Del "colapso financiero" al "colapso industrial"

IAR Noticias
31/10/08

Oficialmente, EEUU en recesión. Se anticipan quiebras de empresas y despidos masivos

Un informe oficial con datos de un descenso del PBI de EEUU (con proyección al último trimestre del año) marca claramente que, más allá del "salvataje" bancario y del colapso financiero, hay una crisis estructural paralela de la economía real norteamericana (con sus números macroeconómicos en rojo) que se potencia con la histérica crisis de los mercados bursátiles, que, a su vez, genera como consecuencia la crisis crediticia y establece el primer escalón hacia la recesión con despidos masivos, abriendo las puertas a la crisis social en la primera potencia imperial.

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La crisis del crédito (emergente de la crisis financiera) combinada con los altos precios de los alimentos y la energía (a pesar de la baja del petróleo y las commodities) precipita un proceso de desaceleración económica combinado con una baja del consumo y aumento creciente del índice de desocupación.

Según informó el jueves el Departamento de Comercio, la economía de EEUU se contrajo en el tercer trimestre: El Producto Interno Bruto reportó una contracción a una tasa anualizada de 0,3% entre julio y septiembre, afectado por la disminución del gasto de las empresas y de los consumidores.

De acuerdo con el informe, la inversión de las empresas declinó alrededor de 1% y se espera que caiga más en el actual trimestre, mientras las firmas sienten el impacto de un menor acceso al crédito, la disminución de sus ganancias y una demanda más débil.

De acuerdo con el Departamento de Comercio, se trata del peor desempeño de la economía estadounidense desde la recesión de 2001, que sienta las bases para una recesión profunda (al que se ingresaría con los números negativos proyectados para el cuarto trimestre).

El informe del PIB divulgado el jueves mostró un debilitamiento generalizado de la economía estadounidense. La inversión inmobiliaria cayó a una tasa del 19%.

Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal de San Francisco, calificó a las últimas cifras de "altamente preocupantes". La Fed recortó el miércoles su tasa de referencia en medio punto porcentual para dejarla en 1%. "Parece probable que la economía se contraerá en forma significativa en el cuarto trimestre", agregó.

El encarecimiento de los combustibles, el deterioro en los precios de las propiedades y la caída del consumo especialmente de automotores (Ford y Toyota ya anunciaron para el segundo semestre una caída de casi 30% en sus ventas) representan los principales signos de la creciente recesión.

El gasto fiscal subió 5,8% y las exportaciones netas siguieron aumentando, aunque la desaceleración de la economía mundial empieza a afectar a este pilar de la economía estadounidense.

"Mientras el enfriamiento del crecimiento de EE.UU. se propaga por el mundo, el crecimiento en las exportaciones se desacelerará aún más, lo que moderará la rapidez del declive del déficit comercial ", dijo el economista de BNP Paribas Brian Fabbri.

En definitiva, y según se desprende de los propios números oficiales, el cóctel crisis del crédito-recesión-desempleo masivo es lo que ya se proyecta como efecto inmediato de la crisis financiera con caída bancaria y derrumbe de bolsas a escala global con epicentro en EEUU y Europa.

Corroborando este panorama, los economistas y medios especializados en EEUU pronostican un declive del PIB estadounidense superior al 3% en los últimos tres meses del año. También se espera un crecimiento negativo para el primer trimestre del año entrante.

El gasto del consumidor, que representa alrededor del 70% de la actividad económica, disminuyó 3,1% durante el trimestre, su primera caída en 17 años y la más pronunciada desde 1980.

"El panorama para el cuarto trimestre y después, es sombrío, dominado por un consumidor al límite de sus finanzas, la persistente debilidad del mercado inmobiliario y una caída incipiente en la inversión de capital que promete ir en aumento", dijo Joshua Shapiro, economista jefe de MFR Inc.

Marie-Pierre Ripert, de Natixis, advirtió: "La demanda interna debería volver a caer en los próximos meses debido a la crisis del crédito. Y el aumento del desempleo pesará sobre los gastos de consumo".

De esta manera, los pronósticos de contracción del cuarto trimestre preanuncian lo peor: Que la crisis del crédito y el achicamiento del consumo generen quiebras de empresas en cadena y despidos masivos.

La primera señal concreta de que el colapso financiero ya se proyectó en la economía real son las "tres grandes" automotrices de EEUU: Ford, General Motors(GM) y Chrysler. Las tres gigantes claman y esperan por un "salvataje automotriz" (similar al salvataje financiero) que las saque de la desaceleración productiva con retracción de ventas que les obliga a replantearse una reestructuración general para salir del proceso recesivo, empezando por el despido de personal para reducir costos operativos.

Para las mayoría de los analistas, la bancarrota de las "tres grandes" automotrices imperiales está marcando claramente el comienzo del "impacto social" de la crisis crediticia-financiera en la economía real estadounidense.

El sitio Web de estadísticas automotrices Edmunds.com predice que las ventas en EEUU caerán 30% este mes frente al mismo lapso del año anterior, con General Motors prediciendo una caída de 40%.

Ford, General Motors(GM) y Chrysler, antes conocidos como "los tres grandes", se encuentran en una situación precaria, en parte por la desaceleración económica, mala administración y pocas posibilidades para prestar dinero debido a la crisis crediticia.

Las tres empresas han estado dialogando intensamente por una asistencia y el miércoles GM pidió US$10.000 millones para adquirir a Chrysler LLC del grupo Cerberus Capital Management.

La fusión implicaría recorte en la producción, en las concesionarias y en la nómina, aunque políticamente quedaría difícil utilizar dinero público para dejar muchos empleados cesantes.

Un grupo de seis gobernadores de estados con fuerte presencia de estas empresas enviaron una carta a los titulares del departamento del Tesoro estadounidense, Henry Paulson, y de la Reserva Federal, Ben Bernanke, para pedirles acciones inmediatas para hacer frente a la crisis en ese sector.

"Como gobernadores, apreciamos sus esfuerzos recientes para proveer liquidez a los mercados financieros y de crédito, y los instamos a usar su amplia autoridad regulatoria para asegurar que se promoverá la liquidez en la industria automotriz estadounidense", escribieron los jefes de los gobiernos de Michigan, Delaware, Kentucky, Nueva York, Ohio y Dakota del Sur.

La carta llega mientras dos de las principales compañías, General Motors y Chrysler, están planeando una fusión que, según expertos, podría costar entre 25.000 y 35.000 puestos de empleos.

Según The Wall Street Journal, en este escenario se espera que, así como sucedió con la banca y las instituciones quebradas por la crisis subprime, en los próximos meses más empresas ingresen en un proceso de bancarrota y anuncien nuevos despidos (sumados a los ya existentes), y los consumidores se ajusten aún más el cinturón, a medida que la ausencia de crédito afecta su capacidad de endeudamiento.

Opina The Wall Street Journal que "si los mercados de crédito continúan paralizados, el impacto sobre las empresas y los consumidores podría ser amplio, reduciendo el acceso a los préstamos, lo que disminuiría el gasto y la inversión. Los economistas señalaron que la contracción del crédito podría producir más despidos y provocar una reducción importante de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal".

Según informó el Departamento del Trabajo estadounidense, en la última semana se habían presentado 478.000 solicitudes de ayuda por desempleo, un aumento de 15.000 puestos desde la semana anterior, y muy cercana al récord de 480.250 registrado unas semanas después de los atentados del 11/S.

De acuerdo a los estándares de ese mismo ministerio, si hay más de 400.000 solicitudes de ayuda por desempleo en una semana se está, estadísticamente, en una recesión.

El gran problema que dejan las crisis financieras del capitalismo es el encarecimiento y/o desaparición del crédito. Se contrae el crecimiento económico y las empresas reducen la producción y achican plantel de empleados para sobrevivir. Es ahí donde la inflación (en la que ya están sumidas las economías centrales y muchas periféricas de Asia y América Latina) se puede convertir en recesión o estanflación (recesión con inflación).

"El consumidor estadounidense está en serios aprietos. El crecimiento de los salarios se evapora, el crédito es escaso o no se consigue, los precios de las viviendas siguen cayendo... y los costos de los alimentos y la energía se quedan con una importante porción de sus presupuestos", señala Joshua Shapiro, economista jefe de la firma de consultoría MFR Inc.

El miedo a perder el empleo, a su vez, impulsa a que las familias reduzcan el consumo. El fenómeno describe las primeras señales claras de la desaceleración económica en EEUU.

En los últimos días se acentuó la tendencia a despedir grandes cantidades de empleados en industrias tan diversas que van desde los laboratorios medicinales hasta las tecnológicas.

Con señales palpables de una recesión en EEUU, comienza a hacerse realidad una de las peores pesadillas: el desempleo, que ya comenzó con una ola de despidos masivos que por ahora nadie se atreve a predecir hasta dónde llegará.

Al menos tres grandes empresas estadounidenses anunciaron el jueves que están reduciendo sus planteles para "achicar costos".

Una de ellas es el gigante de las tarjetas de crédito American Express (Amex) que, tras sufrir una brusca caída en sus beneficios, informó que despedirá a 7.000 empleados, cerca del diez por ciento de su plantilla.

La compañía sufre una tasa de morosidad en aumento entre sus clientes, y los expertos creen que la enorme deuda de tarjetas de crédito en EE.UU. es el próximo gran riesgo para el mercado financiero global después de las hipotecas que dispararon la actual crisis.

A su vez, el fabricante de equipos de telecomunicaciones y electrónica Motorola anunció que suprimirá en los dos próximos trimestres un 4,5% de sus efectivos.

"Aproximadamente 3.000 empleados serán afectados en el mundo, en todas las actividades y en todas las funciones, algo más de dos tercios de los despidos se producirán en la actividad de telefonía", declaró una portavoz de Motorola, Maya Komadinaely.

A su vez, Kodak informó que sus ganancias cayeron casi un 5% en los últimos tres meses, y no descarta reducciones de personal para hacer frente a la crisis.

Estas noticias se suman a anuncios similares realizados en los últimos días por otras grandes empresas en EE.UU. El martes, el fabricante de electrodomésticos Whirlpool dijo que prevé eliminar 5.000 empleos hasta fines de 2009, debido a la desaceleración de la demanda para sus productos en América del Norte y en Europa.

Debido a la crisis en el sistema financiero, se recortaron muchos empleos en las instituciones bancarias y en el sector inmobiliario y de construcción.

Por ejemplo, el banco Goldman Sachs anunció que tendrá que reducir su plantilla en 3.260 empleado, 10 por ciento del total.

Otras industrias también han comenzado a anunciar sus planes de "reajuste". La farmacéutica Merck, anunció que despedirá a 7,200 trabajadores, Pepsi recortará 3,300 y Yahoo 1,500.

Con respecto a la industria automotriz, los analistas predicen que las empresas estadounidense enfrentarán un duro octubre, luego de un septiembre en el que las ventas tocaron fondos como no se veía desde principios de la década de los 90.

La crisis estructural

Más allá del "salvataje" bancario y del colapso financiero, hay una crisis estructural paralela de la economía real norteamericana (con sus números macroeconómicos en rojo) que se potencia con la histérica crisis de los mercados bursátiles, que, a su vez, genera como consecuencia la crisis crediticia y establece el primer escalón hacia la recesión con despidos masivos, abriendo las puertas a la crisis social en la primera potencia imperial.

La crisis estructural, la recesión de la economía con baja del consumo y suba de precios, es el verdadero fantasma que acecha al "planeta capitalista" como inmediato emergente del colapso financiero y la progresiva desaparición del crédito, que se extiende desde las naciones centrales a la periferia "emergente" o en desarrollo (como llaman ahora al mundo dependiente).

Las economías centrales de EEUU y la UE, ya se encuentran con sus números en rojo.

Mientras las autoridades imperiales se preocupan por salvar a los bancos quebrados, los números negativos de su macroeconomía se acumulan: Inflación creciente, déficit creciente, desempleo creciente, consumo decreciente, todas las señales de una desaceleración económica que en casos puntuales como EEUU, España, Reino Unido y Alemania, ya tocan el primer escalón de la recesión.

La crisis del crédito (emergente de la crisis financiera) combinada con los altos precios de los alimentos y la energía (a pesar de la baja del petróleo y las commodities) precipita un proceso de desaceleración económica combinado con una baja del consumo y aumento creciente del índice de desocupación. De esta manera, el tan temido "impacto social" de la crisis comienza a hacerse presente en la primera economía imperial.

El gran problema que dejan las crisis financieras del capitalismo es el encarecimiento y/o desaparición del crédito. Se contrae el crecimiento económico y las empresas reducen la producción y achican plantel de empleados para sobrevivir. Es ahí donde la desaceleración económica (en la que ya están sumidas las economías centrales y muchas periféricas de Asia y América Latina) se puede convertir en recesión o estanflación (recesión con inflación).

En definitiva, el cóctel crisis del crédito-caída de la producción-desempleo masivo es lo que ya se proyecta como efecto inmediato de la crisis financiera con caída bancaria y derrumbe de bolsas a escala global con epicentro en EEUU y Europa.

La lógica funcional histórica del capitalismo indica que cuando las empresas paralizan o reducen la producción por la crisis, el efecto más inmediato es el despido de personal.

Ese es el impacto social de la recesión que ya se está perfilando claramente en EEUU.

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