Los bancos británicos comienzan una carrera para impedir su nacionalización

Sara Schaefer Muñoz y Carrick Mollenkamp
The Wall Street Journal/La Nación
22/01/09

Apenas dos días después de que Gran Bretaña divulgara sus más recientes medidas de rescate financiero, dos de los mayores bancos del país y el gobierno libran una ardua batalla para impedir que el plan se convierta en una nacionalización total.

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Mientras el nerviosismo de los inversionistas acerca de los bancos y las finanzas del país castiga a las bolsas, el Royal Bank of Scotland Group PLC y Lloyds Banking Group PLC se encuentran en una posición precaria: si necesitan una nueva inversión para apuntalar su capital, probablemente tendrán que acudir al gobierno. Eso los ha embarcado en una carrera contra reloj para tranquilizar a acreedores y depositantes y vender activos para levantar el efectivo que necesitan para absorber mayores pérdidas en momentos en que la economía británica va de mal en peor.

En tanto, los funcionarios del gobierno se esfuerzan por ultimar los detalles de un plan diseñado para tranquilizar a los mercados al asegurarles que las pérdidas de los bancos no serán tan cuantiosas. Paul Tucker, el encargado de los mercados financieros del Banco de Inglaterra, el banco central, afirmó el miércoles en el Parlamento que la agitación de los últimos días había sido una "distracción", pero que aún cree que el paquete de rescate tiene posibilidades "razonables" de surtir efecto. El primer ministro Gordon Brown aseguró que una nacionalización no solucionaría el hecho de que los bancos no están prestando.

El gobierno británico ya posee un 70% de Royal Bank of Scotland (RBS) y el 43% de Lloyds, lo que quiere decir que tiene un control significativo sobre ambos. Dar el siguiente paso y nacionalizar un 100% de los bancos, sin embargo, no sólo significaría una situación vergonzosa para Brown, sino que también dejaría a los contribuyentes con unos 3 billones de libras esterlinas (millones de millones) (unos US$4 billones) en nueva deuda, una cantidad que superaría con creces la producción anual del país. Es más, dejaría al gobierno en la posición políticamente delicada de decidir cuáles empresas deberían recibir préstamos y de expulsar de sus viviendas a deudores hipotecarios morosos. Un banco estatal también podría afectar injustamente a la competencia debido a que los clientes podrían preferir operar con una institución soberana.

"La nacionalización es un último recurso, casi tan desagradable para el gobierno como lo es para los accionistas", afirmó Bruno Paulson, analista de Sanford Bernstein en Londres.

Algunos inversionistas creen que la nacionalización es prácticamente un hecho consumado. Las acciones de los bancos de Gran Bretaña cayeron el lunes y el martes luego del anuncio del lunes de las medidas planeadas por el gobierno y el Banco de Inglaterra para estimular los préstamos y asegurar las pérdidas provocadas por activos incobrables.

El miércoles, los precios bursátiles se estabilizaron. La acción de RBS subió 2,20 peniques a 12,50 peniques mientras que la de Lloyds, una combinación de HBOS PLC y Lloyds TSB Group PLC, subió 0,3 peniques a 43,1 peniques. La acción de Barclays PLC anotó un descenso de 6,8 peniques, a 66,1 peniques, un reflejo de las preocupaciones de que el banco podría tener que acudir al gobierno en busca de capital.

Hasta ahora, no parece que una corrida de depósitos o un éxodo de acreedores --dos factores que llevarían a la nacionaliización-- se estén produciendo a gran escala. El año pasado, el gobierno se vio obligado a nacionalizar al banco hipotecario Northern Rock PLC luego de que fuera blanco de la primera corrida bancaria del país en más de un siglo.

Dejando de lado las corridas bancarias, tanto los reguladores como los bancos enfrentan tareas difíciles.

Una pieza central en el más reciente paquete de rescate del gobierno es un plan para otorgar seguros que limiten las pérdidas de los bancos sobre préstamos e inversiones que se vuelven incobrables. Pero la falta de certeza sobre el precio de los seguros se está sumando al nerviosismo de los mercados y ha generado dudas sobre si el plan funcionará. El gobierno afirma que es difícil determinar el costo total del plan de seguros, porque aún no está claro cuánta protección demandarán los bancos. Las precisiones podrían llegar recién en febrero, según una fuente al tanto.

RBS y Lloyds, al mismo tiempo, necesitan encontrar compradores para toda clase de activos, en momentos en que las fuertes pérdidas están dañando la confianza seriamente.

Una gran interrogante en Gran Bretaña es Barclays, que a fines del año pasado eludió una inyección por parte del gobierno al levantar capital entre inversionistas de Medio Oriente.

Luego de una repentina caída del 25% en sus acciones el viernes pasado, el banco emitió un comunicado diciendo que sus resultados de 2008 excederán las expectativas de los analistas de 5.300 millones de libras esterlinas, US$7.500 millones. Los resultados serán anunciados el 17 de febrero.

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