Palestinos remueven parte del muro construido por Israel
TeleSUR
07/11/09
Jóvenes palestinos rompieron este viernes una parte del muro de separación construido ilegalmente por Israel en Cisjordania, que tiene una altura de nueve metros, en una acción cargada de simbolismo, pues tiene como telón de fondo el aniversario número 20 de la caída del muro de Berlín.
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Al percatarse del hecho, los guardias israelíes arremetieron con bombas lagrimógenas y un spray maloliente desde la parte contraria del inmenso muro de concreto.
"No importa cuán altos, todos los muros caen", se leía en una de las pancartas colocadas junto a la estructura por jóvenes palestinos ayudados por activistas israelíes, quienes afirman que el muro en territorio palestino es una apropiación de la zona por parte de Israel.
Un comunicado del Comité Popular de Bil'in, organizador de la protesta, indicó que "el 9 de noviembre de 1989, el Muro de Berlín se vino abajo en dos días, esto inspiró esperanza en un mundo en el que las barreras no pueden separar a las personas".
"Hoy, Israel está construyendo un muro el doble de alto y cinco veces más largo en Cisjordania, despreciando el derecho internacional, para separar a los palestinos de sus tierras", denunció el comunicado.
Los protestantes se dispersaron cuando los guardias fronterizos israelíes (que estaban detrás del muro) comenzaron a cerrar la brecha cuando una parte del muro se inclinó hacia el lado israelí, pero no llegó a caerse.
Cinco años de ilegalidad
Israel comenzó a construir el muro en el 2002 y dos años más tarde el Tribunal Internacional de Justicia dictaminó la ilegalidad del muro que el gobierno israelí alzaba en su gran mayoría en el territorio ocupado de Cisjordania. Un 85 por ciento de su trazado se encuentra por suelo palestino, apropiándose de casi un diez por ciento del territorio.
Construido de norte a sur y a través de parte de Jerusalén, cuando esté terminado el muro medirá 700 kilómetros de largo y entre 50 y 100 metros de ancho. Es una estructura compleja que incluye alambradas de espino, zanjas, zonas de arena fina para detectar huellas, torres de vigilancia, caminos asfaltados a cada lado para permitir patrullar a los tanques, así como zonas adicionales de defensa y áreas restringidas de diversa profundidad.
No ha habido apenas presión política ni diplomática para frenar una obra que provoca un impacto demoledor en la vida cotidiana de decenas de miles de palestinos, puesto que el muro aisla entre sí a comunidades y familias. Separa a los campesinos de sus tierras y a los palestinos de sus lugares de trabajo, centros educativos y de salud y otros servicios esenciales.
El Estado judío asegura que fue construida para evitar que atacantes suicidas con bombas ingresaran al país, y argumentan que la barrera es un obstáculo temporal que podría ser quitado cuando se firme un pacto de paz con los palestinos.
Las manifestaciones en rechazo a la construcción de tan imponente muralla se han convertido en una situación regular, así como también la respuesta de la policía israelí que lanza gas lagrimógeno y balas de goma a manifestantes palestinos que lanzan piedras.
Al muro de nueve metros de altura alrededor de ciudades como Belén, Tulkarem o Kalkilia y a la barrera metálica se suman los 600 obstáculos a la libre circulación que salpican Cisjordania. A los campos de cultivo enclavados entre el muro y la frontera con Israel sólo se puede acudir si se cuenta con un permiso concedido por las autoridades israelíes y que hay que renovar semestralmente.
En el norte de este territorio, el 80 por ciento de los campesinos no cuentan con ese permiso, y los que consiguen el acceso lo hacen luego de muchos meses de espera, como Sharif Omar, agricultor de Yayus, pueblo próximo a Kalkilia, quien relataba a la ONG Oxfam que tuvo que esperar "siete meses antes de poder acceder a mi tierra".
Más asfixiante se augura el panorama para ocho comunidades ubicadas en dos enclaves: Bir Nabala, al norte de Jerusalén; y Az Zawiya, al sur de Kalkilia. Sus 26 mil residentes serán rodeados por el muro por los cuatro costados. Sólo podrán salir mediante túneles o una conexión por carretera con el resto de Cisjordania, aseguran funcionarios de Naciones Unidas.
El muro y los vallados determinan el acceso a gran parte de los recursos hídricos de Cisjordania, casi siempre a favor de las colonias judías. La ilegal pared atraviesa 171 pueblos o ciudades de Cisjordania; ha desplazado a 28 mil personas; ha supuesto la confiscación de cinco mil hectáreas, y el aislamiento de otras 27mil.
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