La crisis no se va: Aumentan dudas y temen una recaída en EEUU

IAR Noticias
19/08/09

A pesar de las débiles señales de recuperación que exhiben algunas variables de la economía USA, entre los economistas, medios y analistas especializados persisten las dudas y los interrogantes sobre los verdaderos alcances -y la duración- de la crisis y de la desocupación con caída del consumo en la primera potencial imperial.

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Ante la amplia gama de posibles escenarios, los consumidores y las empresas estadounidenses muestran sentimientos que van desde un fuerte optimismo hasta una preocupante cautela, señala este miércoles The Wall Street Journal.

La primera economía imperial viene de su recesión más profunda y prolongada desde la Gran Depresión, y los pronósticos de los especialistas están divididos entre los que anticipan una "recuperación leve" y los que anuncian un breve repunte seguido de una recaída.

Los más escépticos sostienen que la salida de la recesión se verá más como una W (alza temporal) , o incluso como una sucesión de letras W, que convertirá a la recuperación en un espejismo transitorio que tiende a desvanecerse.

"Estamos iniciando una recuperación en la construcción de viviendas y en vehículos de motor, pero al proceso le faltan piernas para sostenerse", afirma Alan Greenspan, máximo gurú financiero de Wall Street en un reportaje.

"Los consumidores norteamericanos, el 70% del PIB, gastan más de lo que ingresan y ahora difícilmente consiguen préstamos al consumo. Y en estos momentos, suman ya tres años de caída del valor de su patrimonio inmobiliario", subraya Greenspan.

Más allá de la forma que adopte la recuperación, muchos consumidores no detectarán un cambio en su situación. Se han perdido tantos trabajos que el desempleo seguirá siendo alto una vez que la economía repunte, señala por su parte The Wall Street Journal.

Además, algunas industrias probablemente se recuperarán antes que otras, agrega. "Los sectores manufacturero y de la vivienda, por ejemplo, se han contraído tanto que es probable que pronto empiecen a crecer. El alicaído sector financiero, no obstante, sigue en proceso de contracción a medida que los bancos reestructuran sus balances, lo que pospone aún más su recuperación", apunta el financiero neoyorquino.

Arrojando otra peligrosa señal, los mercados bursátiles desde Shanghai hasta Nueva York cayeron con fuerza el lunes y ahuyentaron el optimismo de las últimas jornadas en medio de los temores acerca de la sostenibilidad de la incipiente recuperación de la economía global.

El Índice Compuesto de Shanghai descendió 5,8%, su caída diaria más pronunciada desde noviembre. El Nikkei de Japón tuvo su peor día desde marzo. El Promedio Industrial Dow Jones cerró con un declive de 186,06puntos, 2%, para quedar en 9.135,34 unidades. Los precios de las materias primas cayeron en forma generalizada.

Las bolsas europeas abrieron las cotizaciones del miércoles con pérdidas después de que las acciones chinas cayeran más de un tres por ciento en la recta final de la sesión.

“La volatilidad está estallando por todas partes”, explicaba este miércoles un analista de Stutland Equities en Bloomberg Televisión. “El mercado nos ha dado finalmente la dosis de volatilidad que los bajistas estaban anunciando”.

Esta semana, el dólar estadounidense, un refugio tradicional para los inversionistas que huyen del riesgo, subió contra la mayoría de las monedas. También escalaron los precios de la deuda del Tesoro de EEUU, considerada la más segura a pesar del enorme aumento del déficit fiscal del país.

Para seguir subiendo -señala el Journal- , el mercado necesita una señal de verdadera recuperación en la economía, lo que requiere aumentos en el consumo, la inversión de las empresas y la compra de viviendas.

Para un conjunto de analistas y economistas estadounidenses, la clave de la "reflote económico" pasa por una reactivación del consumo y una recuperación plena de la tasa de empleos.

The Wall Street Journal arroja sombras sobre la recuperación inmediata del empleo argumentando que las empresas sólo vuelven a tomar personal cuando tiene la certeza y las evidencias de una recuperación total de la economía, condiciones que no son las presentes.

Los economistas del sector privado que participaron en la última encuesta de The Wall Street Journal, a su vez, afirman que la economía estadounidense empieza a expandirse, aunque esperan un crecimiento moderado de entre 2% y 3% el próximo año. La mayoría de las empresas mantiene la cautela y se prepara para otro año difícil, apunta el diario.

Un informe de la Reserva Federal publicado hace dos semanas señaló que los mercados laborales e inmobiliarios en EEUU permanecen débiles y las condiciones crediticias siguen siendo restrictivas.

En resumen, y de acuerdo con el informe de la Fed, y aunque el ritmo de descenso económico parece haberse "desacelerado", el mercado laboral continúa debilitándose, los mercados financieros permanecen bajo tensión y las condiciones crediticias siguen siendo inferiores a lo normal.

Algunos analistas oficiales sostienen que los mercados reflejan los temores de que la economía mundial tenga problemas para cortar su dependencia de los estímulos gubernamentales. "Una recuperación sostenida en EEUU y otros lugares eventualmente requerirá un rebalanceo del gasto público al privado", dijo a Reuters Olivier Blanchard, economista jefe del Fondo Monetario Internacional.

En su último informe, el jueves de la semana pasada, el Banco Central Europeo advirtió que si bien se detectan "señales débiles" de un principio de salida de la recesión, las condiciones generales de la economía continúan siendo precarias, mientras que las proyecciones indican un agravamiento de las condiciones del mercado laboral con cifras de desocupación que seguirán en crecimiento durante todo el 2010.

El dato -que coincide con evaluaciones de la Reserva Federal de EEUU- refuerza la estimación de un "crecimiento débil" de la economía mundial dentro de un cuadro de crisis social en ascenso, como producto del "achicamiento" del costo empresarial y su emergente más inmediato: Los despidos y la reducción de salarios de trabajadores.

Algunas de las mayores cadenas minoristas de EEUU informaron el martes que los consumidores estadounidenses siguen con baja demanda, lo que pone en duda la sostenibilidad de la recuperación y destaca el rol fundamental de la demanda externa para la recuperación de la economía mundial.

Los reportes de las cadenas minoristas norteamericanas sirven a su vez como un recordatorio de la importancia del consumo, que representa un 70% de la economía estadounidense.

Las bajas reportadas el martes se suman a la caída de 1,2% en las ventas en EEUU anunciada por Wal-Mart la semana pasada. El Departamento de Comercio anunció la semana pasada que las ventas minoristas declinaron en julio, luego de subir en los dos meses.

"No sólo ha caído el desempleo, sino que mucha gente afronta una congelación salarial u otros recortes", dijo al Journal, Lou Crandall, economista jefe de Wrightson ICAP. "Eso va a reducir el gasto en el futuro".

Según los especialistas, la confianza del consumidor cae a medida en que aumenta el desempleo. Y así como las empresas no toman personal hasta estar seguras de la recuperación, los consumidores no gastan hasta estar seguros de que la crisis ha pasado.

Estos dos factores se retroalimentan y conspiran contra la vuelta del consumo y la recuperación de puestos de trabajo.

Las recesiones causadas por estallidos de burbujas, como el reciente colapso inmobiliario -a diferencia de grandes incrementos en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal- parecen ser seguidas de recuperaciones sin creación de empleos, apuntan los especialistas.

Para el Financial Times, la economía USA experimentará alguna leve reactivación de la mano del programa de estímulos fiscales hasta fines de este año e inicios del 2010, pero luego podría volver a la depresión.

Hay dudas sobre que pasará cuando disminuya el estímulo estatal, y hay temores de que el enorme gasto gubernamental (de los rescates financieros) siga disparando el déficit fiscal y haga subir las tasas de interés para los consumidores y las empresas.

"La economía permanece débil, y aun cuando empiece a recuperarse, la suma de capacidad productiva ociosa es excesiva", dijo Peter Kretzmer, del Bank of America

Para el Wall Street Journal, la capacidad ociosa en la economía es tan grande que los consumidores no verán aumentos de sueldo durante años y tendrán que ajustar sus gastos en desmedro de la recuperación del consumo, el principal activador de la recuperación económica.

La tasa oficial de desempleo en todo EEUU es de 9.5%, pero, según The New York Times, no incluye a aquellos que se han dado por vencido y han cesado de buscar trabajo y a los que se han visto obligados a reducir sus horas de trabajo.

Kenneth Rogofff, un ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional y experto en crisis bancarias, dijo la semana pasada que EEUU enfrenta una posibilidad de 50-50 de sufrir una segunda recesión en los próximos cinco años.

El experto señaló además que EEUU tendrá que subir impuestos pronto, en medio de alzas en los niveles de deuda y en las tasas de interés. Rogoff espera un impuesto nacional a las ventas en tres años.

La tasa de desempleo -según los informes oficiales- se está acercando al pico registrado en la recesión de 1981-82 y la magnitud de la pérdida de trabajos es la peor desde la recesión de 1948-49.

La caída en el Producto Interno Bruto es la más profunda desde la crisis de 1957-58 y los estadounidenses no han visto su fortuna personal evaporarse tanto desde la Gran Depresión.

En consecuencia, la crisis social (consecuencia de la caída del consumo y los despidos laborales) se perfila como un potencial emergente de la crisis recesiva- laboral que detonó escalonadamente como consecuencia de la crisis financiera en EEUU.

Las señales son claras: La crisis financiera ya devino en recesión y amenaza (por efecto de la desocupación masiva) en convertirse en una crisis social de difícil pronóstico en EEUU.

"El mercado laboral de Estados Unidos tiene un desempeño aún peor que el de la economía en general, lo que causa temores dentro y fuera del gobierno de que el resultado podría ser el de una recuperación sin empleos incluso cuando termine la recesión", señala The Wall Street Journal.

De esta manera, la desocupación (emergente de la desaceleración económica) se ha convertido en una cuestión clave para la recuperación de la primera potencia imperial.

Pero en el actual escenario de "crecimiento débil" o de "recaída" que pronostican los especialistas del sistema, todo indica que la crisis social se seguirá profundizando como consecuencia de la no reactivación del consumo y del agravamiento del desempleo a escala masiva.

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