Chicos que matan a golpe de «timidez cínica»

ABS.es

N. RAMÍREZ DE CASTRO. MADRID.
¿Qué se cruza en la mente de un chaval normal para que un buen día desenfunde una pistola y se líe a tiros en su colegio? La desafortunada presencia de armas en la vida americana quizá bastaría para explicar las tragedias escolares, como denunció Michael Moore en su película «Bowling for Columbine». Pero un grupo de psicólogos de Indiana ha buscado en el interior de la mente de los homicidas para explicar el porqué de ese horror. La clave -dicen- está en la timidez, en un complejo trastorno emocional que estos psicólogos han denominado «timidez cínica». Las conclusiones de sus trabajos se presentaron ayer en el congreso anual de la Asociación Americana de Psicología.


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Los expertos del Instituto de Investigación de la Timidez analizaron los sucesos con armas de fuego que se produjeron en los centros de enseñanza estadounidenses durante la última década, entre 1995 y 2004. El análisis, incluye la tragedia del Instituto Columbine que se saldó con la muerte de un profesor y doce alumnos a manos de dos estudiantes. El análisis deja fuera uno de los tiroteos más sangrientos y recientes, el de la Universidad de Virginia Tech, en el que perdieron la vida 32 estudiantes. Aunque el retrato psicológico del autor de la matanza de Virginia compartiría rasgos con los autores de otros tiroteos.
Los psicólogos de Indiana estaban convencidos de que la facilidad pasmosa para adquirir armas de fuego y la repentina ofuscación de la mente humana no eran ingredientes suficientes para justificar tantas muertes inútiles. Dicen que a ese peligroso «cocktail» debe añadirse un trastorno de timidez extrema. O «timidez cínica» como prefieren llamarla Bernardo Carducci y Kristin Terry Nethery, autores de la investigación.

Las características que definen la «timidez cínica» son la carencia de empatía, baja tolerancia a la frustración, arranques de ira, rechazo social y malas relaciones familiares.

Comentario SDLT: La descripción es la misma que la ya conocida de los psicópatas. Sin embargo decidieron inventarle un innecesario nuevo nombre.

Los autores de siete de los tiroteos mortales de la última década, todos varones, encajan perfectamente con esa descripción. Ellos desean sentirse socialmente involucrados con otras personas, pero carecen de habilidades sociales, por lo que son rechazados por sus compañeros.

El culto hacia uno mismo

Para no tener que sufrir con el rechazo de sus compañeros evitan cada vez más los contactos sociales y se encierran cada vez más en sí mismos, como una reacción de autodefensa. «El rechazo repetido a lo largo del tiempo intensifica los sentimientos de dolor que acaban por transformarse en violencia», explicó Carducci.

Encerrados en su caparazón se entregan al culto de su personalidad. Se recluyen en su soledad y comienzan a odiar a las personas que les han rechazado. «Desde el odio se distancian con facilidad del dolor de los demás y pueden desquitarse con violencia», señaló.
Desentrañar las causas de este derroche de ira y violencia no es sólo un ejercicio intelectual. Los psicólogos del Instituto de Investigación de la Timidez confían en que «nos permita estar alerta» para prevenir futuros actos violentos en las escuelas. Padres y profesionales de salud mental deben aprender a identificar este comportamiento. La mayoría de los jóvenes con problemas graves de timidez no experimentan esta hostilidad, pero los que parecen aislados y furiosos necesitan ayuda. «Debemos proporcionarles herramientas para que aprendan a relacionarse». Uno de los momentos más delicados es la transición de la escuela a los estudios superiores.

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