La estimulación eléctrica del cerebro mejora las capacidades matemáticas

Yaiza Martínez
Tendencias 21
05/11/10

Concretamente la capacidad de procesamiento numérico automático y de ubicación espacial de números

La aplicación de corrientes eléctricas leves en el cerebro puede aumentar las habilidades matemáticas humanas al menos durante seis meses, revela un estudio realizado por neurocientíficos de la Universidad de Oxford. Los investigadores aplicaron una técnica no invasiva para modificar la actividad neuronal de los lóbulos parietales de un grupo de estudiando, mejorando de esta forma sus capacidades de procesamiento numérico automático y de ubicación espacial de números. El descubrimiento podría servir para ayudar a personas que padezcan discalculia (incapacidad de realizar operaciones de matemáticas o aritméticas) como consecuencia de un infarto cerebral o de algún trastorno degenerativo.
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La aplicación de corrientes eléctricas leves en el cerebro puede aumentar las capacidades matemáticas humanas por un periodo de seis meses, revela un estudio realizado por neurocientíficos de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido.

Según publica dicha universidad en un comunicado, la presente investigación ha demostrado por vez primera que la estimulación eléctrica puede tener este efecto en la mente.

El estudio fue realizado por Cohen Kadosh y sus colaboradores, de la Universidad de Oxford.

Kadosh es un neurocientífico especializado en el análisis de las estructuras cognitivas y los mecanismos neuronales que posibilitan ciertas capacidades humanas, como la percepción, el aprendizaje o la manipulación de información sobre números y magnitudes.

TDCS en el lóbulo parietal

Investigaciones previas de Kadosh y su equipo habían demostrado que podía provocarse, mediante estimulación cerebral, un trastorno provisional en la capacidad para procesar problemas matemáticos conocido como discalculia o acalculia.

En el último estudio realizado por los científicos, en el que participaron 15 voluntarios estudiantes, de edades comprendidas entre los 20 y los 21 años, se ha demostrado que dicha estimulación puede provocar también justo el efecto contrario.

En el experimento realizado, los participantes tuvieron que aprender símbolos que representaban diversos valores numéricos. Según publican los investigadores en la revista Current Biology, durante este aprendizaje, que duró seis días, a una parte de los participantes se les aplicó estimulación transcraneal por corriente directa (TDCS), una técnica que permite hacer incidir corrientes eléctricas leves en el cerebro, para inhibir o excitar las neuronas de éste, de manera selectiva. A otro subgrupo de voluntarios se les aplicó un placebo.

Los científicos hicieron incidir las corrientes eléctricas en dos direcciones (de izquierda a derecha o viceversa), sobre los llamados lóbulos parietales del cerebro.

El lóbulo parietal es un área cerebral encargada de diversas funciones, como percibir el calor, el frío o el dolor. Asimismo, se sabe que esta parte del cerebro juega un papel crucial en la resolución de problemas matemáticos.

De hecho, cuando el lóbulo parietal sufre una lesión, una de las consecuencias es la aparición de la dificultad para realizar cálculos matemáticos.
Resultados obtenidos

Según los científicos, aquellos voluntarios del grupo que recibieron estimulación trancraneana de derecha a izquierda en los lóbulos parietales alcanzaron un alto nivel de rendimiento en sus tareas matemáticas, después de unas pocas sesiones de TDCS.

La mejora de capacidades se reflejó en el procesamiento numérico automático y la ubicación espacial de números. Estos dos factores son indicios clave de destreza matemática.

Por el contrario, los voluntarios a los que se les aplicó la TDCS de izquierda a derecha en dichos lóbulos rindieron significativamente peor que los primeros. En el caso del grupo de participantes a los que se les aplicó el placebo, el rendimiento de éstos se situó a un nivel intermedio entre los dos grupos anteriores.

Los tests de control realizados demostraron que la modificación de las capacidades matemáticas afectó sólo a los símbolos aprendidos, y no a otras funciones cognitivas, explican los científicos.

Además, en un análisis realizado seis meses después de este experimento, se comprobó que los estudiantes que recibieron la TDCS de derecha a izquierda seguían manteniendo un alto nivel de rendimiento en matemáticas.

Enorme potencial

Para Kadosh, las constataciones realizadas en este estudio tienen un enorme potencial. Aunque, de momento, el trabajo es sólo experimental, en primer lugar ha permitido comprender mejor los cambios neuronales subyacentes a ciertas dificultades de aprendizaje.

Pero los resultados obtenidos podrían servir además para otros fines. Según el investigador: “antes, habíamos demostrado que se puede provocar la discalculia, y ahora parece que podemos mejorar las capacidades matemáticas de la gente, pero lo que realmente queremos averiguar es si podemos ayudar a personas con discalculia, y si este descubrimiento, por tanto, puede tener beneficios para la población en general”.

En Current Biology, los científicos escriben: “la especificidad y perdurabilidad del efecto de la TDCS en las capacidades numéricas define a esta técnica como una verdadera herramienta para la intervención en casos de desarrollo numérico atípico o pérdida de habilidades matemáticas como consecuencia de un infarto cerebral o de enfermedades degenerativas”.

Las discapacidades numéricas moderadas o severas afectan a alrededor de un 20% de la población y un porcentaje aún mayor de ésta puede perder sus capacidades matemáticas a lo largo de la vida como consecuencia de alguno de estos trastornos, advierten los investigadores.

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