Hasta la OEA impugna las elecciones colombianas

Argenpress
22/03/10

No, nadie se extrañe. La Organización de Estados Americanos (OEA), que no ha podido impugnar ninguna de las elecciones de los gobiernos populares de América Latina, descalifica, los comicios legislativos colombianos, donde se ha desatado un verdadero caos.

...Siga leyendo, haciendo click en el título...


Es más, ni siquiera el presidente Álvaro Uribe ha podido defender el escrutinio, debido a la cantidad de irregularidades cometidas por los interesados en salir electos como honorables diputados o senadores, aunque ya por ahí se dice que hay 36 de ellos comprometidos con vínculos con los paramilitares.

¿Qué se puede pensar?

La misión de la OEA que fungió como observadora afirmó que el domingo 14 de marzo hubo compra de votos, circulación de dinero y falta de garantía en el secreto del sufragio. Eso sí, destacó que todo se realizó en medio de la tranquilidad.

El periódico mexicano La Jornada indicó que la compra de votos no se concentró en un solo partido y la práctica folclórica y típica fue observada en los departamentos de Atlántico, Bolívar, Magdalena, Nariño, Cundinamarca y Norte de Santander, que ellos sepan.

Hubo de todo, porque los candidatos de la corrupción también ofrecían prebendas y puestos de trabajo a los votantes. Cualquier cosa con tal de hacerse de un curul, algo que indica las ventajas personales que trae en el país andino ser diputado o senador.

Realmente, el escrutinio padeció asimismo de toda clase de insuficiencias. Nada anduvo bien en la transmisión de datos y, claro, los resultados que se anuncien oficialmente siempre estarán bajo el manto de la duda.

¿Qué se puede alegar si Carlos Ariel Sánchez, director de la Registraduría del Estado Civil, a cargo de todo el proceso, admite el descontrol total en el conteo de votos y lo justifica con las dificultades para comprender la metodología del escrutinio, complejidad de las boletas y escasa capacitación de los jurados?

Colombia es así.

Solamente el 14 de marzo las autoridades suspendieron el contrato con ID System, la empresa encargada del conteo, y ese día comenzó de nuevo el recuento por la empresa ASD, pero el hecho de hacer de nuevo el trabajo no significa que se tendrán en cuenta las compras de votos, por dinero o por prebendas, las violaciones del secreto y quién sabe qué triquiñuelas inventadas por los candidatos para salir electos.

Cuatro días después de efectuados los comicios, nadie había podido emitir un boletín oficial sobre cómo andaban las cosas.

Semejante situación provoca que la gente se soliviante y decenas de personas se expresaron a gritos en el local de la Registraría, en Bogotá, con la exigencia de claridad y transparencia en el proceso y gritos de “abajo el fraude”.

Las cosas llegaron a límites y los representantes de los opositores Polo Democrático y del Partido de Integración Nacional (PIN) se declararon en huelga de hambre ante el temor de que las irregularidades en el escrutinio puedan restarle representación en el Parlamento, informó el diario local El Tiempo.

La coalición del presidente Álvaro Uribe —integrada por el Partido Conservador y el Partido de la U— se perfila como la ganadora de estos comicios.

Los intrincados fallos aparecidos en las elecciones legislativas se proyectan ahora hacia los comicios presidenciales que tendrán lugar el 30 de mayo, porque generan una desconfianza lógica.

Incluso, el ministro del Interior, Fabio Valencia Cossío, principal crítico de la actuación de la Registraduría en estos comicios, ha dicho que las elecciones de mayo podrían peligrar ante la falta de garantías del proceso electoral en Colombia.

Realmente es poco probable, pues en medio de toda la hecatombe el sistema de Estado colombiano está interesado en que la rueda continúe dando vueltas.