El Flautista de Hamelin de la izquierda y sus contradicciones no resueltas

Parallax - Sott.net
11/09/2010

Siempre es preocupante cuando la gente recurre a un solo individuo para obtener su visión del mundo. La Derecha tiene a sus hechiceros ideológicos desde Fox a los líderes republicanos del congreso. Los fundamentalistas religiosos tienen a su ‘hombre’ que aleja al personal del conocimiento y suaviza o inflama a la congregación. Los fans del deporte tienen a TSN y los militares tienen su tienda mental en Noticias Jane's Defence junto a su catalogo de los últimos y mejores juguetes de guerra. El hecho es que cada grupo y subgrupo de personas, con mucha frecuencia, tienen algo o alguien que ayuda a delinear sus visiones.

Quizás este es un camino de menor resistencia, elegido comúnmente porque uno puede ver la información de ambos lados de la valla desde una sola fuente, en lugar de descubrir por sí mismos mediante la exposición directa. La vida es mucho más fácil cuando tu realidad es pre-digerida. Como resulta ser, esta tendencia es verdadera tanto para la izquierda como para la derecha.

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Esto nos lleva a un representante de la visión izquierdista del mundo, que es extremadamente intelectual e influyente, no solo en EEUU, sino en todo el mundo. Para muchos de los izquierdistas, no hay demasiados de su calibre, y cuando surge algún problema, muchos buscan primero las palabras de Noam Chomsky antes de formarse su propia opinión, la cual generalmente termina siendo una especie de síntesis de la propia visión del mundo de Noam.

Sea de derecha o izquierda, de algún punto en medio, o de los extremos, siempre es posible que la opinión ofrecida sea correcta, bien investigada y efectuada con un elevado grado de objetividad… quizás. Sin embargo, también es importante recordar que la ingeniería social y el predecible comportamiento y reacciones humanas, actualmente es una ciencia refinada y solo se debe observar al marketing para ver cuantas personas pueden ser influenciadas de esta o aquella manera, dada la motivación psicológica correcta.

En el caso de Noam Chomsky (y posiblemente otros como él), su manejo del lenguaje es extremadamente refinado y su razonamiento es muy confiable. Las personas que se consideran pensadores superiores podrían comparar su pensamiento con el del Chomsky para ver si están en el camino correcto. Los estudios de manipulación psicológica pueden predecir los resultados basándose en la misma idea de que las reacciones de la gente están bien definidas dada una situación de la vida, la política u otra. Con ello en mente, quizás si el 50 por ciento de la gente sigue un camino ideológico particular u otra tendencia, eventualmente muchos otros les seguirán.

Esto nos lleva a contradicciones. En un reciente artículo en SotT llamado “Desprecio izquierdista al movimiento por la verdad del 9/11: ¿Realmente crees en milagros?”, se señalaron contradicciones, muchas de las cuales son parte de las creencias de gran cantidad de personas que obviamente están siguiendo la línea de propaganda de los principales medios. Para aquellos que no están satisfechos con las explicaciones oficiales, aquellos que siguen haciéndose preguntas, personas como Noam Chomsky y los de su clase están allí para mantener la pelota en movimiento y de este modo la Verdad nunca anotará.

Bien se sabe que los humanos están plagados de tendencias a cometer errores; es lo que somos y esto representa nuestra naturaleza de la falibilidad humana. Cuando se descubre un error, la mayoría de las personas reverán, comprobarán y reconfigurarán su pensamiento. Pero según muestra la historia, y en lo que respecta a ciertos individuos, la falibilidad no existe o está manipulada, incluso cuando es tan obvio como el proverbial elefante en la sala de estar. A veces se discierne un poco cuando se emplean filtros más refinados para señalar las inconsistencias, errores o una antigua conspiración. Cuando esto sucede en serias cuestiones, generalmente se utiliza una caja de herramientas de topes y distracciones, o incluso guerra psicológica, para encubrir y desviar.

Esto nos lleva a otro artículo de SOTT que está basado en la manipulación psicológica de las dos palabras “teoría conspirativa”, "Inglaterra: terroristas usan 'teorías conspirativas' en un intento por desacreditar al gobierno y reclutar nuevos miembros", que por supuesto claramente es visto por algunos como un medio para vectorizar la atención de la gente y más importante aún, instalar nuevas estructuras de creencias verbales en sus mentes.

¿Qué hace uno cuando se enfrenta a las notables contradicciones de un tema tan serio como el 9/11, en el que la mente puede confundirse por una serie de opinólogos que intentan atraer tu atención? En el caso de la izquierda, uno podría descubrir a alguien como Noam Chomsky ingresando al escenario de la opinión para calmar las aguas y tranquilizar tu mente. La Derecha, también, tiene su propio brazo de mentores ideológicos que ayudan a influenciar, pero en el caso de la izquierda, a la vista de las evidentes contradicciones del 9/11, pareciera que es necesario un experto grupo de genios para desviar del pensamiento a ese primer 50 por ciento, y además ponerlos nuevamente a dormir.

Respecto al primer artículo de SOTT mencionado más arriba, observemos algunas de las contradicciones y descubramos el poder de persuasión que Noam Chomsky puede demostrar. Primero, no hay muchas instancias en las que la gente no esté de acuerdo con Chomsky, especialmente si no se pueden salir de la idea de que Chomsky es un pensador eminente cuya opinión realmente cuenta. Así es como ha sido promocionado, y así es como lo ve la gente. Muchos le tienen un gran estima y habitualmente dice cosas que tienen mucho sentido. Sin embargo, leyendo el artículo de Global Research en SOTT, alguien había señalado las incongruencias de las posturas de Chomsky mucho antes del 2006, un reconocido periodista, Barrie Zwicker.

Uno de sus libros se titula, Torres de engaño: el encubrimiento del 911 por parte de los medios, y es allí que descubrimos de qué manera Zwicker comenzó a ver a través de Chomsky. Aquí tenemos algunos extractos sobre Noam Chomsky y las contradicciones de juego de palabras del evento del 9/11 y otras tragedias históricas. En la página 177, Zwicker escribe:

La formula es clara. Lo vimos con Peter Scowen en el Capítulo 1. Lo vemos en los Guardianes de la Derecha. Lo veremos en el próximo capítulo con Noam Chomsky y sus amigos Guardianes de la Izquierda. La formula es esta: "Necesito pruebas pero no voy a analizarlas". El resto proviene del generador de idioteces del cerebro.

Observando a nuestro alrededor en la actualidad, y como antes, esto de analizar o no las Pruebas continúa, pero verlo en Chomsky es – o debería ser – particularmente impactante. Zwicker, que dedica un buen capítulo o más sobre Chomsky titulado: "La vergüenza de Noam Chomsky y los Guardianes de la Izquierda" – páginas 179 - 184:

“Mira, esto es solo una teoría de la conspiración” - Noam Chomsky al autor [Zwicker] en conversación, 14 de noviembre, 2002.

Zwicker dice:

Hay algo muy extraño aquí. Podrías esperar que George Bush, la cara más visible del Imperio Americano, emplear la intelectualmente desastrosa frase ‘teoría conspirativa’ como elemento en su retórica propagandística, en defensa de la historia oficial del 9/11. Por el otro lado, la última persona que esperas que utilice la misma frase de la misma manera con el mismo propósito sería Noam Chomsky, conocido por sus excelentes reconstrucciones de la propaganda.

Debatiendo cómo Chomsky defiende el uso del término ‘teoría conspirativa’ y cómo la misma es una herramienta utilizada en muchas situaciones, Zwicker escribe:

Chomsky: para que la gente llame [el análisis mediático de Chomsky] ‘teoría conspirativa’ es parte del esfuerzo por evitar el entendimiento sobre la forma que funciona el mundo, en mi opinión – la teoría conspirativa se ha transformado en una palabra de cuatro letras: es algo que la gente dice cuando no quieren que pienses sobre lo que realmente está sucediendo.

Zwicker entonces continúa:

Entonces, cuando Noam Chomsky utiliza repetidamente la frase ‘teoría conspirativa’ para describir el cuestionamiento a la historia oficial del 9/11, conoce claramente su poder y el objetivo de su uso.

Zwicker escribe desde la página 181 a la 183 una decorada pieza titulada retrospectiva: “Consideraciones emocionales surgidas del estudio del trabajo de Chomsky”. Este debate las perspectivas de derecha vs izquierda respecto a Chomsky, con las "calumnias" de la derecha en referencia a los ataques de los periódicos contra Chomsky; Zwicker escribe aquí:

En la izquierda, las sensaciones son más complicadas. Las principales emociones son gratitud y admiración – a veces cerca de la adoración cercana a un ídolo.

Zwicker luego cita a Daniel Abrahamson:

Habitualmente Noam Chomsky es considerado el principal disidente intelectual de Norteamérica, un valiente comunicador de la verdad, luchando en contra de la propaganda mediática, contra la criminal política exterior de EEUU, y los crímenes de las corporaciones multinacionales hambrientas de ganancias. Disfruta de una especie de culto de seguidores esclavos, millones de estudiantes de izquierda, periodistas, y activistas en todo el mundo quienes leen sus gruesos libros como si fueran las escrituras. Para ellos, Chomsky es la deidad suprema, un maestro religioso cuya lógica no puede ser cuestionada.

Luego Zwicker dice algo muy interesante:

Yo fui uno de sus primeros partidarios, en aquellos días en los que casi no se hablaba de él. Mi admiración no tenía límites. Tengo una pila de sus libros de más de 30 cm. de alto. Lo admiraba personal y públicamente y durante mi etapa de enseñanza universitaria. Tuve el honor de entrevistarlo en cuatro episodios para Vision TV. Una vez un amigo mío y yo competimos para ver quien podía publicar cartas a editores más extensas defendiendo a Chomsky en contra de malhechores que tergiversaba sus palabras o que le decían cosas como antiamericano. Presté mi ayuda para la filmación de Manufacturing Consent.

Pero me convertí en uno de esos izquierdistas perdidos, incluso mistificado, como resultado de la insistencia de Chomsky durante más de 40 años de que Lee Harvey Oswald fue el asesino solitario que acabó con JFK. Esta desconcertante anomalía adoptó un nuevo significado luego del 9/11 con la oposición de Chomsky al cuestionamiento de la historia oficial del 9/11 – cuyo cuestionamiento, según él, es una gran equivocación de la Izquierda.

Mientras estudiaba su trabajo incluso más profundamente bajo la intensa iluminación del 9/11, me sorprendía cada vez más con los patrones, tratados en este capítulo, que emergieron de su trabajo. La desconfianza se transformó en shock. Siento que me han engañado. Me siento avergonzado de que principalmente me haya engañado a mi mismo, que haya estado negado. De estas revelaciones surgió el enojo por sentirme traicionado por alguien a quien dejé ingresar a mi más profundo santuario de confianza.

Una de mis tareas emocionales es no exagerar, como hace el enamorado engañado que busca venganza. Tratando de ser razonable...

Zwicker debate las emociones, enojo y discusiones con amigos:

También espero que tengas amigos tan considerados y honestos como los míos con quienes discuto los aspectos intelectuales, políticos y emocionales de Chomsky y su trabajo. Ahora debo decir que lo veo atemorizante.

Zwicker lo deja ahí y, en la página 184, dice respecto a la teoría conspirativa:

Toda persona que diga o escriba “Oh, esa es simplemente una teoría conspirativa” en respuesta a una pregunta o declaración sobre el 9/11, debería ser desafiada inmediatamente. La frase, en ese tono, es moneda falsa. Permitir que prosiga, hace que la persona que utiliza la frase sea el moderador del discurso, y se devalúa el mismo y al objetivo. Debe exponerse su ilegitimidad y motivación a una discusión más razonable.

Desde la página 190 a 224, Zwicker cita a Chomsky una y otra vez exponiendo las palabras y acciones de Chomsky; demasiadas citas para incluirlas aquí pero capturaremos algunas:

Cita del título: "Golpe bajo":

Chomsky: Tercero, la frase como golpe bajo psicológico. Se justifica la descripción del término “loco de las conspiraciones” como arma de guerra psicológica.

El psicólogo Floyd Rudmin escribe:

El poder de este término peyorativo es que descarta una teoría mediante el ataque a la motivación y competencia mental de aquellos que apoyan la teoría. Considerar la explicación de los eventos como “teoría conspirativa”, se descartan la evidencia y argumentos porque provienen de una personalidad mentalmente o moralmente deficiente, no porque se haya comprobado como incorrecta. Denominar “teoría conspirativa” a una explicación de los eventos significa, en efecto, “No nos gustas, y nadie debería escuchar tu explicación”.

Nuevamente se cita a Rudmin:

“Si más personas que antes sospechan de conspiraciones en altas esferas, Rudmin expone una intrigante teoría sobre su porqué. Las teorías conspirativas surgen, dice, cuando:

a. eventos políticos o económicos importantes modifican las relaciones sociales;
b. los ciudadanos comunes notan las contradicciones en la explicación de estos eventos;
c. surge la curiosidad y luego la preocupación, y;
d. se requiere mayor información bajo la suposición de la utilización del abuso de poder y del engaño.

Zwicker cita a Rudmin respecto a los medios:

Una teoría conspirativa es la "deconstrucción de la historia" ya que es una rebelión en contra de la explicación oficial y en contra del periodismo ortodoxo y la historia ortodoxa.

Zwicker señala características interesantes del antiguo Chomsky donde es casi imposible no estar de acuerdo con lo que dice, y aún así queda claro que utiliza estándares de planificación conciente y negativa; no sus opuestos. Zwicker dice:

Pero él nunca – no debería ser controversial señalar esto – conecta el patrioterismo racista, y la ‘Guerra contra el Terrorismo’ basada en el temor, fuertemente relacionado con el temor al fundamentalismo religioso (musulmán), con los eventos del 9/11, incluso aunque los eventos del 9/11 son las principales motivos de la denominada ‘guerra contra el terrorismo’. En otras palabras, provee un excelente análisis de todo el problema en líneas generales, mientras que evita entrometerse con el núcleo tóxico específico que lo alimenta. Y evitarlo es ser inflexible. La contradicción es total.

También escribe:

[...] Me hizo falta pasar por el 9/11 para sacudirme en mi negación. Inclusive en aquel entonces, viéndolo retrospectivamente, el proceso fue dolorosamente lento. Finalmente el sostenido rechazo a la evidencia de Chomsky, su sostenido uso del término ‘teoría conspirativa’ para describir el trabajo de aquellos que buscan la verdad sobre el asesinato de JFK (y los demás asesinatos de los años 60), y del 9/11, y su minimización del rol de los líderes como JFK y su hermano, y del Dr. Martin Luther King Jr., se volvió un patrón que ya no puedo ignorar. Escribir este libro abrió aún más mis ojos.

Vale la pena leer esas 34 páginas ya que Zwicker deconstruye el juego de palabras de Chomsky en su propio libro sobre el 9-11, y en sus propias declaraciones. Zwicker dice:

Una deconstrucción de la producción de Chomsky revela una compleja y brillante interacción. Podría ser caracterizada como ‘publicidad engañosa’. En una operación de publicidad engañosa, la víctima es atraída, luego victimizada de alguna forma. En esta construcción, el cebo que Chomsky ofrece a la Izquierda son sus críticas a la política exterior norteamericana y sistemas de propaganda. Estos son ofrecimientos sustanciales y continuos que le otorgan admiración y confianza en la mayoría del movimiento de izquierda. Su 'toque' es redireccionar a sus seguidores de la Izquierda alejándolos de cuestionar operaciones particularmente tóxicas y reveladoras de siniestras fuerzas operando detrás de escenas, lejos de la evidencia, incluso, respecto al 9/11 y anteriormente en los asesinatos que decapitaron a la izquierda en los 60s.

Oscurecer que ese es su rol, son sus técnicas de propaganda, brevemente descritas arriba, y su atractivo personal.

Zwicker habla, también, sobre el factor-Q de probabilidad, el cual Chomsky posee en cantidad y cualidad.

Lo que Zwicker describe en su libro sobre Noam Chomsky es muy provocador y vale la pena el esfuerzo de leer desde el otro lado de la opinión popular. Terminaremos aquí con algunos puntos finales e importantes.

Uno de los comentarios Chomsky marca registrada, es sobre el poder del pueblo. Mientras que parece que impulsa el disenso, en la mayoría de sus libros y lecturas canaliza la energía de la Izquierda hacia el estupor del asombro por sobre las fechorías pasadas del Imperio y brillantes articulaciones de la imagen general del mundo actual, que todo izquierdista pensante puede ver sin la ayuda de Chomsky. Sus recientes comentarios sobre Venezuela, bienvenidos nuevamente, son un buen ejemplo.

A algunos de mis amigos de la izquierda encuentran difícil comprender que no estoy rechazando el gran trabajo de Chomsky de criticar al Imperio Norteamericano. No es ni una ni otra proposición. Uno puede (y debería) criticar al Imperio vis a vis con Timor del Este, por ejemplo, y buscar exponer algunos de los trabajos domésticos más tóxicos, tales como el 9/11. El trabajo tóxico ayuda poderosamente y afianza al Imperio en su búsqueda de un mayor militarismo, represión local, y dominación global. Los eventos del 9/11 también son el talón de Aquiles del Imperio, si se lo expone. Los registros muestran que Chomsky busca evitar que la Izquierda piense, y menos exponer este trabajo tóxico. La realidad es que la desacreditación de toda investigación sobre el 9/11 por parte de Chomsky, que finalmente podría producir un verdadero temblor, está en oposición con el supuesto objetivo de sus críticas a la política exterior – revelar, oponerse y desplazar al Imperio.

De importancia aquí es el axioma de que 'la desinformación más poderosa es 90 por ciento verdadera'.

Una nota final relacionada con el capítulo 5:

Si Noam Chomsky hubiese estado en el Tattered Cover Bookstore en noviembre del 2002, u otros similares, la suya habría sido la única mano levantada en apoyo a la historia oficial entre una audiencia de 200 norteamericanos. Por vergüenza.

La siguiente es una regla del trabajo de ficción Chainfire, del autor Terry Goodkind: "La novena regla del mago".

Una contradicción no puede existir en la realidad. Ni en parte, ni en el todo.

Creer en una contradicción es renunciar a tu creencia en la existencia del mundo a tu alrededor y de la naturaleza de las cosas que hay en él, para, en lugar de ello, adoptar cualquier impulso aleatorio que golpea tu imaginación – imaginar que algo es real simplemente porque deseas que así sea. Una cosa es lo que es, es eso mismo. No puede haber contradicciones. La fe es un dispositivo de auto-engaño, un truco de manos hecho con palabras y emociones fundadas en cualquier noción irracional que pueda soñarse. La fe es el intento de obligar a la verdad a rendirse al impulso. En términos simples, es intentar dar vida a la mentira puliendo la realidad con la belleza de los deseos. La fe es el refugio de los tontos, los ignorantes, y los engañados, y no de los hombres pensantes y racionales.

En realidad, las contradicciones no pueden existir. Para creer en ellas debes abandonar lo más importante que posees: tu mente racional. La apuesta por semejante baratija es tu vida. En un intercambio tal, siempre pierdes lo que arriesgas.

2 comentarios:

Ad Humanitatem dijo...

DON NOAM CHOMSKY:
UN JACOBINO
A MITAD DEL SILOGISMO.

http://sisifocansado.blogspot.com/2010/09/don-noam-chomsky-un-jacobino-mitad-del.html

CAOS dijo...

Excelente texto, desenmascarando la falsedad de la Izquierda judía con este Noam Chomsky que afirma que es "teorìa de la conspiración" pensar que el 9/11 fue un autoatentado que beneficiò a las políticas internas de represiòn dentro de EE.UU y en su política genocida exterior, para el saqueo de recursos naturales en Medio Oriente y en otras partes del mundo...atrocidades que también benefician al status quo capitalista cuyo centro neurálgico es Israel....

excelente, gracias por sus aportes Señales de los Tiempos....