Jerusalén Este

Palestine Monitor
Traducido por Carlos Sanchis y revisado por Caty R. para Rebelión

23/09/07

Jerusalén fue declarado un ‘corpus separatum’ en el plan de partición de la ONU de 1947, y debía quedar bajo un régimen internacional especial administrado por las Naciones Unidas. Las fuerzas israelíes conquistaron el 85% de la ciudad, principalmente en el oeste, durante la guerra de 1948 mientras que el ejército jordano tomó el control del 11% de la ciudad en el este. El 4% restante se consideró “tierra de nadie”.

Entre 64.000 y 80.000 palestinos fueron expulsados por la fuerza de sus casas del oeste de Jerusalén y el ejército israelí destruyó 40 pueblos de los alrededores para imposibilitar el regreso de sus habitantes.

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Israel declaró Jerusalén Oeste como su capital en 1949 contraviniendo las resoluciones números 181 y 303 de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Las propiedades palestinas, incluidos unos 10.000 hogares, inmuebles y negocios se clasificaron por el gobierno israelí como propiedades “abandonadas” con base en la ley de la Propiedad de Ausentes de 1950 y se transfirió la titularidad al estado israelí.

Israel ocupó Jerusalén Este en la guerra de 1967. Desde entonces Israel ha implementado un supersistema de políticas diseñado para expulsar a la población palestina de la ciudad y crear una mayoría judía, estableciendo de este modo hechos irreversibles en la ciudad que le permitan mantener su control exclusivo.

En 1980, el gobierno israelí se anexionó oficialmente Jerusalén Este mediante la enmienda de la “ley Fundamental” para extender la legislación israelí a la zona ocupada de la ciudad.

Jerusalén Este: discriminación, aislamiento y subdesarrollo

Israel lleva a cabo una política de limpieza étnica y activación del subdesarrollo en Jerusalén Este y se afana para aislar a los residentes palestinos del resto de Cisjordania. Estas políticas toman las formas siguientes:

La confiscación de tierras palestinas : en junio de 1967 Israel expandió unilateralmente las fronteras de Jerusalén anexionando unos 70 kilómetros cuadrados a la demarcación municipal de Jerusalén Oeste. Anteriormente expropió unos 24 kilómetros cuadrados de esta área para construir un nuevo barrio judío que desarrolló con un plan general (que abarcaba 17,5 kilómetros cuadrados), mientras que para los restantes 45 kilómetros cuadrados no existía plan alguno. Solamente 5 kilómetros cuadrados del área incluida en el plan general existe están destinados a necesidades de vivienda palestinas (un 8% de la superficie total de Jerusalén Este); de esta área, solamente un 7,3% aproximadamente está disponible para uso residencial y un escaso 0,6% para construcción comercial e industrial por los palestinos.

La denegación de permisos de construcción y la destrucción de propiedades: puesto que la política de Israel en Jerusalén Este tiene como objetivo mantener una mayoría judía en la ciudad, es muy difícil para los palestinos obtener permisos de construcción. Se estima que alrededor de un tercio de las construcciones de Jerusalén Este (10.000 casas) fueron edificadas sin permisos siendo por tanto “ilegales” según las leyes israelíes y así cuatro de cada cinco casas construidas al año son ilegales. Estas construcciones sin licencia proveen a las autoridades municipales de Jerusalén el pretexto para demoler hogares palestinos. Entre los años 1994 y 2006, se han demolido 706 casas palestinas.

Pese a que la construcción ilegal también se da en Jerusalén Oeste, es mucho menos probable que se emitan órdenes de demolición. En el año 2004, por ejemplo, el ayuntamiento de Jerusalén demolió el 53% de las construcciones ilegales que localizó en Jerusalén Este en contraste con el 26% de Jerusalén Oeste; el 95% de las órdenes de demolición que emitió contra estructuras ilegales en Jerusalén Este se hicieron efectivas, mientras que tan solo un 65% de esas órdenes se llevaron a cabo en Jerusalén Oeste.

La denegación del derecho de residencia y la confiscación de documentos de identidad : los documentos de identidad de Jerusalén fueron expedidos a los palestinos de la ciudad por Israel en 1967 cuando éstos rechazaron la ciudadanía israelí después de la ocupación de Jerusalén Este, lo que hubiera requerido de ellos un juramento de lealtad al estado de Israel y habría significado la aceptación de hecho de la ocupación. Hasta hoy, cualquier palestino que no sea clasificado por el gobierno israelí como “residente permanente” de Jerusalén Este debe hacer una petición de reunificación familiar para residir allí legalmente, una medida de calificación de “residente permanente” sólo para los palestinos de Jerusalén y no para los israelíes. En cambio los palestinos:

Deben obtener un visado de reingreso cuando viajan al extranjero o pierden su derecho de retorno.

Pierden el derecho de residencia en Jerusalén si tienen o piden la residencia o ciudadanía en otro sitio.

Deben demostrar que su “centro de vida” está dentro de los límites de Jerusalén. Aquellos que vivan en el extranjero durante más de siete años pierden automáticamente sus derechos de residencia.

Únicamente pueden registrar a sus hijos como residentes en Jerusalén si el padre tiene documento de identidad válido de Jerusalén y /o:

Debe pedir la reunificación familiar si su cónyuge es de Cisjordania, la Franja de Gaza o el extranjero para vivir legalmente con su cónyuge en Jerusalén. La mayoría de estas peticiones son rechazadas.

A causa de estas políticas se han rescindido 6.500 documentos de identidad de palestinos de Jerusalén desde 1967, una cifra que no incluye a las personas a cargo de aquellos a quienes se les ha rescindido el documento.

El subdesarrollo de los servicios municipales mediante la asignación de un presupuesto discriminatorio : pese a que los palestinos de Jerusalén pagan los mismos impuestos que sus paisanos israelíes, cuyos ingresos per cápita son aproximadamente 8 veces más elevados, hay enormes diferencias en el nivel de prestación de servicios municipales entre los dos grupos. Aunque suponen el 33% de los residentes de la ciudad, sólo el 12% del presupuesto municipal se asigna a Jerusalén Este, mientras que el resto va a parar a Jerusalén Oeste.

El aislamiento físico, económico y político de Jerusalén respecto a Cisjordania a través de la construcción de asentamientos y del muro : Israel está construyendo 75 kilómetros de su muro en Jerusalén Este con un trazado que corta barrios palestinos y pueblos de los alrededores de Jerusalén e incorpora los grandes bloques de asentamientos judíos. Para posibilitar un fácil acceso a las comunidades ilegales de colonos de Jerusalén Este, se está construyendo una carretera de circunvalación que conecta los distintos asentamientos entre sí y con Jerusalén al tiempo que encierra los barrios palestinos.

Unos 230.000 palestinos de Jerusalén serán separados de sus sistemas sociales y económicos de Cisjordania si escogen permanecer en Jerusalén o se enfrentan a perder sus documentos de identidad para esta ciudad y el derecho a vivir en ella bajo la llamada política de “centro de vida” de Israel. Jerusalén Este según el Derecho Internacional

Las Naciones Unidas reconocen Jerusalén Este como territorio ocupado (sujeto a las estipulaciones de la Cuarta Convención de Ginebra) y consecuentemente rechazan la soberanía israelí sobre la zona.

En respuesta a la ocupación de Israel de territorio extranjero, la resolución 242 de 1967 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (UNSCR) llama a la “retirada del ejército israelí del territorio ocupado en el reciente conflicto”.

En respuesta a la expansión de los límites de Jerusalén, la resolución UNSCR 252 de 1968 afirma que el Consejo de Seguridad “Considera que todas las acciones emprendidas por Israel que tiendan a cambiar el estatus legal de Jerusalén son inválidas y no pueden cambiar dicho estatus”.

En respuesta al intento de Israel de anexionarse la Jerusalén Este ocupada, la resolución UNSCR 476 de 1980 pone de manifiesto que el Consejo de Seguridad “Recomienda que todas las acciones tomadas por Israel, la potencia ocupante, que se propongan alterar el carácter y el estatus de Jerusalén no tienen validez legal y constituyen una violación flagrante de la Convención de Ginebra respecto a la Protección de Civiles en Tiempo de Guerra y constituyen también una grave obstrucción para alcanzar una paz integral, justa y duradera en Oriente Próximo”.

Jerusalén Este y negociaciones

Jerusalén es uno de asuntos más importantes en las negociaciones para un acuerdo sobre el “estatuto final” entre la Organización para la Liberación de Palestina/Autoridad Palestina e Israel. Los palestinos mantienen la vieja posición de décadas de que una retirada de Israel de Jerusalén Este y el total desmantelamiento de los asentamientos debe preceder a la creación de cualquier futuro estado palestino con Jerusalén Este como capital. Pese a ello Israel está cambiando hechos sobre el terreno de tal forma que sea cual sea el resultado de las negociaciones del estatuto final, quede irreversiblemente parcializado a favor de Israel.

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