Hambre, sed y oscuridad en una Gaza arrasada por fuego israelí

IAR Noticias
06/01/09

La situación humanitaria es dramática en la Franja, arrasada sin descanso y donde más de un millón de personas no disponen de agua ni luz.

La situación humanitaria es dramática en la franja de Gaza, arrasada sin descanso desde diez días por fuego israelí y donde más de un millón de personas no disponen de agua ni electricidad desde hace cuarenta y ocho horas.

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"No hay servicios públicos, ni agua, ni electricidad, ni pan, ni alimentos esenciales. No funcionan los teléfonos, la vida está paralizada, nadie trabaja, faltan medicinas; ¿qué más hace falta para reconocer que hay un desastre humanitario?", dijo hoy por teléfono desde Gaza Hayat Abu Shamaleh, portavoz de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA).

Cinco de las ocho líneas que proveen a la franja de electricidad desde Israel y Egipto han sido destruidas por los ataques israelíes, que también han inutilizado la única central eléctrica de ese territorio palestino, lo que le ha dejado sin el 75 por ciento del suministro que necesita.

Además, la inmensa mayoría de pozos funcionan con bombas a motor, por lo que, sin electricidad, no hay agua. La división de la franja en tres partes incomunicadas por las fuerzas invasoras israelíes hace "extremadamente peligroso" el paso de uno a otro lado, lo que dificulta enormemente el trabajo de las agencias humanitarias, incapaces de llegar al más de un millón de personas que dependen de ellas para sobrevivir.

"No es sólo el 80 por ciento de la población que depende de ayuda; tampoco el resto están bien, porque aunque tengan dinero no pueden comprar nada: las tiendas están cerradas, los molinos no funcionan y cada vez escasea más la harina con la que se hace el pan que es la base de la dieta aquí. Tampoco hay azúcar ni aceite", explica Shamaleh.

Los daños provocados por la invasión israelí son "enormes" y los tanques y tropas avanzan dejando atrás carreteras repletas de boquetes y calles llenas de escombros. La UNRWA ha instalado once refugios donde empiezan a llegar los primeros desplazados por el conflicto, que superan ya los 5.000 y que, según Shamale, "van aumentando según pasan las horas".

"Tenemos tiendas para más de 40.000 personas, pero ahora mismo no podríamos proporcionar alimento a todos ellos", admite. "Muchas familias ya no hacen tres comidas al día", añade.

Si las cosas no están peor es porque todo el mundo comparte lo que tiene, explica el portavoz, que asegura que él mismo reparte con sus hermanas y sus familias la poca harina de que dispone. Además de la dureza de la situación, están los muertos.

Desde que comenzó la invasión por tierra el pasado sábado la mayoría de las casi cien víctimas mortales son mujeres y niños, según el Informe de Situación distribuido hoy por la oficina de Coordinación Humanitaria de la ONU, que señala que "entre los muertos hay familias enteras".

Hoy por la mañana siete miembros de una misma familia murieron cuando su vivienda en el campo de refugiados de Shati fue alcanzada por un proyectil lanzado por un barco de guerra israelí desde la costa mediterránea de Gaza.

El domingo, una bomba lanzada contra el principal mercado de Gaza capital mató a cinco personas e hirió a otras 40 cuando trataban de aprovisionarse de alimentos para aguantar encerrados en sus casas con sus familias la invasión.

La operación "Plomo Fundido", que lanzó Israel contra la franja el pasado 27 de diciembre, ha dejado ya 534 palestinos muertos y cerca de 2.500 heridos, señala la ONU, que precisa que "el peligro al que se enfrenta el personal médico y la dificultad de sacar a los heridos de los edificios derrumbados hace que la evacuación y el recuento de víctimas sea complicado".

La situación más dramática se vive en los hospitales, algunos de los cuales tratan de mantenerse funcionando con un personal exhausto y cortes eléctricos de hasta 24 horas.

"Dependemos de generadores y éstos pueden parar en cualquier momento", dijo también desde Gaza a Efe Hasan Jalaf el director general del hospital Shifa, el principal de la franja.

Porque los generadores dependen de combustible. Y, combustible, tampoco hay. Ni más de 105 tipos de medicinas. Ni 247 tipos de suministros médicos y quirúrgicos. Ni bolsas suficientes para los cadáveres. Ni bastantes médicos para hacer frente a la tragedia.

Israel dejó pasar hoy un camión con ayuda humanitaria y 200.000 litros de combustible, que no pudieron recogerse al otro lado por los incesantes ataques del Ejército israelí y que, en cualquier caso, apenas son una gota en un mar de necesidad que Gaza es hoy.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Les queda tan poco tiempo a los sionistas,que parece ser que tienen mucha prisa en ejercer el control total del mundo.
Mi más sentido dolor por todos los que sufren en esta horrible guerra.
Que Dios nos ayude.