Las masacres de Gaza deben incentivarnos a la acción

The Electronic Intifada
27/12/2008
Traducción: El Averiguador


© Hatem Omar/MaanImages
Palestinos llevan el cuerpo de la víctima de un ataque aéreo israelí en Rafah, al sur de la Franja de Gaza, 27 de diciembre de 2008.

“Escucharé música y celebraré lo que fuerza aérea israelí está haciendo”. Esas fueron las palabras transmitidas hoy en Al Jazeera por Ofer Shmerling, un oficial de defensa civil israelí en el área adyacente a Gaza, Sderot, mientras se mostraban imágenes de la última masacre israelí a todo el mundo.

Apenas un rato antes, aviones de Guerra F-16 y helicópteros Apache israelíes suministrados por EEUU lanzaron más de 100 bombas sobre decenas de ubicaciones en la Gaza ocupada por Israel asesinando por lo menos a 195 personas e hiriendo a cientos más. Muchos de estos lugares eran estaciones de policía ubicadas, como todas las estaciones de policía, en medio de áreas civiles. El gobierno de EEUU fue uno de los primeros en apoyar los ataques de Israel, y otros le seguirán.

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Varios informes hay indicado que muchos de los muertos eran oficiales de policía palestinos. Entre aquellos que Israel cataloga como “terroristas” hubo más de una docena de oficiales de tránsito que estaban bajo entrenamiento. Y todavía un número desconocido de civiles han muerto y han sido heridos; Al Jazeera mostró imágenes de varios niños muertos, y los ataques israelíes sucedieron al momento que cientos de niños palestinos volvían de la escuela e iban camino a sus hogares.

La alegría de Shmerling se ha hecho eco entre los israelíes y sus partidarios alrededor del mundo; su violencia es una violencia justificada. Se trata de “autodefensa” en contra de los “terroristas” y por lo tanto está justificada. Los bombardeos israelíes, al igual que los bombardeos norteamericanos y de la OTAN sobre Irak y Afganistán, son bombardeos por la libertad, por la paz y la democracia.

La racionalización de las masacres de Israel, ya transmitidas religiosamente por los medios de habla inglesa, es que Israel está actuando en “represalia” por los cohetes palestinos disparados con mayor intensidad desde que la tregua de seis meses venció el 19 de diciembre (hasta hoy, ningún israelí ha muerto o ha sido herido por estos recientes ataques con cohetes).

Pero los terribles ataques de hoy solo marcan un cambio en el reciente método de asesinar palestinos. En los últimos meses murieron silenciosamente, en su mayoría, ancianos y enfermos, privados de alimentos y medicinas necesarias a causa del bloqueo israelí que ya lleva dos años, planificado y con el objetivo de promover el sufrimiento y privación a los 1.5 millones de palestinos, cuya mayoría son refugiados y niños amontonados en la Franja de Gaza. En Gaza, los palestinos murieron silenciosamente, por falta de medicinas básicas: insulina, tratamiento de cáncer, productos para diálisis, todos prohibidos de su alcance por Israel.

Lo que los medios nunca se cuestionan es la idea de la tregua de Israel. Es muy simple. Bajo una tregua al estilo israelí, los palestinos tienen el derecho de permanecer en silencio mientras Israel los mata de hambre, los asesina y continúa la violenta colonización de su tierra. Israel no solo ha prohibido alimentos y medicinas para sostener a los palestinos en Gaza, sino que también tiene la intención de hambrear las mentes: a causa del bloqueo, ni siquiera hay tinta, papel ni pegamento para imprimir libros para los niños que van al colegio.

Según declaró en noviembre a Intifada Electrónica, John Ging, líder de operaciones de la agencia de Naciones Unidas para refugiados palestinos (UNRWA), “hubo cinco meses de cese del fuego en el último par de años, en los cuales el pueblo de Gaza no se benefició; no experimentaron ninguna restauración de una existencia digna. También nuestras provisiones estuvieron restringidas durante el período del cese del fuego, al punto que quedamos en una posición muy vulnerable y precaria y en unos pocos días de bloqueo nos quedamos sin comida”.

Esa es una tregua israelí. Cualquier respuesta a los ataques israelíes, aunque sean pacíficas protestas en contra de la pared del apartheid en Bilin y Nilin en el West Bank son tratadas con balas y bombas. No existen los cohetes lanzados a Israel desde el West Bank, y aún así los ataques de Israel, los asesinatos, el robo de la tierra, asentamientos de colonos y secuestros nunca cesaron ni un solo día durante la tregua. La Autoridad Palestina en Ramallah ha accedido a todas las demandas de Israel, incluso la formación de “fuerzas de seguridad” para luchar contra la resistencia de parte de Israel. Nada de eso ha detenido la implacable y violenta colonización israelí a la propiedad o forma de vida Palestina. No salvó, por ejemplo, a la familia al-Kurd de ver a su hogar de 50 años en el Este de Jerusalén siendo demolida el 9 de noviembre, para que la tierra que ocupaba sea tomada por colonos.

Una vez más estamos observando masacres en Gaza, como lo hicimos en marzo cuando 110 palestinos, incluyendo a decenas de niños, fueron asesinados por Israel en unos pocos días. Una vez más la gente en todos lados siente cólera, ira y desesperación que este estado fuera de la ley lleve a cabo semejantes crímenes con impunidad.

Pero en todos los medios árabes y en Internet la ira expresada no está solamente dirigida hacia Israel. Notablemente, está dirigida más afiladamente hacia los estados árabes. Las imágenes que más se ven son de la ministro de exteriores de Israel, Tzipi Livni, en el Cairo el día de Navidad. Allí se sienta sonriente junto al presidente egipcio Hosni Mubarak. Luego están las fotografías de Livni y del ministro de exteriores egipcio sonriendo y estrechando manos.

El periódico israelí, Haaretz, informó hoy que el miércoles pasado el “gabinete israelí autorizó al primer ministro, al ministro de defensa, y al ministro de exteriores a determinar el momento y el método” de los ataques de Israel en Gaza. Toda la gente se pregunta, ¿qué le dijo Livni a los egipcios, y aún más importante, qué le dijeron ellos? ¿Israel recibió luz verde para teñir de rojo las calles de Gaza una vez más? Pocos están dispuestos a dar a Egipto el beneficio de la duda luego de haber ayudado a Israel a sitiar Gaza manteniendo cerrado el cruce de frontera de Rafah durante más de un año.

Por sobre el intenso enojo y tristeza que mucha gente siente ante la renovación de las matanzas masivas de Israel en Gaza está el sentido de frustración de que parece que hay tan pocas formas de canalizarlo en una respuesta política que pueda modificar el curso de los eventos, de terminar con el sufrimiento y traer justicia.

Pero hay formas, y este es un momento para concentrarse en ellas. Ya he recibido noticias de manifestaciones y acciones de solidaridad planificadas en ciudades de todo el mundo. Esto es importante. ¿Pero que sucederá luego que las manifestaciones se dispersen y el enojo se calme? ¿Seguiremos permitiendo que silenciosamente mueran palestinos en Gaza?

Los palestinos están pidiendo solidaridad por todos lados, verdadera solidaridad, en forma de acción política sostenida y determinada. El Grupo de Estado Democrático Único reafirmó esto en el día de hoy “llamando a todas las organizaciones de sociedades civiles y a la gente que ama la libertad a actuar inmediatamente de cualquier manera posible para imponer presión a sus gobiernos a fin de que terminen sus lazos diplomáticos con Apartheid de Israel e instituyan sanciones en su contra”.

El Boicot global, Movimiento de Boicot y Sanciones por Palestina provee el marco de trabajo para esto. Ahora es el momento de canalizar nuestras emociones de cólera en un compromiso a largo plazo para asegurarnos que no despertemos “otro Gaza” nunca más.

Co-Fundador de Intifada Electrónica, Ali Abunimah es autor de Un País: una audaz propuesta para terminar el impasse Israelí-Palestino (Metropolitan Books, 2006).