Israel-Palestina Netanyahu se planta en tierra ocupada

Jerrold Kessel y Pierre Klochendler
IPS
29/01/10

Cuando Benjamín Netanyahu utilizó una pala para cavar en Maale Adumim y otro asentamiento de Cisjordania, algunos pensaron que el primer ministro israelí en realidad estaba haciendo un hoyo en los actuales esfuerzos de paz patrocinados por Estados Unidos.

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Sin dudas, Netanyahu no solamente estaba participando esta semana de una inocente ceremonia de plantación de árboles previa a la festividad judía de Tu Bishvat, "el año nuevo de los árboles", que se celebra este viernes.

En realidad estaba intentando plantar su bandera en la renovada campaña estadounidense por la paz en Medio Oriente, subrayando la posición de Israel: cualquier negociación que conduzca a una división de la tierra como parte de la "solución de dos estados" debe comenzar aquí, en las colonias, y no, como consideran palestinos y estadounidenses, en las fronteras previas a la Guerra de los Seis Días, de 1967.

Todas las colonias fueron creadas en la tierra capturada por Israel en junio de 1967 y ocupada desde entonces.

Cerca de la vieja frontera, en los bloques de asentamientos vive la mayoría de los 300.000 colonos israelíes.

El mensaje que Netanyahu quiso dar fue: "Escuchen todos ustedes, mediadores y aspirantes a socios en la paz. Estamos plantando aquí, nos quedaremos aquí, construiremos aquí. Este lugar será una parte inseparable de Israel para la eternidad".

A propósito, el primer ministro había ido a la ceremonia en Cisjordania directamente después de la reunión con George Mitchell, el enviado especial para Medio Oriente del presidente estadounidense Barack Obama.

Netanyahu dijo que Mitchell le había dado "algunas ideas interesantes" sobre cómo reiniciar las conversaciones con los palestinos.

La semana pasada, el líder israelí dijo que los palestinos "treparon un árbol alto" al insistir en que sólo participarían en las nuevas negociaciones si Israel implementaba un congelamiento total de la actividad de las colonias. "Les gusta aquí arriba", agregó mordazmente.

Los palestinos se ven obligados a tratar de avanzar con un cambio en la táctica de Estados Unidos.

Obama admitió que el primer año de los esfuerzos de paz no fue precisamente un éxito. "Sobreestimamos nuestra capacidad de persuadirlos… Si hubiéramos anticipado algunos de estos problemas, podríamos no haber planteado expectativas tan altas", dijo el fin de semana a la revista Time.

El hecho de que el presidente estadounidense reconociera el fracaso también fue una tácita admisión del radical cambio en la estrategia de su país, asumiendo que ahora están pasando por encima de su propio reclamo inicial de un total congelamiento de las colonias, e insistiendo en que las partes primero negocien las fronteras del futuro Estado palestino.

El enfoque original del equipo de paz de Obama fue diseñado en base al proceso de Annapolis (2007), aspirando a una paz total apuntalada por el gobierno de George W. Bush (2001-2009) sobre el principio de que "nada está acordado hasta que todo está acordado".

Actualmente, el enfoque parece ser: "implementen ahora lo que pueda acordarse, aunque no todo esté acordado".

La nueva lógica estadounidense es que si hay un acuerdo sobre los límites de Palestina (por ahora, solamente en Cisjordania), entonces el asunto de la construcción de asentamientos dentro de esas fronteras automáticamente se disipa.

Desde su reunión con Netanyahu, en un intento por sacar a las partes del estancamiento de un año en las negociaciones, Mitchell fue a Jordania para participar en una segunda reunión con el líder palestino Mahmoud Abbas.

Tras las conversaciones en Amman, Nabil Abu Rudaineh, portavoz de Abbas, dijo: "Es prematuro hablar sobre un avance real".

Sin embargo, todo indica que los palestinos pueden estar reconociendo gradualmente que, si continúan resistiendo a las súplicas estadounidenses para reanudar las negociaciones y adhieren firmemente al principio de un congelamiento absoluto de los asentamientos, es posible que ya no puedan hacer avanzar su propia causa.

Informes posteriores a la reunión en la capital jordana sugieren que Mitchell está progresando en su esfuerzo por inyectar una nueva realidad al aire enrarecido que respiran los palestinos.

Abbas dijo al enviado de Estados Unidos que, si los estadounidenses se comprometían a ser socios plenos en el esfuerzo de paz, los palestinos podrían llegar a participar, pese a la posición de Netanyahu en relación a los asentamientos.

Netanyahu logró aplazar la táctica inicial de Obama en torno a las colonias.

Ahora, en vista del cambio de enfoque estadounidense, el primer ministro busca reafirmarse en base a los bloques de asentamientos, e insiste en que son parte de Israel.

La contra-estrategia de Netanyahu parece basarse en que Israel ofrezca a los palestinos: "Tomen su Estado dentro de las fronteras provisorias, de acuerdo con la intención del primer ministro Salaam Fayyad de declarar unilateralmente ese Estado el año próximo y, a cambio, acepten que otros reclamos palestinos (sobre Jerusalén oriental y los refugiados) sean puestos a un lado para el futuro inmediato".

Netanyahu espera que los palestinos puedan terminar siendo intimidados para aceptar su enfoque de "mejor algo que nada".

¿Cómo manejarán los estadounidenses esta respuesta de Netanyahu a su táctica de "simplemente vuelvan a la mesa y hablen"?

Antes de embarcarse en su último esfuerzo, Mitchell no temía definir el objetivo último del nuevo compromiso estadounidense: "plena implementación" de la iniciativa de paz de la Liga Árabe, dijo cándidamente en una entrevista con el canal de televisión PBS.

Eso reafirmó los pedidos de la iniciativa de 2002 de un total repliegue israelí hasta las fronteras de 1967, la creación de un Estado palestino y "una solución justa y acordada" al problema de los refugiados palestinos, a cambio de poner fin al conflicto y de una plena normalización de las relaciones entre Israel y el mundo árabe.

Sin embargo, la estrategia de Netanyahu --con árboles, casas y todo-- busca un acuerdo interino, no poner fin al conflicto.

Más específicamente, quiere que las negociaciones patrocinadas por Estados Unidos sobre las fronteras no partan del viejo límite entre Israel y Cisjordania, sino de los propios bloques de asentamientos, que, según él, en cualquier caso son parte integral de Israel.

La gran pregunta es si Obama consentirá este intento de Netanyahu de garantizar una retirada temporal de las negociaciones. O si, en contraste con la disputa previa sobre las colonias, optará por hacerle frente al primer ministro israelí y atacar de modo más vigoroso su posición.

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