La crisis de los zombies - ¿Dónde está el piloto? EEUU y el sistema están en rojo y a la espera de un huracán

IAR Noticias
02/12/08

El Imperio capitalista y el fin de las certezas estratégicas


El sistema capitalista camina como un zombie: Está muerto, pero sigue funcionado (por inercia) y nadie lo termina de matar porque ya no le quedan enemigos estratégicos. El cuadro es de pesadilla: EEUU está en recesión, Europa está en recesión, Asia está en recesión, América Latina está en recesión, no hay ningún número macroeconómico que no esté en rojo. Las primeras diez economías del mundo (un 85% del PBI mundial) están en crisis, y hay deflación mundial y caída de ventas en el comercio exportador e importador. La crisis financiera ya devino en crisis estructural: Desapareció el crédito, se extingue el consumo, y en un conjunto de países ya hay estanflación (suba de precios con baja de producción y ventas).

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Tanto en los países centrales como en los periféricos y emergentes hay una oleada generalizada y latente (todavía contenida) de despidos masivos que cuando explote va a paralizar los países con huelgas y estallidos sociales. Las bolsas (catedrales del capitalismo parásito y especulador) se derrumban y al otro día se levantan en una compulsión repetitiva esquizofrénica marcada por la "compra" y la "venta" desenfrenadas antes de que venga el huracán. No hay lógica, no hay planificación, la economía mundial capitalista es un conjunto inasible de "variables desbocadas" y nadie sabe exactamente que va pasar dentro de un segundo. Hay una decadencia acentuada por la confusión, la falta de información lógica y la parálisis general, y los propios especuladores internacionales se preguntan a viva voz ¿Dónde está el piloto? Se perdieron las certezas, se perdió la concepción estratégica del poder, no hay gobernabilidad del sistema, se perdió el control de la totalidad, y solo hay (empezando por los gobiernos centrales y sus bancos) jugadas individualistas del "sálvese" quien pueda.

El no desenlace -por ahora- de la crisis social- lleva a que el proceso de descomposición se distienda en la superestructura del sistema (los gobiernos y los bancos centrales imperiales). Pero hay una amenaza latente que avanza por el lado de la desocupación y la suba de los alimentos para compensar la falta de ventas. Los expertos esperan que se desate un huracán con "pronóstico reservado". Los sionistas que controlan el "negocio financiero" aconsejan a sus clientes que compren dólares. En estos "tiempos de crisis", el efectivo contante y sonante es Dios, afirman. En las calles, las mayorías (que aún conservan su empleo), ignorantes del poder que controla el mundo, también caminan como zombies.

A las "masas", programadas y niveladas planetariamente por la ideología del consumo, y metódicamente preparadas para votar presidentes y consumir cualquier cosa (menos inteligencia reflexiva), se les está por caer la ideología, o sea el consumo. Y el huracán puede traer un tsunami aún más impredecible: El estallido social de los hambrientos en las áreas periféricas más empobrecidas del planeta capitalista. Y la desocupación, amenaza con romper la cadena de contención de sindicalistas y políticos "funcionales al sistema" y convertirse en una marea de huelgas y de bloqueos de rutas que terminen por paralizar lo único que mantiene en pie al sistema: Los negocios capitalistas. Y si se acaban los negocios, llegará, indefectiblemente la represión militar y policial para restaurarlos. El sistema sí o sí deberá retomar el control y recobrar la gobernabilidad perdida, al menos que pensemos que esto es el Apocalipsis. Pero no lo es, el sistema capitalista está moribundo, pero aún tiene paño para sobrevivir. Y enfrente no tiene enemigos estratégicos, sino histeria colectiva y caos en crecimiento.

Se viene Obama, se viene Hillary, se vienen nuevos "rescates", más de lo mismo, más negocios sionistas financieros disfrazados con lenguaje de "crisis". Se vienen nuevas escaladas militares, se vienen nuevos conflictos coyunturales, "peligros terroristas" que nacen y mueren como las mariposas. El sistema capitalista, zombie y decadente sigue andando por falta de enemigos estratégicos. Lo único que lo puede matar es el Apocalipsis: Un estallido nuclear, un tsunami planetario, o los hambrientos saqueando la Reserva Federal y los bancos centrales saturados de plusvalía sionista. El sistema capitalista, que mató casi todo lo que vivía en el planeta, puede morir de cualquier cosa. Por ahora, se viene el huracán. ¿Dónde está el piloto?.

En el mundo capitalista del siglo XXI, sobran las dudas, y se perdieron por completo las certezas, señalan los pocos que todavía utilizan el recurso de la lógica para supervivir a la decadencia.

Veinte años atrás, las cosas eran más precisas, había dos Imperios, dos estructuras militares-tecnológicas-nucleares compitiendo por el dominio del mundo, y existían opciones más claras para estar de un lado o del otro: comunista o anticomunista, así de simple eran la cosas por el planeta Tierra.

Cuando estalló y desapareció la Unión Soviética, se terminaron los puntos referenciales del análisis estratégico. Ya no hay conflicto Este-Oeste, donde la CIA jugaba para los intereses geopolíticos de EEUU, con su contrapartida, la KGB soviética, pisándole los talones por el mundo de las operaciones encubiertas.

En el mundo de la "guerra fría", uno se situaba del lado que mejor le convenía: o los soviéticos o los norteamericanos, desde donde las perspectivas del campo aliado y enemigo estaban claras. Se peleaba para los yanquis o se peleaba para los soviéticos. Se peleaba para los que apoyaban la revolución anticapitalista, o se peleaba para el Imperio capitalista. Había bandera, causa e identificación del enemigo, y las confusiones solo cabían en las cabezas de los curas o en las ideas de los filósofos metafísicos.

Cuando colapsó la Unión Soviética, no solamente se fragmentó la inteligencia humana (que quedó mirando con un solo ojo: el ojo yanqui-dependiente), sino que se fragmentó el propio Imperio que se quedó sólo y sin enemigos.

Y como corresponde a las leyes de la dialéctica materialista , y como producto del salto cualitativo y de las contradicciones capitalistas, el Imperio norteamericano se fragmentó y estalló en mil pedazos.

Los estrategas del conflicto Este-Oeste quedaron fuera de uso. Ya no había totalidad para analizar, la guerra de un bloque contra otro bloque, sino pedazos de historia y de presente esparcidos por el piso y sin conexión entre sí. Los intereses individuales o de grupo, se impusieron por encima de las fachadas estructurales de los Estados nacionales. Triunfó el individualismo como la nueva ideología reinante.

El imperio exportó "libre mercado" y privatizaciones, y terminó privatizándose a sí mismo. La CIA se convirtió de una sociedad anónima de Estado a una sociedad anónima de grupos privados. Las estructuras elefantiásicas de los servicios de inteligencia estadounidenses conservaron su funcionamiento burocrático estatal, pero en el marco operativo ya no siguen un mismo patrón: como en el Antón Pirulero, cada facción atiende a su juego e intereses económicos.

Todavía nadie tomó conciencia: pero en EEUU ya no hay Imperio, sino fracciones atomizadas de Imperio que compiten y luchan entre sí por la vieja causa originaria del capitalismo: el dinero y la concentración de riquezas.

Ya no hay hipótesis de enemigo externo, sino hipótesis de enemigo interno. Las guerras ya no son entre Estados, sino entre grupos que quieren controlar el Estado imperial. La CIA delata a la CIA. El Departamento de Estado, delata al Departamento de Estado. Todos se "mejicanean" el botín. Ya no hay "mundo civilizado" que defender de las garras de la barbarie comunista, sino mercados y espacios de poder que defender de las garras de los competidores.

Ya no hay figura de "traición a la patria" sino figura de traición a los negocios. Los halcones y el lobby judío republicano hoy controlan el Estado para hacer negocios, y los demócratas con Obama van a controlar el Estado para hacer negocios. No hay diferencias plausibles ideológicas o políticas, salvo en el interés comercial.

Lo de las guerras invasoras, las matanzas sistemáticas de la conquista militar, viene como añadidura de la extensión de los negocios y de la acumulación capitalista, más que como filosofía de preservación imperial.

Ya no hay análisis estratégico posible en el mundo atomizado del Imperio yanqui, solo hay desplazamientos tácticos, infinidad de piezas moviéndose simultáneamente y sin conexión aparente por los espacios del universo comunicacional individualista dominante.

Ya no hay espacio para cerebros totalizados y pensantes: Solo quedan micros pensamientos sin conexión, micros emociones sin conexión, y micros programas sin conexión: El ser humano es un microchip, que nace, se reproduce y muere en un estudio de televisión.

Lo de la información, procesamiento y síntesis es prehistoria: El movimiento robótico suplantó a la "materia viva pensante" por el pensamiento muerto de las imágenes sin conexión.

Las máquinas del "nuevo orden mundial" heredaron lo que queda del Imperio capitalista.

El sistema estalló el día que el sionismo dominante decidió asesinar a lo único que quedaba con vida: El cerebro humano.

Desde entonces, vivimos en el reinado de los zombies.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy acertado el título sobre todo LOS ZOMBIES ya que la sociedad quedó con el cerebro en "stand bay" Pero...¿Donde está el piloto? Creo que ya estamos en mismísimo "nuevo órden mundial"y me averguenza saber que hemos llegado hasta aquí por nuestra propia decisión ( o subliminalmente impuesta) Por carecer, o no hacer uso de nuestro razonamiento crítico.Pero, hay una salida? Digo porque si dejamos que se arme este inexplicable rompecabezas, sabremos realmente donde esta el piloto.-