Se aproxima el desenlace: Hamás, Israel y el escenario final. Ahora definen los muertos

Manuel Freytas
IAR Noticias
17/01/09

Israel se cansó de matar en soledad, se derrotó a sí mismo, y ahora tiene un problema: huir de Gaza simulando una victoria. Pero está en un dilema de difícil resolución: Hamás le cerró la puerta del repliegue "victorioso", y sus tanques y soldados deberán quedarse a dormir por un tiempo dentro del cementerio que construyeron. Ahora, definen los muertos.

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Lentamente, y repitiendo la misma conducta compulsiva de Libano 2006, se metió en la ratonera de Gaza y ahora ya no puede salir, salvo como derrotado.

Y lo más curioso: Israel perdió la guerra casi sin la existencia un enemigo enfrente.

Más que por Hamás (que sólo combatió y se expuso en lo mínimo ejecutando una inteligente táctica de desgaste psicológico) Israel ya fue derrotado por la acción-reacción de su propia dinámica criminal que se le convirtió finalmente en un boomerang.

Con "zona liberada", protegidos por la inacción premeditada y la complicidad de las grandes potencias, con su operación de exterminio militar de civiles maquillada como "guerra" contra Hamás por los medios y las grandes cadenas del sistema, y mientras asesinaban este sábado a los últimos niños en una escuela de la ONU, en soledad, únicamente acompañados y apoyados por las comunidades judías del mundo, y con la repulsa generalizada del resto del planeta que las grandes cadenas ya no pueden disimular, los genocidas y burócratas del Estado judío acaban de decretar una "tregua unilateral" para disimular su derrota y cumplir con la "agenda" de Washington.

Hay tres puntos principales que lo impulsan:

A) Parar de matar, para que no siga creciendo la presión internacional y la diáspora de crisis y división interna producida por la falta de resultados (en 22 días de masacre militar no pudo cumplir con sus objetivos).

B) Disfrazar su impotencia, ejecutando un alto el fuego y manteniendo sus tropas y tanques desplegados en el teatro de operaciones mostrando que "ejerce control" sobre Gaza.

C) Posibilitar que Obama (controlado férreamente por el lobby judío) asuma sin la coreografía inquietante de la masacre de Gaza, el martes, en Washington, el centro imperial de la madre patria sionista que controla el mundo desde Wall Street, la Reserva Federal y el Complejo Militar Industrial.

Fracasado los objetivos del Plan A militar (reducir al mínimo la estructura politico-militar de Hamás y terminar con sus arsenales y lanzaderas de cohetes) la plana mayor israelí ahora busca dos objetivos precisos:

1) Disfrazar su derrota con una "victoria" en el plano de la diplomacia.

2) Impulsar con EEUU y la Unión Europea un Plan B diplomático en el Consejo de Seguridad de la ONU para intentar aislar y "desarmar" a Hamás, como lo intentaron sin éxito con Hezbolá en Libano.

El objetivo de la operación "Plomo Sólido"

La tragedia humana (silenciada y deformada por las potencias y las grandes cadenas mediáticas) desatada por el exterminio militar israelí en Gaza no se define en un escenario, sino en tres escenarios simultáneos: A) La masacre militar de civiles, B) La tragedia humanitaria con el bloqueo, C) La guerra asimétrica entre Israel y Hamás.

Estos tres escenarios, fueron utilizados por Israel como herramienta de presión bélica para someter a Hamás y obligarlo a cumplimentar los dos objetivos estratégicos centrales de la operación "Plomo Sólido": La firma de una tregua y de un acuerdo duradero que asegure el final de los ataques con cohetes a las ciudades israelíes.

Contrariamente a lo que se cree, la operación "Plomo Sólido" nunca tuvo como objetivo central la destrucción total de Hamás y el derrocamiento de su gobierno.

Como se sabe, Gaza forma parte de un tablero geopolítico estratégico cuyo desenlace se va definir por medio de una confrontación inevitable del eje islámico Irán-Siria-Líbano-Gaza con el polo EEUU-Israel-Unión Europea, en el escenario de la "guerra fría" de Rusia con EEUU, y con los recursos estratégicos del petróleo y de la energía euroasiática como telón de fondo.

En ese marco, la destrucción de Hamás y de Hezbolá, y de sus respectivos aparatos políticos militares, es un objetivo de máxima que se plantea el eje sionista USA-Israel como complemento táctico ineludible de sus potenciales operaciones militares contra Irán y Siria en Medio Oriente.

La guerra contra el "terrorismo islámico" de Irán, Hezbolá y Hamas, es antes que nada una guerra por la redefinición del poder sionista (regente del sistema capitalista a escala mundial) en Medio Oriente, y que tiene a la supervivencia del Estado de Israel como uno de sus objetivos centrales.

Pero la estrategia sionista va por pasos, y la destrucción total de Hamás en esta etapa implicaría tres pasos que Israel no está dispuesto a dar: A) Ocupar territorialmente Gaza, B) hacerse cargo de su administración y C) contener el estallido social con caos y luchas intestinas que generaría la desaparición de Hamás de la escena.

Israel es una superpotencia militar que basa su accionar en el despliegue operativo y la capacidad de fuego de su fuerza aérea, pero carece de estructura para una ocupación territorial que le insumiría un despliegue permanente de efectivos y de logística militar. "Sería como crearnos un Irak en casa", dicen los halcones judíos.

En consecuencia, y como planteo estratégico de fondo, la operación "Plomo Sólido" nunca se propuso la destrucción total de Hamás, sino el debilitamiento de sus estructura militar y el acotamiento de su plana mayor en un escenario más funcional a los objetivos del control político y militar de Israel en la región.

La derrota (el efecto boomerang de la masacre)

Estratégicamente, Israel ya fracasó con la operación "Plomo Sólido".

Presionado cada vez más por los costos políticos de la masacre, por la resistencia de Hamás a firmar una tregua del "vencido", y por un cada vez más definido frente de boicot internacional en su contra, el alto mando israelí resolvió, este sábado, decretar una tregua unilateral con permanencia de sus tropas en Gaza que le permitirá al nuevo gerente imperial USA, Barack Obama, celebrar sin nubarrones su gran fiesta de asunción en Washington.

Después de una operación militar de exterminio que durante 21 días consecutivos ya mató a 1100 palestinos, hirió a otros 5000, terminó con la vida de casi 400 niños, hirió a más de 1200, asesinó cerca de 200 mujeres, destrozó en más de un 70% la infraestructura de Gaza, profundizó a niveles inéditos la catástrofe humanitaria de ese pueblo, a Israel se le hace muy difícil explicarle al mundo que todo esa masacre y destrucción fue cometida sólo para "defenderse del terrorismo".

Finalmente, y sobre el filo de una tregua que estaba siendo negociada (sin éxito) con la mediación de Egipto, varios gobiernos, en diferentes latitudes del planeta, ya plantean desde la condena o la ruptura de relaciones diplomáticas con Israel, hasta diferentes tácticas de aislamiento y boicot internacional contra el Estado judío.

En consecuencia, Israel decidió emprender la retirada (disfrazada de "tregua unilateral) antes de que sus embajadores comiencen a ser expulsados en masa , y sus embajadas, empresas y bancos comiencen a ser rodeados por multitudes exigiendo el fin de la masacre en Gaza.

Tácticamente, el "encierro" de Israel terminó de concretarse cuando Hamás condicionó la tregua a un retiro inmediato de Israel con levantamiento del bloqueo en todos los pasos fronterizos.

Este sábado, el dirigente de Hamás en el Líbano, Osama Hamdán, afirmó que mientras perdure la ocupación, y aunque Israel suspenda unilateralmente el fuego en la Franja palestina de Gaza, la lucha continuará.

"La batalla no ha acabado y no terminará con el cese de la agresión (israelí), sino con el fin de la ocupación", afirmó Hamdán en el "Foro de apoyo a la resistencia", en el que participan representantes de todo el mundo, y que se inauguró ayer en el palacio de la UNESCO en Beirut.

Encerrado en la ratonera de Gaza, con sus tanques y soldados rodeados por los cadáveres que sembraron a su paso, y con la única opción de seguir matando y generando más presión internacional en contra, Israel suspendió unilateralmente la operación "Plomo Sólido" a la espera de que sus espónsores, EEUU y la Unión Europea, vengan en su auxilio con un Plan B diplomático que le permita una huida rápida de la escena del crimen.

Más allá de esa decisión: Hamás sigue en pie y los cohetes palestinos seguían cayendo este sábado en territorio israelí.

Según los manuales básicos de la guerra, cuando una operación militar no consigue la consecución de sus objetivos estratégicos, la fuerza atacante ingresa en el terreno táctico de la derrota.

En esa instancia se encuentra Israel, aunque dilate y disfrace el escenario final. Donde los que definirán su destino no serán los vivos sino los muertos.

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(*) Manuel Freytas es periodista, investigador y analista, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.
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