de Bush era que probablemente atacaría Irán… ¿o era un despliegue para la Gestapo? Ha sido una carrera corta en aquellos días. Ahora, estamos en los márgenes de un régimen inclinado al genocidio en una escala que podría avergonzar a los mismos nazis. Sugiero que hemos escapado el hervidor solo para caer en el freidor.

Espero que nadie tenga nociones románticas sobre la nueva administración, y espero que cada uno se percate que el proceso político no puede nunca ser utilizado para solucionar nuestros problemas; este proceso es de hecho el corazón del problema. Y también espero poner en claro que el genocidio global es una inevitable consecuencia de la continuidad de este sistema capitalista enfermo, tanto si se está de acuerdo con la mayoría del análisis o no. Y al final, el capitalismo no puede perdurar por siempre.

Solo cuando usted haya alcanzado ese profundo nivel de desesperanza donde no encontramos vía de escape, podrá limpiar la mente lo suficiente como para ver donde subyace el problema real. El verdadero problema yace, amigos, en el hecho de que ustedes y yo tenemos nada que decir acerca de cómo nuestras sociedades se desenvuelven. Cualquiera de nosotros tiene más sentido que la gente que rige las cosas y de la forma en que éstas ocurren, y ciertamente tenemos camaradas con corazón. Nuestro problema yace en que dejamos el poder en manos de aquellos que siempre abusan de él, en un modo u otro, una era tras otra.

Nuestro desafío como seres de una especie dotada de sentimientos, y nuestra respuesta si buscamos hacer algo acerca de la agente del crecimiento-mediante-genocidio, es comenzar a fortalecernos a nosotros mismos, nosotros como personas comunes, sin referencia al inutilizable proceso político. Cómo seguir nuestro fortalecimiento debe ser el objetivo de nuestra investigación, y perseguir tal fortalecimiento debe ser el punto de nuestro activismo.


(Si bien el traductor aclara tener dudas sobre la completa realidad del planteo del texto, sin embargo considera imprescindible su lectura a fondo, en orden a que las cuestiones geopolíticas y el gran juego de largo plazo no tienen cabida alguna en los medios de masas. N.del T.)

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