Israel, entre la espada rusa y la pared de Georgia

Hace dos meses Moscú envió una carta a Israel exigiendo el fin de la ayuda a Georgia.
El ministro de Defensa georgiano habla un perfecto hebreo.


Sal Emergui
El Mundo
10/08/08

JERUSALÉN.- En el último desfile militar celebrado el 26 de mayo en la capital de Georgia, Tiflis, fueron presentados al público dos juguetes muy caros: el avión no tripulado Hermes 450 y el sistema móvil de proyectiles (Linx). Ambos productos 'made in Israel', vendidos al Ejército de Georgia por compañías de armas israelíes y con el permiso imprescindible del Ministerio de Defensa de Tel Aviv. "En otros tiempos, sería un motivo de orgullo del éxito de la tecnología israelí pero no en días en los que Georgia se encuentra en conflicto con Rusia, país al que Israel exige que frene su asistencia a Irán. Mejor no despertar y enfadar al oso ruso", escribe el analista Nadaav Zeevi en el diario 'Maariv'.

...Siga leyendo, haciendo click en el título...


La íntima relación entre Israel y Georgia se inició en el 2003 con la entrada del nuevo Gobierno en Tiflis, más proocidental y con la mayoría de sus miembros graduados en universidades americanas y europeas. Un romance no sólo romántico sino tecnológico, económico y militar. De hecho, la exportación militar israelí a Georgia alcanza los 300 millones de dólares.

Una colaboración que Rusia ha conseguido romper a base de presiones. El punto de inflexión llegó el 20 de abril cuando un avión Mig 29 ruso derribó el avión sin piloto Hermes 450 (fabricado por la empresa israelí Elbit) que estaba efectuando labores de espionaje y seguimiento sobre el territorio autónomo de Abjasia.

La asistencia a Georgia coloca a Israel entre la espada rusa (potencia amiga pero no tanto como el aliado estadounidense y fundamental para imponer sanciones en la campaña internacional contra el proyecto nuclear iraní) y la pared georgiana (posibilidad de sacar grandes contratos). La espada ha acabado por doblegar al interés económico y hoy en día la asistencia se ha reducido considerablemente limitándose a material puramente defensivo. Hace dos meses Moscú envió una enérgica carta al Ministerio de Exteriores israelí exigiendo el fin de la ayuda a Georgia. En la misiva se recuerda que también Rusia congeló o anuló completamente el suministro de armas a países enemigos de Israel.

La ministra de Exteriores, Tzipi Livni reenvió la carta rusa al titular de Defensa, Ehud Barak, mostrándole la gravedad del asunto y el temor a un deterioro en las relaciones bilaterales. "Al principio, el Ministerio de Defensa se hizo el duro y quiso presionar a Rusia para que deje de ayudar a Irán y Siria con el suministro de armas", recuerda Zeevi. Se refiere a por ejemplo los sofisticados misiles antiaéreos (S-300) que de ser transferidos a Irán, dificultaría un posible ataque israelí o de Estados Unidos contra las instalaciones nucleares iraníes. "Es cierto que es delicado el apoyo a Georgia. Por ordenes de arriba, hemos tenido que bajar el perfil y reducir el suministro", confiesa un funcionario de Defensa de Israel.

"Debemos tener mucho tacto. Rusia ya vende mucho arsenal a Irán y Siria y no debemos darle otro pretexto para que les den armas más modernas", explica un dirigente político al diario Haaretz.

Lazos personales
No es una sorpresa que la colaboración se centre sobre todo en asuntos de Seguridad y Defensa. No sólo por la necesidad de Georgia y la oferta de las compañías de Israel sino también por ejemplo por factores personales. Como el ministro de Defensa georgiano, el joven David Kezerashvili, que hizo hace unos años aliá -emigración de los judíos a Israel- y tras vivir año y medio en este país, volvió a Georgia. Gracias a su perfecto hebreo y contactos con agentes israelíes, la cooperación militar floreció hasta que el oso ruso se despertó furioso. "Cada intermediario que representa una compañía israelí y llegaba a Georgia le era asignado un familiar del ministro de Defensa que le abría las puertas. Todo queda en familia", ironiza el director de marketing de una de las empresas.

El ex alcalde de Tel Aviv y ex ministro israelí Roni Miló ha sido uno de los actores clave en la venta de armas al ser el representante de la empresa Elbit en Georgia. Miló vendió 18 mini aviones sin piloto y los más estratégicos, cinco aviones no tripulados (Hermes 450) que transportan un sistema de cámara y telecomunicaciones con un peso de 150 kg y pueden volar más de 20 horas sin repostar. El Ejército georgiano pidió a Miló también la adquisición de unos 200 tanques Mercava, de fabricación israelí y considerados de los mejores del mundo. Un espectacular negocio que al final no salió adelante porque el Gobierno israelí vetó la transacción ante el temor de una airada reacción rusa.

El experto militar Alon Ben David resta importancia a la ayuda israelí: "No hay que exagerar. La asistencia militar israelí a Georgia es limitada y no se puede comparar con otros países como Estados Unidos. Por ejemplo, los rusos agradecen que Israel se negara la venta de tanques".

Pero no solo de armas hablamos sino también de instrucción. Como explicamos en elmundo.es sobre el grupo de ex oficiales israelíes que asesoraron al Ejército colombiano, en Georgia también han sido frecuentes las visitas de militares retirados. El más destacado es Gal Hirsh, que lleva el trauma de ser el responsable de la zona el día (12 de julio del 2006) que dos de sus soldados fueron secuestrados en una acción del grupo chií Hizbula. Ante las críticas, Hirsh se retiró del Ejército y fundó la compañía Defense Shield. Uno de sus primeros trabajos fue instruir a soldados georgianos con unos 50 instructores de su país. Según varias fuentes, su misión era asesorar a Georgia en la creación y entrenamiento de unidad de elite. Ante el revuelo causado en Israel, su empresa ha emitido el siguiente comunicado: "Todos nuestros proyectos para el Gobierno de Georgia, realizados con el permiso del Ministerio de Defensa israelí, fueron terminados hace tiempo”.

En el Ministerio de Exteriores israelí respiran hoy con alivio por haber congelado a tiempo esta colaboración. De haber continuado y con la actual guerra entre Rusia y Georgia, habría colocado a Israel en un serio problema diplomático. Entre la espada y la pared.

0 comentarios: