Un policía torturador ecuatoriano, acusado de dos asesinatos, cae en Vilanova i la Geltrú tras vivir seis años en España

El Periódico
25/12/09

Era una persona normal. O al menos, como una persona normal había vivido desde su llegada a España como inmigrante en el 2003. En estos años, Tito Leonardo Ponce había conseguido regularizar su situación, había trabajado y había conocido a una española con la que, tras contraer matrimonio, había tenido dos hijas, que ahora tienen tres y cinco años. Sin embargo, su oscuro pasado volvió a emerger el pasado día 11 cuando acudió a una comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en Vilanova i la Geltrú a iniciar los trámites para poder obtener la nacionalidad española.

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Cuando los agentes teclearon su nombre en el ordenador, en la pantalla apareció una difusión roja, que es el término con que Interpol califica a las órdenes de búsqueda internacionales con fines de extradición. Los policías lo arrestaron de inmediato.

Impactante doble homicidio en Guayaquil en el 2001

Según apareció en su expediente, Tito Leonardo Ponce estaba acusado del asesinato de dos personas, una de ellas menor de edad, en un crimen que desde hace ocho años se ha convertido en uno de los símbolos de la lucha en Ecuador contra las violaciones de derechos humanos y ejecuciones extrajudiciales cometidas por las fuerzas de seguridad de ese país.

Los hechos ocurrieron el 29 de diciembre del 2001. Entonces, el acusado ejercía como policía en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil. La tarde de esa jornada, Ponce y otros cinco agentes salieron de patrulla en una zona conocida como Guasmo cuando, de pronto, vieron a dos jóvenes armados con cuchillos que salían corriendo. Las personas que se encontraban en el lugar les dijeron a los policías que aquellos individuos acababan de robar un punto de venta de billetes de la línea de autobús Norte Sur de Guayaquil.

Torturados

Tras perseguirles, los policías detuvieron a los dos jóvenes, Carlos Lara y David Delgado, y tras golpearles, los introdujeron en un vehículo blanco y sin matrículas. Sin embargo, en lugar de llevarlos a comisaría los trasladaron a una zona aislada de la ciudad conocida como El Fortín. Allí, Tito Leonardo Ponce y otro agente torturaron a los dos detenidos, uno de los cuales era menor de edad, y los asesinaron a sangre fría.

Aunque no comunicaron nada a sus superiores, los cuerpos fueron descubiertos dos días después, el 1 de enero del 2004, iniciándose una investigación de los sucedido. Varios testigos explicaron como vieron a los seis policías - cinco de ellos con uniforme de combate, dos con pasamontañas y tres con la cara pintada- detener y maltratar a los jóvenes. Uno de los testigos explicó como uno de los policías, mientras, golpeaba a un detenido, dijo: «Hace mucho que no mato a un pillo».

Al final, la propia policía detuvo a cinco de los seis implicados en el crimen. De hecho, el doble asesinato generó incluso una protesta de Amnistía Internacional, que denunció que tanto los testigos de los hechos como las familias de los fallecidos fueron amenazados de muerte para evitar que declararan en el juicio contra los policías. En varias ocasiones, un automóvil rojo con los cristales tintados pasó ante sus viviendas y sus ocupantes gritaron: «Ya verán, malnacidos, la van a pagar».

Artimañas judiciales para huir a España

Varias artimañas judiciales (los acusados provocaron la suspensión de sesiones judiciales llegando a la sala intencionadamente desnudos y cubiertos de excrementos) hicieron que pasara un año sin que se les condenara, con lo que quedaron libres. Más tarde, en el 2003, cuando sí se dictó una sentencia que les condenó a 18 años de cárcel, todos se habían fugado. Uno de ellos fue detenido el pasado 9 de junio en Madrid.

También en España se había ocultado Tito Leonardo Ponce, autor material del asesinato, y que había logrado escapar y borrar su rastro durante ocho años hasta que, cuando ya creía que su crimen iba a quedar impune, un simple trámite administrativo en una comisaría ha hecho que su pasado le atrape de nuevo. Ahora, el Cuerpo Nacional de Policía ultima los trámites para su extradición a Ecuador.

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