El polémico documental de Michael Moore “Sicko” compara el servicio de salud de Estados Unidos con el de Cuba

Don Hazen
Traducido del inglés para La Haine por Felisa Sastre

Decir que la polémica acompaña a Michael Moore es recalcar lo obvio, y la última película de Moore, Sicko no va a ser una excepción.

Sicko, que se va a presentar en el Festival de Cine de Cannes en mayo, presenta una visión cómica de la situación del sistema de salud estadounidense, incluida la salud mental. La película va contra las compañías farmacéuticas y las compañías de seguros médicos generales en el país más rico del mundo- donde se gasta más dinero en la atención sanitaria pero donde EEUU ocupa el puesto 21 en esperanza de vida entre los 30 países más desarrollados del mundo, obviamente debido en parte al hecho de que 47 millones de personas no tienen seguro sanitario.

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El momento elegido para el documental de Moore es muy acertado. El veintidós por ciento de los estadounidenses dicen que la asistencia sanitaria es el problema más candente en Estados Unidos y será uno de los asuntos primordiales de la próxima campaña presidencial ya que el problema del sistema de salud estadounidense se ha multiplicado durante el gobierno de Bush. Por ejemplo, entre 2001 y 2005, el número de personas sin seguro sanitario ha aumentado al 16,6 por ciento. La prima media de un seguro sanitario familiar de cuatro personas es de 10.800 $, cantidad que supera los ingresos anuales de un obrero con salario mínimo a tiempo completo, establecido en 10.712 $. Además, la carencia de seguro causa 18.000 muertes de más al año mientras la gente sin seguro sanitario tiene un índice de mortalidad un 25% más alto. El cincuenta y nueve por ciento de las personas sin seguro con enfermedades crónicas como el asma o la diabetes no toman medicinas ni disponen de asistencia sanitaria.

Guardado en secreto pero sacará alguna sorpresa de la chistera

Los detalles de la nueva película de Moore están guardados bajo siete llaves. Según fuentes allegadas, sólo un puñado de personas han visto la película y tanto el director como Harvey Weinstein- distribuidor del documental, que también lo fue del gran éxito de Fahrenheit 9/11- no sueltan prenda sobre los contenidos de la película

No obstante, uno de los elementos del filme no será una sorpresa absoluta: unas secuencias de ella- el cada vez más polémico viaje en barco a Cuba-, ha aparecido en las páginas del tabloide The New York Post, propiedad de Rupert Mudoch, cuando al menos un miembro del equipo de limpieza del 11-S, fue invitado a participar en un viaje a Cuba para el rodaje de Sicko, hizo declaraciones a la prensa.

El viaje en barco, según las fuentes que hablaron con el NY Post y el Daily News, llevó a Cuba a voluntarios de ayuda humanitaria para tratamiento médico de afecciones respiratorias como secuelas de su trabajo en la Zona Cero, muchos de los cuales no tenían seguro médico. El objetivo del viaje, según algunas personas, era demostrar que la asistencia sanitaria gratuita de Cuba era mejor a la ofrecida por el sistema de salud en EE.UU. A los invitados al viaje, tal como lo explica Janon Fisher en el Post, se les dijo que los “médicos cubanos habían desarrollado nuevas técnicas para el tratamiento del cáncer de pulmón y de otras enfermedades respiratorias”, y que la asistencia sanitaria en Cuba era gratuita.

Avances médicos en Cuba

Según Associated Press, citada en el artículo del Post, “Cuba ha realizado recientes descubrimientos en biotecnología y exporta sus tratamientos, por un monto de 100 millones de dólares al año, a 40 países de todo el mundo... En 2004, el gobierno estadounidense permitió hacer una excepción en su embargo económico contra Cuba y autorizó a una compañía farmacéutica de California a que probara las vacunas contra el cáncer desarrolladas en La Habana.”

Aunque los participantes en la expediciones comprometieron a guardar la confidencialidad que les prohibía hablar del viaje, algunos lo consideraron un éxito. Según el NY Post:

“Según he sabido de fuentes oficiosas quienes fueron están muy satisfechos, dice John Feal, director de la Fealgood Foundation encargada de conseguir fondos para los pacientes que responden al tratamiento, y contactado por Moore para encontrar enfermos dispuestos a hacer el viaje: Se les trató como si fueran Elvis.”

Según Bill Hutchinson, redactor del Daily News, se ha elogiado a Michael Moore por buscar alternativas médicas. Vinie Forras, bombero jubilado de 49 años, declaró que había ido a Ecuador y Bolivia en busca de tratamientos experimentales para su enfermedad pulmonar y las graves jaquecas que sufrió en la Zona Cero. “Para mí, cualquiera que intente ayudar a mujeres y hombres enfermos realiza algo bueno. No me importa a donde ir para el tratamiento.”

En el otro lado, ha habido quien ha rechazado la idea de viajar: Joe Picurro, obrero metalúrgico con un gran número de dolencias respiratorias y de otro tipo, declaró al NY Post: Prefiero morir en Estados Unidos que ir a Cuba, me limité a reír, no podía hacerlo.”

El sistema sanitario de segunda clase de Estados Unidos

Es evidente que uno de los temas de las películas de Moore, puesto de manifiesto en el viaje a Cuba, es desmontar el mito de que Estados Unidos tiene una asistencia sanitaria superior a la de otros países. En una artículo reciente en AlterNet, el abogado Guy Saperstein explicaba:

“La Organización Mundial de la Salud establece el ranking de los sistemas de asistencia sanitaria basado en evaluaciones objetivas de los resultados médicos: El sistema de asistencia sanitaria de Estados Unidos ocupa el lugar 37 del mundo, por detrás de Colombia y Portugal; Estados Unidos se encuentra en el lugar 44 del mundo en mortalidad infantil, por detrás de muchos países pobres de Latinoamérica. Mientras la mortalidad infantil en Estados Unidos se ceba en la gente pobre- que sufre unos índices que duplican los de los ricos- , la quinta parte de las clases altas de Estados Unidos tiene unos índices de mortalidad infantil superiores a los de la quinta parte de los canadienses de las capas menos favorecidas.

“Estados Unidos tiene menos médicos, enfermeras y camas de hospital que la mayoría de los países desarrollados. En Estados Unidos, el 28 por ciento de la población afirma que ‘resulta difícil conseguir asistencia sanitaria’; en la mayoría de los países europeos, Japón, Australia y Nueva Zelanda, la proporción es del 15 por ciento. En términos de seguimiento de la salud (es decir, más de cinco años con el mismo médico), Estados Unidos es el peor entre todos los países desarrollados. En cualquiera de los índices objetivos, Estados Unidos tiene un sistema de asistencia sanitaria de segunda clase.”

No se sabe cuánto tardará Sicko, una vez presentado en Cannes, en estrenarse en Estados Unidos, pero con el agresivo y hambriento de premios Weinstein, encargado de la distribución, hay pocas dudas de que la película tendrá una gran repercusión, y provocará muchas controversias más. El documental de Moore ha tardado mucho en aparecer- tres años desde su enorme éxito con Fahrenjeit 9/11, premiado con la Palma de Oro, la máxima recompensa del festival, por el jurado internacional en junio de 2004.

La leyenda es que aunque Moore ha sido crítico hacia Cuba se ha convertido allí en un héroe tras la emisión de una copia pirata de Fahrenheit 9/11 en una emisora de televisión controlada por el Gobierno. Resulta irónico que Cuba emitiera la película gratis habida cuenta de que el documental había recaudado toneladas de dinero. Según Wikipedia, “ ya en enero de 2005 [Fahrenheit 9/11] había roto todos los records de taquilla para un documental, con cerca de 120 millones de dólares en Estados Unidos y más de 220 millones en todo el mundo, una cantidad sin precedentes para un documental político; Sony informó de que el primer día de ventas se vendieron dos millones de ejemplares del DVD, lo que supuso un nuevo récord para el género.”

Sólo el tiempo dirá si Moore puede repetir su éxito.

Don Hazen , es director ejecutivo de AlterNet.
Alternet, 23 de abril de 2007

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