Una ola de calor abrasa el sureste de Europa

Las altas temperaturas, que han rebasado los 40 grados, causan cientos de muertos y obligan a hospitalizar a miles de personas en Hungría, Rumania, Bulgaria, Serbia y Grecia
EL PAIS
L. LUCCHINI / AGENCIAS - Milán / Atenas - 26/07/2007

Las inclemencias del tiempo no dan tregua a Europa, que se asfixia o se inunda.



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Mientras el centro y el oeste del Reino Unido permanecen bajo las aguas por las peores inundaciones desde 1947, el centro y el sureste del continente luchan contra las temperaturas extremas y los incendios forestales que han arrasado miles de hectáreas en Italia, Grecia y los Balcanes. En Hungría, las temperaturas han superado los 40 grados y unas 500 personas han muerto en una semana por la ola de calor, que ha causado pérdidas superiores a los dos millones de euros. En Serbia, más del 30% de las cosechas de trigo y soja se han arruinado, y en Grecia, las autoridades limitan el consumo de electricidad por el temor a apagones.

El sol y el fuego abrasan el centro y el sureste de Europa. Las temperaturas superan los 40 grados y son la principal causa de los centenares de fallecimientos registrados en Hungría, Rumania y Bulgaria en los últimos días. En esos países un rosario de incendios forestales, cortes de electricidad y fallos en el transporte público se suman a las pérdidas humanas.

Cerca de 500 personas han muerto en Hungría por ataques al corazón y otros trastornos cardiovasculares agravados por las temperaturas, que superaron 41 grados la semana pasada, según afirmaron los servicios sanitarios a la agencia Efe. El calor inclemente no cederá hasta el próximo martes, cuando se pronostican 30 grados. "Éste es el periodo de más alto calor registrado en Hungría desde el siglo pasado", afirmó Anna Padly, subdirectora del Instituto Nacional del Medio Ambiente.

En el sur de Italia, la canícula arruinó las vacaciones de unos 4.000 turistas que fueron evacuados de zonas de camping y hoteles por los incendios. Una ola de calor con temperaturas que han rozado los 47 grados es la causa principal del fuego, que se ha cobrado la vida de tres personas. La zona más afectada de Italia es el promontorio del Gargano, en la región de Puglia. En la localidad de Peschici, las llamas, alimentadas por un fuerte siroco (viento del sureste), se cobraron dos víctimas mortales. El lunes, el piloto de un hidroavión falleció en el curso de una operación en los Abruzos (en el centro). El martes, varias personas resultaron heridas por las llamas y un millar fueron evacuadas.

La alerta por los incendios se ha extendido a otras partes del país. En las regiones de Las Marcas (centro este), Basilicata (centro sur), Calabria, la isla de Cerdeña y la de Sicilia el fuego obligó a la evacuación de vecinos y al corte de carreteras. Más de 8.000 bomberos y un millar de voluntarios luchan contra las llamas. "Hemos tenido que doblar la rotación del personal para asegurar una presencia más fuerte en todo el territorio", afirmó Luca Carim, portavoz de los bomberos italianos, a France Presse. Las llamas han arrasado con más de 5.000 hectáreas agrícolas y las pérdidas se cifran en miles de euros, según la Confederación Italiana de Agricultores. El Gobierno español ha enviado dos hidroaviones para combatir el fuego en Cerdeña.

La canícula también ha activado la alerta roja en Bucarest y seis departamentos del sureste de Rumania, donde 33 personas han muerto y más de 170 han sido atendidas por desvanecimientos.

El calor se ensaña también con Grecia. El mercurio ha marcado 45 grados durante dos días consecutivos, la mayor temperatura alcanzada en lo que va de año. Las consecuencias del clima abrasador son cinco bomberos muertos al combatir decenas de incendios y otros tres fallecidos por el calor. Las autoridades han limitado el consumo de electricidad entre las 11 de la mañana y las tres de la tarde, por el riesgo de que el sistema se colapse debido a la excesiva demanda de energía.

Otros países afectados por el fuego son Macedonia, donde un hombre murió intoxicado por el humo de los incendios, y Serbia, donde las temperaturas han alcanzado máximos históricos en Belgrado, con 43 grados, y en Zajecar, con 45. El 30% de las cosechas de trigo, soja y otros vegetales se ha perdido.

En Reino Unido el tiempo también mantiene en alerta a la población, pero por las severas inundaciones, informa Walter Oppenheimer desde Londres. Las autoridades habían pronosticado que el agua del Támesis llegaría el martes por la noche a su nivel máximo, pero se equivocaron: el río ha seguido creciendo y se desbordó ayer en algunos puntos a su paso por Oxford, obligando a desalojar 250 viviendas del oeste de la ciudad, la zona más afectada.

Población confusa
La población, confusa por los mensajes contradictorios, se teme lo peor porque para hoy se esperan fuertes lluvias en todo el centro de Inglaterra. El sol del martes y el tiempo relativamente benigno de ayer han hecho bajar el nivel de las aguas en la zona de Gloucestershire, pero el Támesis sigue recibiendo agua de sus afluentes. Las tormentas previstas para hoy pueden descargar hasta dos centímetros de agua en 24 horas en la zona, cantidad que, según los expertos, puede retrasar el vaciado de cauces y zonas inundadas, pero que no debería incrementar la crecida.

Las autoridades descartan que las inundaciones lleguen a Londres, más allá de puntuales problemas en caso de lluvias torrenciales. Pero el comité de coordinación interdepartamental en casos de emergencia, Cobra, está alerta, por si las moscas. Si las inundaciones del martes en Oxford fueron más moderadas de lo previsto, las de ayer llegaron por sorpresa. La campiña colindante con la zona oeste de la ciudad está inundada y el agua ha entrado en las viviendas del barrio de Osney.



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