Las Fuerzas de Ocupación Israelíes contra la democracia y la libertad de expresión
Haaretz/Rebelión
Traducido del inglés por Carlos Sanchis y revisado por Caty R.
21/03/10
La decisión de las Fuerzas de Ocupación Israelíes (FOI) de declarar los pueblos palestinos de Bil’in y Na’alin zonas militares cerradas los viernes durante los próximos seis meses es una grave maniobra antidemocrática. La orden emitida por el comandante en jefe del Mando Central que implementa estas restricciones es un acto contra la libertad de manifestación.
El hecho de que el ejército emita semejante orden radical y que se supone que tendrá efecto durante un período tan largo, requiere una petición inmediata al Tribunal Superior de Justicia solicitándole que bloquee esta peligrosa y dañina maniobra que no tiene ninguna justificación. La libertad de manifestación es un derecho básico y una extensión de la libertad de expresión.
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En los últimos años las dos poblaciones han llegado a simbolizar la lucha contra el muro de separación que separa a los lugareños de sus tierras. La lucha es legítima. Ha contribuido sustancialmente a que el Tribunal ordenara alterar el trazado del muro cerca de Bil’in, una decisión que las FOI todavía no han puesto en marcha, lo que también es una flagrante falta antidemocrática.
A los habitantes de los pueblos y sus partidarios -judíos, árabes y activistas extranjeros– se les debe reconocer el derecho a protestar y luchar por sus derechos.
Durante los años de manifestaciones en los dos pueblos, 23 manifestantes han resultado muertos, la mitad de ellos menores; no ha muerto ningún soldado israelí.
Dichas manifestaciones han sido mayoritariamente no violentas, y han sido las FOI y la Policía de Fronteras quienes a menudo han ejercido una fuerza excesiva e innecesaria. A pesar de las molestias, las FOI deben permitir estas protestas. La alternativa podría ser el terrorrismo.
LA decisión de las FOI también es grave desde otra perspectiva: nunca ha habido un movimiento tan radical contra los manifestantes de la extrema derecha o los colonos en los territorios. Mientras los colonos se vuelven locos quemando campos y arrancando árboles, dañando propiedades y esparciendo el terror como parte de su característica política criminal, las FOI y la policía permanecen ociosas. Cuando la izquierda quiere protestar y manifestarse, las FOI declaran que el área es una zona militar cerrada.
Con ello las FOI no sólo vulneran los valores básicos de las normas democráticas, la libertad de manifestarse, sino que además ejercen la discriminación en su política al conceder excesiva libertad a los ilegales colonos mientras aplican mano dura a los manifestantes de izquierda.
La orden de las FOI es por lo tanto un acto repugnante y ridículo, y el ministro de Defensa, que manda en las FOI, debe tomar medidas inmediatas para anularla.
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