El extraño abuelo de Néstor Kirchner
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“Proxeneta, usurero, confidente y zángano de la colmena social”, presenta a Karl Kirchner, abuelo del presidente Néstor Kirchner, el periodista español Juan I. Irigaría en una nota del diario El Mundo de Madrid, basada en textos del escritor argentino Osvaldo Bayer.
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El hallazgo periodístico corresponde a OPI Santa Cruz, que publica parte de este curioso artículo titulado “Lo genético siempre perdura: El abuelito de K”. Allí, Irigaría resume algunos pasajes de la Patagonia Trágica, sucesos ocurridos en los años 20 e investigados por Bayer.
Entre los puntos que destaca el periodista ibérico en su nota, destaca que “al contrario del caso del abuelo del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, que murió fusilado en la Guerra Civil española y se ha convertido en un símbolo de la defensa de la legalidad, la historia del abuelo del presidente argentino Néstor Kirchner juega últimamente en contra de su popularidad y le acarrea algunos quebraderos de cabeza”.
Así, salió a la luz que el suizo Karl Kirchner había colaborado en 1920 con el Ejército argentino en la matanza de trabajadores en la Patagonia y que fue prestamista usurero en la ciudad de Río Gallegos, capital de la provincia de Santa Cruz, en la que Néstor Kirchner nació y llegó a ser alcalde y gobernador, antes de llegar a la Casa Rosada.
El prestigioso historiador argentino, publicó su obra de investigación La Patagonia Rebelde en 1974 revelando los fusilamientos de miles de peones rurales por el Ejército en 1920 y 1921, porque hacían huelgas revindicando mejores condiciones de trabajo.
“Karl Kirchner era el fotógrafo de los militares. Los acompañaba y sacaba las fotos de los obreros que eran detenidos ilegalmente y luego fusilados” detalló Bayer, y mostró a la revista Noticias los retratos de aquellas capturas, a cuyo pie el propio reportero escribía “los revoltosos” en referencia a los huelguistas, según la nota del medio santacruceño.
Bayer también explicó que el abuelo de Kirchner facilitaba dinero a quien se lo pidiera en Río Gallegos a cambio de una devolución con suculento interés. Lo que vulgarmente se conoce como usura.
También, según Bayer “tenía un restaurante con señoritas”, dijo el historiador para referirse en forma elegante al tipo de actividad a la que se dedicaba Kirchner abuelo y agregó: “Además era prestamista o usurero, como se decía en aquella época, era proxeneta”.
Incluso la Sociedad Obrera de Río Gallegos repartía por entonces panfletos donde llamaba al boicot contra Karl Kirchner y otros cinco comerciantes de renombre en la ciudad, a todos los cuales acusaban en el lenguaje propio de la época de “explotadores” y “zánganos de la colmena social”.
“Como mi padre también hablaba alemán se juntaban a charlar. Y un día el viejo Kirchner le pidió prestados 10.000 pesos (unos 24.000 euros de hoy en día). Era mucho dinero. Con eso se podía comprar una casa. Después nunca la devolvió por eso fue la persona que más odió mi padre”, asegura Bayer, según la nota reproducida por OPI Santa Cruz.
El relato del periodista español continúa con declaraciones del escritor y agrega que la publicación de este pasado hizo que tanto Kirchner como su esposa, Cristina Fernández, trataran de cambiar la opinión de Bayer. «El presidente me invitó a la Casa Rosada, me abrazó con fuerza y me dijo al oído: No era mi abuelo sino mi hermano.
Y yo lo miré como diciéndole: Vamos a tu familia la conozco bien».
«Y a ella le dije: el abuelo de tu marido era un atorrante timador».
La estela de estas anécdotas también salpicaron al propio presidente y su patrimonio. Según sostiene el artículo "muchos argentinos comentan, aunque no está documentado, que Kirchner durante la dictadura militar trabajó en una financiera y se habría apropiado de las casas de los morosos. Hoy reconoce tener 22 propiedades".
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